miércoles, 31 de marzo de 2021

Monte de los Olivos

En Sueño Profético se vio el campo, era un cerro con olivos. Se oyó una voz que decía estas palabras:

Monte de los Olivos, Monte en el que Jesús quiere dejar sus Palabras para que el hombre siempre Lo recuerde donde vea monte y olivos.

En este Monte enseñó el Maestro a cómo recordarlo para sentir su Presencia.

Repetía mucho:

“Yo voy al Padre, pero pensad que Yo sigo con vosotros, aunque no Me estéis viendo con Cuerpo. Mi Espíritu vendrá a vosotros y todo lo que no he dicho lo diré en otros cuerpos”.

“Vendrán dioses falsos, pero pronto serán descubiertos por el que Me ame y mis Palabras practique”.

“Mis Palabras tienen que ser de Amor y de Paz para que los espíritus del mal que están en mi contra no lleguen, y si llegaran, sean pronto conocidos, y con la fuerza de mis Palabras en vosotros sean despedidos al abismo”.

“No tened temor cuando Me vaya, que para el que Me quiera no Me voy”.

Desperté, oí:

“¡Monte de los Olivos!”, se oía en todas las bocas.

En unas con alegría, hasta que pensaban: “Y luego... ¿a quién preguntar y tener por Maestro?”.

Podía más la pena que la alegría.

La alegría era el recordar las Palabras que oyeron los que fueron sin amar y las lágrimas que secaron sus pañuelos.

Pero pronto oías: “¡Yo sin Él no quiero vida!”.

Dios ponía el consuelo en otra boca suya: “Sí, Él se va, pero su Espíritu viene a hablar en nuestros cuerpos, y ya está con nosotros”.

Esto se lo oías, pero no contentos.

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Libro 23 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo IV - C7

martes, 30 de marzo de 2021

Pidele a Dios con confianza

En Sueño Profético decían:

Va gran diferencia de pedirle a Dios con confianza, a pedirle porque te haga falta aquello que Le pidas.  Y lo mismo que en la Tierra lo pides, lo pides en el Cielo. El pedirle a Dios con toda la confianza, te da Paz, y esta Paz te da vida espiritual.

Dijo uno:

Esto lo mandan dictar para que no tengan interpretación de la muerte o de la vida.

El cuerpo puede estar vivo y no servir, como si estuviera muerto. Pues en la vida del espíritu puede estar muerto para el Reino de Dios. Lo mismo que cuando el cuerpo muere ves el cuerpo muerto, pero el espíritu sigue vivo al Mando de Dios. Que son los que Dios les da Mando para que de su Gloria hablen y comuniquen su Mensaje.

Desperté, oí:

Si vives la Ley de Dios

y pides con confianza,

no te cansas de pedir

y vives con la esperanza

de que Dios es el que tu petición oye,

y tú esperas lo que él haga.

Pero nunca pesarás:

“Es mejor como yo quería que pasara”.

El que viva este pensar,

ya vive desconfianza

y cierra puertas a la esperanza.

Pon la confianza en Dios,

que es mandar Gloria a las Alturas,

donde puede venir tu espíritu,

pero tu cuerpo no.

Tu cuerpo es

el que va dejando huella

del desprecio o del Amor.

Que esto, por mucho que lo ocultes,

el mentirse descubre

y se agranda el Amor.

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Libro 30 - Investigaciones a la Verdad - Tomo IV - C7 

lunes, 29 de marzo de 2021

La Tierra exige tanto, que al hombre lo arrastra al pecado

En Sueño Profético hablaban del espíritu que a Dios se sublevó sabiendo que era Dios.

Hablaban de Judas el traidor, que fue traidor siendo Discípulo de Dios Hombre.

Hablaban de hechos de Dios que están escritos, y de espíritus diabólicos.

El Poder de Dios los saca del cuerpo, los arroja al mar, y oyen rechinar de dientes.

Dijo uno:

Estos espíritus están siempre en contra del recato, de la Paz y de la Caridad en el Prójimo.

Al triunfo del bien, ya intentaron ellos formarle guerra.

Guerra, que acaba y deja al descubierto el que vive primero para Dios y luego para lo que exige la Tierra.

La Tierra exige tanto, que al hombre lo arrastra al pecado.

Los espíritus satánicos le ayudan a ser malo al que ellos quieren que más destaque el mal que ellos cogen luego como justificante para decir que Dios no existe, que Dios es muerto.

Desperté, oí:

Hablan en la Gloria, de Dios, de los espíritus diabólicos, para que el espíritu arrobado sepa conocerlos.

Sepa curarlos, hacer que no se enfermen y apartarlos.

Apartarlos, cuando el contagio lleve fuerza.

Este “apartarlos” es haciéndole frente con la Fuerza del Bien.

Bien hecho, con la alegría de Dios, por dentro va curando.

Va curando y aumentando Medicamento que Dios te va mandando.

El espíritu del mal, si aprendes a conocerlo, aprendes a curarlo.

A curar al espíritu que el mal espíritu enfermedad le ha puesto queriendo que sea malo.

El mejor Medicamento para apartar a los demonios es que el Amor a Dios lo vean con rebose en el sufrir y en el Prójimo.

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Libro 22 - Investigaciones a la Verdad - Tomo III - C6