En Sueño Profético decían:
Da más a Dios el que da a otro que el que
él siempre se dio, sin ocuparse de otro que también quisiera a Dios. Es más
pecado pecar sabiendo que estás pecando, que ver el pecado después de que
hiciste el pecado.
Dijo uno:
Hay varias formas de actuar de muchos que
se dicen cristianos. Pues cristiano sin buscar a muchos para que sean
cristianos, no te tengas por cristiano. El cristiano que practica lo que Dios
tiene mandado, tiene que buscar los sitios que pudiera hacer más cristianos. Y
nunca tener descanso ni ponerte la medida: ¡“Bastante a Dios he dado con lo que
hice aquel tiempo, y luego tuve mal pago!”.
El cristiano que es de Cristo, sufre
cuando hace poco, porque sabe que este Cristo es Dios, que quiere que el hombre
pertenezca a su Recinto. Por eso la Gloria canta cuando le llega un perdido. A
los pecadores salvados ya Dios les tiene su sitio, porque el perdido que llega
ya le busca más perdidos.
Desperté, oí:
Dios enseñó a los cristianos, en su vida
en la Tierra de Hombre y entre los hombres, a que buscaran a aquel que había
olvidado su Nombre.
Cuando alguno decía “Maestro, uno nuevo
viene”.
Todos le hacían reverencia porque creía
en su Nombre.
Y ya se iba el pecador con nombre de
cristiano y fiesta formaban todos.
Al que sólo él amaba, aún le faltaba
Amor.
Pues el Amor no se guarda, porque las
reglas de Dios es ir buscando corderos de los que quieren Pastor.
¡Qué alegría da al Cielo el que va por
los caminos buscándole a Dios corderos!
Pero tienes que llevar el “pienso” que
manda el Cielo.
Que este pienso es Amor, Caridad y Fuego Eterno.
Fuego del Amor de Dios, que tira de los
corderos.
No digas “yo soy cristiano” si no traes
más a este Cielo.
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Libro 64 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo VIII - C1