En
Sueño Profético hablaban de amar, de creer, de buscar. Decían:
Todas
estas palabras van diciendo cómo eres por dentro. Si amas, aceptas y pides a
Dios castigo por no aceptar Sus Palabras dichas en el que Él manda. Si crees,
buscas, y cuando encuentras ves Verdad, y ya, si en Dios creías, empiezas a amar.
Luego están los incrédulos e hipócritas. Éstos hacen más daño, son veneno
camuflado en sitio que tú no crees que pueda estar el veneno.
Dijo
uno:
Hoy
Dios repite lo del día anterior: convertir la boca del Elegido en Venero
Divino, porque en ella ha entrado Su Cuerpo en Pan, como dijo en la Ultima Cena
cuando vivió con Cuerpo.
Al ver
esto, deberían tener todo el día en la lengua estas palabras: “Si el Amén no te
dijera, que Dios castigo me diera, ya que tu Mando es del Cielo, y yo al Mando
me enfrento si el Amén no lo pongo.
Desperté,
oí:
Si el
árbol está derecho y da fruto, debes no dejar que el aire lo tuerza por no
cuidarlo.
Pues
aquí, los espíritus que no son de Dios, intentan torcerlo con la distracción.
Estos
espíritus actúan de muchas maneras.
Según
es la persona.
Si no
es de Dios la persona, sus actuaciones son diabólicas.
Si es
de Dios y no hace por conocer a estos espíritus diabólicos, le harán que haga
escenas que a Dios ofendan.
Porque
se contradice su comportamiento.
Abraza
bien esta Enseñanza y se meterá dentro de tu cuerpo.
Y ya
conocerás los espíritus malos y los buenos.
***
Libro 40 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo VI - C5