jueves, 29 de septiembre de 2016

Dios reparte a cada uno lo que de Dios quiere

En Sueño Profético vi mucha gente; hablaban unos con otros; estaban parados en grupos y de pronto empezaron a caminar detrás del Maestro –que yo no vi, yo oí–:

   –¡Ya viene el Maestro! ¡Lástima que todos no vayan a oírlo como el Hijo de Dios! Yo quise avisarle de unos mercaderes que iban para condenarlo cuando terminara el sermón. Pero nunca lo he visto solo, siempre va en grupo.

Otro dijo:

   –Esos que siempre van con Él, son suyos, porque suyos quieren ser. Yo le oí un día: “Si alguno se cansará de espíritu, Yo no haré de Dios en el Poder, haré de Dios en la Libertad. Si el espíritu no se cansa, Yo haré que lo siga la carne”. Esto fue oírlo, y notarme como si no estuviera en mi carne. ¡Cuántas veces han sido repetidas por mí sus Palabras! Hoy, cuando lo oigas, verás sin duda que es Dios.

Cuando ya llegamos dijo el Maestro:

   –Todos los mercaderes que vienen a juzgar al Hijo del Hombre, que den por terminados sus tratos y sus ventas, ya que de aquí se irán diciendo estas Palabras pero no pudiendo juntar otras más. Éstas quedarán para la publicación del Poder de mi Padre, aunque Yo les quite el habla. Y tú –señalando al que quiso avisarle y no pudo, le dijo:

   –Como a mi Padre que está en Mí no han podido juzgarlo, mi Padre me manda a Mí a que sean por Mí juzgados. Y tú, si tu espíritu quiere, Yo le daré fuerza a tu carne para que seas mi Discípulo.

Desperté, oí:

¡Cómo Dios reparte a cada uno
lo que de Dios quiere!

Unos van a oírlo hablar
para aplicarle condena.

Otro, poco lo conoce,
pero lo tiene por Bueno.

Y ya, al que lo conoce,
se le quedaron tan adentro
estas Palabras de Dios,
aunque le decían Maestro...:

“Si alguno se cansara de espíritu,
Yo no haré de Dios en el Poder,
haré de Dios en la Libertad”.


Dios siempre se deja ver
en lo que el hombre no ve.

Que le quita la Visión
por no creer que hay Dios.


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Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - C7

miércoles, 28 de septiembre de 2016

En estas lágrimas le he dicho la verdad del Evangelio

En Sueño Profético vi a una mujer de rodillas y a dos niños a su lado. Con un pañuelo se enjugaba sus lágrimas.

Y dijo uno:

Esta misma estampa la vi yo cuando viví con materia: Yendo un día temprano montado en mi burro, a la orilla del camino vi lo ya dictado. Paré por conmoverme más de los niños que de la madre, que después ella con sollozos me explicaba. Éstas fueron mis primeras palabras:

   –¿Puedo servirle de ayuda sin molestarle? Si no puede decirme de dónde vienen sus lágrimas, no me lo diga. Tan sólo quiero ayudarle.

   –Monte a mis hijos en la bestia con usted, y ya yo le iré contando.

Voy a aquel caserío,
que ya he encontrado trabajo
y me admiten con mis hijos
hasta pasar el verano.
Pero mis lágrimas son
por el que nos ha abandonado:
es el padre de mis hijos
con el que estoy casada.
Pero mi sufrir es
porque él hace vida mala.

En esta noche pasada,
no sé si ha sido sueño
o que estaba desvelada,
he visto un coro de ángeles
que al lado de mis hijos cantaban:

“Vuestro padre ya vendrá,
Dios ve lo que hace la madre”.

Y es que todas las noches,
cuando mis hijos duermen,
en el rezo llamo al padre,
para que por ellos venga
y yo ya viva “pa” cuidarles.

En estas lágrimas le he dicho
la verdad del Evangelio.

Y continuó con sollozos.

Desperté, oí:

Esta mujer te demuestra
lo que es vivir con Dios.

De esta mujer ya vio el hombre,
en la estampa, la oración.

No le dio tiempo a pensar,
como hombre, en el pecado.
No le dio tiempo a pensar,
porque a Dios Lo vio a su lado.

Ella se veía poder
“pa” quitarlo del pecado
y con sus hijos volver.

Con esto, en silencio,
terminaba la oración:

¡Dios mío!, si lo quitas de pecar,
yo se lo doy a mis hijos,
lo que Tú me diste ya.


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Libro 6 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo I - C3

martes, 27 de septiembre de 2016

El Amor te quitará tus tinieblas

En este Sueño Profético decían:

La divulgación del Mensaje hay que hacerla. Dios necesita a sus Discípulos para cundir su Palabra. Dios empezó divulgando. Dios quería que el mundo supiera que era Dios Hombre y que vivía con el hombre; que recibía la Palabra del Padre, y ésta Él la tenía que comunicar. Hoy quiere que el mundo sepa que habla a través del hombre, como siempre se comunicó. Dios, siempre que le hable al hombre, el hombre nunca podrá esto callar. Si el hombre Esto no lo publicara, Esto no sería de Dios. Obedecer al hombre y desobedecer a Dios, en el Mensaje de Dios, Dios no lo permite.

Desperté, oí:

Si Dios es el que habla, ¿cómo el hombre va a asustar a Dios?

Y si Dios dice: “Que Me ves, dilo”, ¿cómo no va a querer que Esto se divulgue?

Y si es para enseñar, ¿cómo se aprende si no se enseña?

Y si Dios lleva a un espíritu a su Gloria para que sienta esta Gloria, ¿a quién va a temer para que calle?

Este espíritu vive con tal fuerza y tanta Paz, que aquí ves que no interviene el hombre.

Estas Palabras son dichas por Dios y repetidas por el hombre.

Ama a Dios y conocerás sus Palabras.

El Amor te quitará tus tinieblas.


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Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - Preámbulo

domingo, 25 de septiembre de 2016

Con Obediencia primero

En Sueño Profético hablaban de Obediencia, de Amor y de contrariedades. Referían hechos ocurridos cuando Dios Hombre vivió en la Tierra, visto como Hombre a la vista de cualquiera. También referían cosas que pasaron después del Maestro subir en Espíritu y Carne al Cielo, de después de que habían vivido con Él, tener que vivir sin Maestro.

Ya dijo otro, refiriéndose a lo que se estaba oyendo:

“Éstos son los que siempre iban con Dios en su Vida Pública, los que tenían el nombre de Discípulos del Enviado del Cielo, del que tenía muchos Nombres, pero el más conocido era el de Maestro”.

Ya dijo uno de éstos:

“Cierto que sus Palabras, midiendo otras, nunca podían ser iguales a las que Él nos decía. Era seguridad hablando. Era hablando en lo seguro. Ya que oíamos su Bálsamo, otra vez repetía: “No creed que mi camino es llano por ser Dios del Cielo, que por ser Dios, el hombre me persigue hasta la Libertad que yo le dejo. No penséis que mi seguir es caminar por sitios que Me aman, que si esto fuera así, no habría sufrimiento. Por eso muchos dirán: “voy contigo”, y antes del empiezo del camino dejarán sitio vacío. En cambio, el que ame, llegará hasta el Calvario y sufrirá con las palabras del fariseo”. Y terminó diciendo: “Si cogéis cruz, pensad en el peso que os dará el seguirme. Pero mi Padre que va en Mí, os dará las Fuerzas Eternas”.

Desperté, oí:

¡Cuántos querían seguirlo y Él no lo consintió!

Sabía que era un seguir de comodidad, sin Amor.

Al que amaba, el cansancio se le notaba en la cara, pero sus palabras eran éstas:

Maestro,
por mí no me quedo.

No me importa el morir,
porque sé que no me muero.

¿Cómo se va a morir
el que conozca al Maestro?

Éstos son, para los que ahí
los montes eran senderos.

Y no decían sufrir
a lo que ellos iban viendo.

Lo que sí les entristecía
era pensarlo en el Madero.

Y tenerse que callar
sin demostrarlo con hechos.

Ésta fue otra Enseñanza
con Obediencia primero.

Al que camine con Dios,
sufrir pondrá el fariseo.

Que este sufrir es de Tierra,
mientras Gloria manda el Cielo.


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Libro 13 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo II - C2

sábado, 24 de septiembre de 2016

Busca donde habla

En Sueño Profético decían:

Ella será conocida cuando se publique. Esta Literatura no ha sido leída antes. Dios, sus Comunicaciones las hace a manera de Dios: sin medida, sin día ni noche, sin la intelectualidad del hombre y sin el permiso del hombre.

Dios deja en Libertad al hombre, y esta Libertad es la que intenta eliminar a Dios.

Desperté, oí:

A ella la buscará el que ame a Dios. Y el que no Lo ame, la buscará por sus Escritos.

Y al leerlos, ya no lee y ama. Y al amarlo, ya lee.

Estos Escritos, su Fuerza es única. Esta única se repite donde Él hable.

Busca donde habla, y ve y cuenta lo que habló.


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Libro 7 - Investigaciones a la Verdad - Tomo I - C10

jueves, 22 de septiembre de 2016

El Mensaje nos tienes que leer

En Sueño Profético decían:

Ha llegado la noche pensando en las alegrías que al Elegido le dieron. Pues han sido dadas con un poder que se ve que son por Dios mandadas.

Los que más quiere el Elegido, su interior es con alegrías del Cielo, porque las sienten y las dicen. Que esto no está oculto, porque los que están aquí unidos ven su presencia y oyen sus palabras diciendo: “El Mensaje nos tienes que leer”.

Dan alegrías las cintas con las Palabras de Dios, que esta alegría estaba deseando que saliera para que el Mundo de adelanto ponga primero que Dios está con Cuerpo en su Reino, y que de Aquí sale premio o castigo. El premio para el que vive la Palabra de Dios Padre y la de Dios Hijo, que es la misma, pero Dios Padre quiere que nombren a Dios Hijo que es el que presenta a la Gloria y retira al que la Gloria no quiere porque el no querer lo va publicando con el “romper” la carne que Dios une.

Desperté, oí:

Cuando Dios quiere manda alegrías dictadas para que queden unos, siguiendo estas Palabras; y otros, pensando: “Mi sitio yo lo he pedido a los espíritus que son satánicos”.

El decir estas palabras, Dios lo permite para que vean que en la Gloria puedes tú, con tu forma de vivir, entrar o tener la puerta cerrada.

Los que están aquí unidos dan su vida para defender esta Grandeza Divina.

La carne que Dios me unió estaba en su despacho, con su cuerpo igual que cuando copiaba los Mensajes, y decía:

     - Ana cuídate, cuídate, que tu espíritu necesita el cuerpo.


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Libro 65 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo V

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Dios pone rosas

En Sueño Profético vi un camino duro con impedimentos del hombre, era trabajoso. Ya que anduve un tramo vi tres coronas, de las tres una era de espinas y las otras dos eran de rosas, una con las rosas frescas y la otra con las rosas marchitas. Cogí la de espinas, sin notar el daño que los pinchos me hacían, y uno dijo:

     - Esa es la que Dios convierte en rosas eternas, que son las que Dios manda desde la Gloria al que sigue su Camino. La suya también fue de pinchos.

Desperté, oí:

El que no se entrega a Dios pasa el camino duro sin la ayuda que le dé Dios.

Y la corona de espinas cuando Él ve que tú la quieres, lo mismo que Él la llevó, ya los pinchos no te pinchan.

Es el hombre el que manda hacer coronas de espinas sin pensar que luego Dios pone rosas y ya no pinchan.


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Libro 67 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo VII

lunes, 19 de septiembre de 2016

A uno sólo le da el Premio

En Sueño Profético hablaban de la Libertad que Dios deja. Decían:

El que ama se administra la Libertad. La Libertad te pone en contra de Dios. La Libertad te retira de Dios. Dios la deja para que, el que no quiera amarlo, coja su Libertad y no lo ame. La Libertad es de Dios, y de ella se apropia el hombre. Dios lo ve, y siendo suya, lo deja.

¡Cuántas veces yo presencié, yendo con el Maestro, negarle lo que era suyo por Él dejarle Libertad!

¡Cuántas veces referimos –ya que habían matado a Él– un hecho que nos costó llanto a los que íbamos con Él!:

Un día de frío, frío, y de niebla a su vez, tuvimos que hacer noche en un caserío donde paraban transeúntes cuando la noche les pillaba. No tenía comodidad, pero nosotros queríamos techo y lumbre. Se acercó el Maestro al dueño que vendía el vino sacándolo de unos barriles, y éstos mismos le hacían de mostrador, y le dijo:

   –Para Mí no necesito lo que voy a pedir. Lo pido para los que vienen conmigo y sé que me aman: Pasar la noche recostados al lado de la lumbre. Pero sí quisiera que no les faltara rescoldo.

Contestó el dueño:

   –La noche es larga y quemaría mucha leña.

Fue Matías a decirle quién era Dios Hombre y Maestro, como ellos le decían, y lo detuvo el Maestro.

   –No hace falta que digas quién soy Yo, ya que mi Padre quiere la Caridad para todos. Si a Mí me dan lumbre, no me la dan por Amor a Dios, me la dan porque soy Dios. Yo no he venido para que a Mí sólo me amen, Yo he venido para que se amen unos a otros como Yo os amo.

   –Mañana buscarás donde arda la leña, porque en este sitio no levantará más llamas, ni se verá rescoldo.

Cogieron cada uno su ropa y, andando en caravana, pasaron por una casa de labor, y al ver la luz encendida, llamaron, y salió una mujer de carácter vivaracho, y cuando le contaron el caso, llamó al marido, y con una aceptación contenta dijo mirando al marido:

   –Estos caminantes necesitan descansar. Si tú dices como yo, es sí.

Contestó este santo más que hombre:

   –Tres cargas de leña tengo. Pueden quemarla, ya que camas no tengo. Y si queréis asiento rebuscad por ahí dentro. Ya esta casa es vuestra. ¿Venid del mismo sitio que dicen que vive el Maestro?

Desperté, oí:

¡Cómo se quedó este santo
cuando vio de pie al Maestro!

Y le dijo: Ya mañana,
verás un cambio en tu huerto,
y la semilla que echaste,
en invierno y en verano
siempre estarás recogiendo.

Y siempre que vayas por leña,
al levantar el hachuelo,
verás los tacos cortados,
que los mandarán del Cielo.

Has tenido Amor al Prójimo,
que a esto es a lo que Yo vengo.


No conocía a Este Dios,
y amaba sin conocerlo.

Él conocía a los dos,
y a uno sólo le da el Premio.


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Libro 3 - La Palabra del Creador - C7

domingo, 18 de septiembre de 2016

Hombre fracasado

En Sueño Profético decían:

El día que el hombre adore a Dios, reinará la Paz y dará horror el nombrar la guerra; se recordará el crimen y no se dirá persona; se nombrará como fiera al que mató por matar. El día que el hombre piense que Dios existe de verdad, tendrá que dar un gran cambio en la forma de enseñar.

Dijo uno:

Es que el hombre prefiere pecado, crimen, guerra y salvajismo, antes que honradez, caridad, humanidad con el inferior y vivir en cada casa los Diez Mandamientos.

Hasta que el hombre no enseñe esto y lo viva, no dejará las guerras, no acabará el adulterio, no dejarán de morir tantos millones de hambrientos. Hasta que el hombre no deje de darle premio al pecado, no se acabará con ello. Todo es falta de adorar lo que Dios tiene dispuesto. Todo es el no pensar que tú tienes que ser muerto, que tienes que ser juzgado cuando dejes todo eso que tú dices: “esto es mío”, y te responden: “sí, dueño”. Entonces querrás decir lo que ahora te recuerdo: “nunca hice lo de Dios, siempre viví en el pecado, nunca desprecié al amigo que vivía condenado”. Hasta que el hombre no enseñe desde niño el pecado, y enseñe a retirarse como enfermedad que tienen y puedes ser contagiado, hasta que esto no llegue, está el hombre fracasado.

Desperté, oí:

Debería ocuparse el hombre,
primero de lo que dura;
después de lo de la Tierra.

Porque no tiene sentido
coger el agua del charco
y que el manantial sea tuyo.

Sabiendo que Dios te espera,
no te llega esa Llegada,
por el pecar de la Tierra.

Hasta que el hombre no enseñe
que al pecado no lo quieran,
no se acabará el hambriento,
no se acabará la guerra.

¡Con lo fácil que sería
que el pecado se muriera!

¡Con lo fácil que es vivir Paz,
que Dios deja en la Tierra!

¡Con lo sencillo que vive
el que no quiere la guerra!

Éstos son hombres de Dios,
que saben que la materia
no sube al Reino de Dios.


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Libro 14 - Dios Manda en su Gloria que Enseñen - Tomo II - Preámbulo

jueves, 15 de septiembre de 2016

Al hombre le molesta que hable Dios

En Sueño Profético hablaban de los Elegidos por Dios, de los que Dios les enseña Sabiduría Divina; de los que antes de ser Elegidos, quisieron ser Elegidos; de los que se prepararon para oír la Palabra de Dios Vivo; de los que no querían pecar y sufrían por el que pecado estaba haciendo, o por la vida que hacía, que lo podía llevar a pecar. Estos Elegidos por Dios, siempre son maltratados por el hombre, son maltratados por el hombre desde el principio del mundo.

Al hombre le molesta que hable Dios; le molesta que sea el Dueño de todo lo creado: de lo espiritual y de lo material; le molesta que Dios sepa quién es el malo; le molesta que Dios no necesite que le abran puertas para entrar en tu casa y sepa lo que tú estás haciendo; y le molesta que Dios diga:

“Huracán, arrasa lo que el hombre hace, que lo cuida creyendo que es eterno. Y si manda a la montaña, que quede montaña en suelo sin que el hombre vea la tierra que montaña estaba haciendo”.

Esto es lo que el hombre no quiere aceptar de Dios, Único en Sabiduría, en Poder y en Mando.

Si el hombre quisiera a Dios, buscaría y aceptaría al que Dios Aquí trae. Primero Lo buscaría por Amor. Y después, por sentirse protegido por este Dios Vivo, por este Dios Guía y Vida Eterna, por este Dios que elige para que su Palabra la lleven de Aquí, de esta Gloria, al hombre, que si se salva, es por la Misericordia que Dios Padre al Hijo manda, por los ruegos del que ama.

Desperté, oí:

La justificación del hombre
al no querer aceptar,
no tiene pruebas ante éste
que Aquí Dios trae a enseñar.

Que compare el que quiera,
separándose de los dos,
y con un sí o un no honrado,
que escriba la aprobación
de lo bueno o de lo malo.

Éstos son dos que discuten:
uno, que me habla Dios,
y otro, que desmiente el Sueño,
éxtasis o revelación.

Pero con la diferencia,
que el que dice “me habla Dios”,
si discute, son Palabras
de pura Gloria de Dios.

Al que desmiente le faltan
palabras y Amor a Dios.

Le falta la inteligencia
para conocer la Voz,
aunque voz sea de cualquiera.

Nada más que la humildad,
se pone en plana primera
del que dice “me habla Dios”,
o del que juzga sentencia.

Dios sabe antes de hablar
el que su Habla desprecia.

Dios sabe el que dirá:
“¡Los santos para la hoguera!”.

“Con los santos acabad.
¿Quién ha visto a Dios en la Tierra,
hablando en un Lugar,
y siendo un Lugar cualquiera?”.

“¡Qué lo procesen, verás
como ya nadie comenta:
Dios habla para enseñar,
y no cosas de la Tierra!”.

Mil veces repite el Cielo:
“¡Hombres necios de la Tierra,
que Dios tan sólo da Paz,
y el hombre le forma guerra!”.


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Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - C1

martes, 13 de septiembre de 2016

Dios daba certificado

En Sueño Profético decían:

Es cosa de Ley de Dios, que el Lugar donde habla Dios, quiera al hombre justificarse, justificarse en que vea que todos sus movimientos es Dios el que los hace. Este Lugar es normal que quiera justificarse, que esa justificación el mismo hombre la hace. Hay veces que juzga el hombre por lo que ve que no hay, y lo que está viendo claro dice que tampoco hay.

Dijo uno:

Un día, cuando íbamos llevando la Palabra del Maestro, salieron dos al camino y uno dijo:

   –¿Cómo podéis justificar que sois Discípulos del Maestro?

Fue Pedro el que contestó:

   –Todo esto lo sabe el Maestro, por eso cuando nos da la Palabra ya nos remata diciendo: “Yo iré con vosotros. Esto el hombre lo verá en vuestro comportamiento y en los prodigios que ocurran, que creerán que los habéis hecho vosotros. Este es el certificado que lleváis sin ellos verlo”.

Cuando Pedro terminó, los rostros de ellos se vieron para darles sepultura, aunque se movían los cuerpos. Fueron a mover un pie, y oyeron de Aquí del Cielo: “No pidas certificado cuando a Dios ya Lo estés viendo”. Este fue el certificado que Dios les mando del Cielo.

Desperté, oí:

Dios daba certificado porque sabía que dudaban de que viviera el Maestro.

El darles Él su Palabra, hacía que ellos vieran algo que no era del hombre.

Ese “algo” era el que paraba a otros hombres como ellos.

Pero ese “algo” faltaba a los que no iban con el Maestro.

Era el “ve y di que me ha mandado el Maestro, que mi Padre ya está viendo cómo es tu recibimiento”.

El certificado era el hacer ellos lo mismo sin que vieran al Maestro.

Es del Camino de Dios, que sepan quién eres tú.

Dios ya presenta al Lugar, pero el hombre necesita que Lo amaran de verdad.

Al hombre que ama Dios, le sobra certificado porque conoce su Voz.

Es del Camino de Dios, que lleves certificado para el que no conozca su Voz.


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Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - C4

lunes, 12 de septiembre de 2016

Esto es igual a aquello

En Sueño Profético decían:

Publicar lo que ella ha visto Aquí, ha sentido y ha oído, es grandioso.

Pero lo que ya no pueden buscar, en nada que esté escrito por el hombre, son estas Frases y estas Palabras dichas con tan pocas letras, y que estas pocas letras digan tanto. El hombre ve que esto no es de otro hombre.

De estos Escritos, verás su gran efecto en el que dice: “Yo no creo en Dios”. Al oírlos, su espíritu quitará este “no”, y en sus oídos tendrá tintineo diciendo: “¿Crees en Dios?”. Y esto ya hará que muchos lean y que reclamen que no se pare esta Publicación.

El que a ella oye leer sus Dictados y hablar de Aquí, jamás podrá compararlo con nada que Dios mandó escribir anteriormente a ella, ni a este oyente pueden dejar indiferentes estos Mensajes.

Desperté, oí:

Hay quien compara estos Escritos con los anteriormente mandados a escribir por Dios.

Cuando Dios habla por el Portavoz, tú tienes que decir: ¿Aquello es igual a esto? ¡No! Esto es igual a aquello.

No sería correcto que compararas a la persona con el retrato; y sí, el retrato con la persona.

Si quieres saber si habla Dios, quítate el “yo”.

Este “yo” te adula ahí y te aparta de Aquí.

Dios constantemente te está diciendo que no murió, y que para que el hombre ame, habla Dios.

Si Dios te permite tu cargo ahí, es para que divulgues más de Aquí.

De Aquí fuiste, y Aquí tienes que venir.

Te fue permitido el ir ahí. Pero tu espíritu, si tú no lo sanas ahí, éste, a Dios no ve Aquí.


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Libro 7 - Investigaciones a La Verdad - Tomo I - C7

domingo, 11 de septiembre de 2016

Tres caminos

En Sueño Profético vi tres caminos, y en el comienzo de cada camino había un arcángel. Dijo Gabriel:

Estos tres caminos son los que te llevan directamente a Dios. En estos caminos no hay intermediarios. Estos tres caminos llegan al mismo sitio. Estos son el Camino de la Humildad, el Camino de la Caridad y el Camino de la Paciencia. Estos tres caminos son uno: Amor a Dios. Estos caminos Aquí llegan. Y apareció Dios Padre, Dios Hijo y el Espíritu de Dios Padre en forma de Palomo.

Dijo Gabriel:

El Espíritu de Dios Padre es el que se comunica al hombre. Se comunica cuando el hombre va por uno de estos caminos, pero abrazando a los tres. Luego hay miles de comunicaciones, pero no son con el Espíritu de Dios Padre y actuando el Hijo. Son comunicaciones que Dios permite de mil formas.

Estaba el Hijo a la derecha del Padre. El Hijo estaba con Cuerpo entero, se veía hasta los Pies. El Padre, de medio Cuerpo. Y delante estaba el Palomo con las alas cerradas.

Desperté, oí:

Todo esto es Dios Padre.

Dios, cuando sólo era Dios Padre. Dios, cuando se hizo Hombre. Y Dios en Espíritu, en forma de Palomo, Veloz y Divino.


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Libro 1 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo I - C1

sábado, 10 de septiembre de 2016

Dios se comunica al que así ama

En este Sueño Profético era todo lo que hablaban, del Amor. Decían:

Para que Dios elija a un espíritu para enseñar de su Gloria, éste, antes de ser Elegido, tiene que haber amado mucho sin pensar en la Gloria que Dios le hubiera dado, y en todos sus actos haber pensado no disgustar a este Inmenso Dios, dando paso atrás en cuanto creía que era ofenderlo.

Al que así ama, Dios se comunica y le enseña para que éste enseñe. Esta Enseñanza tiene que ser oída del mismo que Dios se la comunica. De no ser así, sabrá el hombre por lo que hay escrito, y continuará este mal que el hombre hizo mal al principio de Dios hablarle al hombre.

Dios habla no para que el Elegido lo escriba y cuando suelte la materia el hombre diga todo lo que lea, dando las explicaciones equivocadas, por no ser a él al que le habló.

Desperté, oí:

Si tú no has estado ni has visto la aldea, tú no puedes hablar con certeza de cómo son las aldeanas.

Coge al que va y viene a la aldea, que éste, bien te enterará.

Los Mensajes tiene el Profeta que divulgarlos, pero con Publicación, sirviéndose de los adelantos del hombre, que bien dicho, no son del hombre, son de Dios.


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Libro 4 - Te Habla el Profeta - Tomo I - C1

jueves, 8 de septiembre de 2016

Dos mujeres

En Sueño Profético hablaban dos mujeres de un hecho de cuando Dios vivió de Hombre, que era Hombre a la vista del hombre, pero era Dios.

Dijo una:

¡Qué sencillo es amar y creer, y qué montaña ve en esto el que no ama!

Yendo yo un día con mi tabla de pan al horno, a que recocieran las piezas que había amasado, oí un tropel por la calle –esto fue un año antes de su Crucifixión–. Venía conmigo otra que siempre estaba hablando de Dios Padre. Ninguna de las dos lo conocíamos. Yo sentía deseos de conocerlo, pero siempre vivía a distancia de Él. Pues ya que vino a mi pueblo, yo no me quedaba sin conocerlo. Dejé la tabla sin aún cocer y me uní a los que contentos iban detrás de Él. La que venía conmigo no creía que era Dios. Dijo:

   –No sigo. Será un hombre muy santo, pero de esto a que sea Dios va un gran paso.

Cuando llegó a una plaza se paró mirando a los que tenía detrás, y con la Mirada puesta en mí... Sigue tú –le dijo ésta a otra que también el caso presenció.

Le dijo:

   –Tú has creído en los Profetas porque creías en mi Padre, y ahora crees que soy Dios. Si no crees en mi Padre, no buscas al Hijo, no lo conoces y no sabes de su Reino. Si todos hacen lo que ha hecho la que ha despreciado la Palabra que Yo traigo de mi Padre, mi Padre no me manda. Ésa ya sabía mi Padre que no lo amaba, aunque hiciera mucho uso de su Nombre. Tú darás testimonio cuando jamás pronuncie el Nombre de Dios.

Desperté, oí:

Dios le quitó del pensamiento y de su lengua, el que usara más su Nombre en falso.

Fue escándalo su silencio cuando no podía pronunciar el Nombre de Dios.

Todas las palabras las hablaba normal, pero el Nombre de Dios no tenía sonido.

Había quien le decía: “Deletrea”, y entonces quedaba como convulsionada.   

La que amaba y creía, abandona el pan y a Dios sigue noche y día.

La que no amaba, hoy no lo puede dictar. Dicta la que amaba.

Ya, al presenciar la forma de Este Dios hablar, todos se convierten en llanto, que era el Amor expresar.

El que creyó en los Profetas, a Dios tuvo que buscar.


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Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - C6

miércoles, 7 de septiembre de 2016

La alegría de Dios

En Sueño Profético decían:

¡Qué alegría es la alegría, cuando es alegría de Dios! Estas palabras fueron en mi familia una herencia que iba de unos a otros.

Ya dijo otro que a veces contestaba con palabras que eran sentencias:

La alegría que no es de Dios,
no es alegría,
es engaño de tu vivir,
es estuche bien presentado
que nada tiene al abrir.

La alegría de Dios
se puede tener hasta en llanto,
se puede tener en pobreza,
cuando tú lleves sus pasos.

Dos amigos tuve yo,
y su familia y la mía
siempre estábamos preguntándonos:
que si hace falta algo
de lo que yo sea dueño,
dueño a vosotros os hago.

Estas dos familias, y la mía tres,
no teníamos nada más que el trabajo,
pero teníamos abundancia de alegría,
y a todo, aire le dábamos.

Hicimos una sociedad,
y a cada uno un contrato,
que esto se prometió:
no se admite alegría
si no es venida de Dios.

Cuando no tengas sufrir,
tendrás alegría;
y cuando venga sufrir,
esta alegría se convierte
en sentir a Dios en ti.

Y ya es sufrir y alegría,
porque el sufrir de la materia
tiene que llegar,
pero sintiendo a Dios,
puede decirse sufrir,
si es alegría en el sufrir
de sentir a Dios a tu lado.

Desperté, oí:

¡Qué presentación de Dios
hace alegría sin pecado!

¡Qué contrato que servía
para hacer a miles Santos!

Trabajo tenían de sobra
aquellas gentes tan buenas.

Y la alegría de Dios
despreciaba las quimeras.

Nunca tuvieron a Dios,
pensando: “Allí está, en el Cielo”.

Andaban con reverencia
porque Lo sentían dentro.

La alegría era de Dios
porque duraba el contento.


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Libro 14 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo II - C1

lunes, 5 de septiembre de 2016

El que más ama menos calla

En Sueño Profético decían:

Hay quien cree que el que Dios elige para que enseñe de Aquí, éste tiene que estar sin descanso detrás del que no quiere cuentas con Dios. Este camino es bastante equivocado. El que lleva la Palabra de Dios, comunica sin esforzarse. Pues del que la oye es el deber del esfuerzo. Este esfuerzo es mejorando costumbres y desprendiéndose de todos los defectos que tuviera.

El Profeta es para dar testimonio de la Existencia de Dios y quitar los errores que el hombre tiene hechos de Aquí.

El que al Profeta escucha y defiende, cree que le hace favor.

Dios no es Dios para Dios, Dios es Dios para el que no es Dios.

Hay quien cree que es bueno con Dios porque cumple en sus actuaciones materiales, y hay veces que cumple con exceso, pero esto no es amar a Dios. Amar a Dios es defender la Palabra de Dios, y oírla, y divulgarla. A Dios no puedes quererlo y oír su Mensaje sin defenderlo.

Desperté, oí:

El que más ama menos calla, más defiende al Profeta y no consiente el insulto hacia éste.

El que cree en el Poder de Dios, cree en el Profeta, pues sabe que Profeta es Dios hablar a través del hombre.

El que conoce al que Dios le habla, ya puede dar gracias a Dios por este privilegio.

No aceptarlo es desprecio a este Poderoso Dios.

Siempre que habla Dios, es para enseñar de las cosas del espíritu y guiar a la materia a que conozca al espíritu.

Dios permite el nacimiento del hombre, pero el abandono de la materia es Llamada de Dios al espíritu.

Aquí el hombre no puede impedir nada.


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Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - C3

domingo, 4 de septiembre de 2016

Vanidad del hombre

En Sueño Profético hablaban de la vanidad del hombre. Decían:

Siempre que Dios habló en el hombre y para el hombre, el hombre rechazó lo que Dios estaba diciendo. ¡Lástima que esta vanidad lo retire de Dios!

Aceptando la forma en que estas Comunicaciones van comunicadas, no podrá el hombre decir: “Dios me perjudica”. El hombre sí puede decir: “Yo es que a Dios no amo”. Pero esto no lo dice el hombre de palabras, el hombre lo dice con su actuación. La actuación tiene más valor que las palabras. Esto fue dicho por el Maestro.

Me contó a mí un tal Ginés, que una mañana cuando el Maestro pasó por una calle, una mujer que allí Lo esperaba le dijo:

   –Maestro, Tú por mucho que me hables de Dios, no puedes enseñarme nada que yo ya no haya aprendido. ¡Tu Enseñanza será para otros!

Estas Palabras salieron de la Boca de Dios Hijo:

   –Tú no actúas como mi Padre manda. Tu actuación no es compañera de tus palabras. Mi Padre dice: “Éste es mi Hijo amado”, y tú no has deseado conocerme. Tus palabras no sirven, porque tu actuación es tibia y no de fuego.

Desperté, oí:

Esta mujer hablaba mucho de Dios sin querer conocerlo.

Valdría más que su actuación hubiera sido de fuego sin palabras.

Reflejaba su vanidad delante del mismo Dios.

¡Qué actuación más miserable, despreciar la Sabiduría de Dios, Maestro Único y también Poderoso!

La vanidad se le ve a aquél que dice que sabe, porque Dios lo deja saber.

Que si pensara que sabe, pensaría que no era saber.


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Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - C2

sábado, 3 de septiembre de 2016

Este Manantial Divino es para que todos beban

En Sueño Profético decían:

Las Comunicaciones tienen que ser publicadas. Los Libros serán puestos a la venta, en público. Para el estudio ya tienen argumentos y Escritos suficientes.

Estas Palabras, tan inmensas en Teología, tan sencillas dichas y con tanto provecho, no pueden quedar en vía muerta. La Publicación no puede ser prohibida por ser Palabra de Dios. Dios permite al hombre y, al final, Él hace.

Tu Paz te aumentará, y los Libros se publicarán. Este Manantial Divino es para que todos beban.

Desperté, oí:

La Publicación se hace porque la prohibición es ahí.

Es de bien, el recordar que es Dios quien permite.

Quien a Dios llamara y sus Palabras no hubiera oído, antes que respuesta, tiene sus llantos y ruegos.

Dios llama y perdona, pero no te ruega.


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Libro 7 - Investigaciones a La Verdad - Tomo I - C7

jueves, 1 de septiembre de 2016

Cómo dejar de pecar

En Sueño Profético hablaban de cómo dejar de pecar. Llegaron unas mujeres que estaban pecando mucho y dijeron:

   –Magdalena, tú contéstanos sin llanto ¿se puede dejar de pecar, estando pecando tanto? 

Contestó la Magdalena:

   –¿Es pregunta con Amor u os estáis de mí mofando? Porque según preguntéis, yo os iré contestando.

Respondió la que era más joven:

   –Yo, antes ya de venir, a Dios Padre he llamado, por si no voy a cumplir lo que Él tiene mandado que me venga enfermedad y quede mi cuerpo sellado, para que todo el que lo vea se retire del pecado.

   –¡Basta! –dijo Magdalena. Yo no necesito tanto, con que quieras que te enseñe a amar como yo Lo amo... Te voy a decir lo primero que a mí me fue pasando: Un día, estaba yo con unos cuantos hablando, y pasaron dos o tres, y dijo uno de los que estaban conmigo:

   –¿Ves esos hombres? Dicen que son como hermanos de ese que llaman Maestro, Mesías, Hijo del Hombre, y otros Le llaman Dios Hijo”.

Miré con tanta insistencia que uno quedó parado, y me dijo:

   –Magdalena, ¿quieres pasarte a este Lado?

   –¿Es que tú a mí me conoces cuando mi nombre has pronunciado?

   –Somos Discípulos del Hijo del Hombre, a quien su Padre ha mandado a salvar a pecadores y quitarlos del pecado, y a Él, como Dios que es, nadie Lo tiene en engaño.

Siguieron su caminar, y cuando anduvieron unos pasos los llamé con ansiedad para ir yo sola a Buscarlo.

   –Decidme, ¿adónde podré yo ir que allí estuviera?, porque sé que ya no peco, porque pecar no pudiera con este Amor que siento en espíritu y materia.

Desperté, oí:

Cuando llegué a Verlo,
mis lágrimas se caían
en silencio en el suelo.

Y cuando me perdonó,
quise de mi espíritu arrancarme algo
para tener sólo a Dios.

Esto mismo le enseñé
a ésta que me preguntó:
¿Se puede dejar de pecar,
estando pecando tanto?

Dios quiere que ya no peques,
sin preguntarle tus daños,
porque si te Los refiere,
mueres de angustia y de llanto.

MAGDALENA


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Libro 1 - Meditaciones y Palabras Directas con el Padre Eterno - Tomo I - C8