jueves, 30 de julio de 2020

Es grave pecado quitar de que a Dios vayan siguiendo

En Sueño Profético decían:

Adora a Dios y maldice al que Lo persiga.

Perseguir a Dios es el peor pecado que puede existir en el hombre.

Dios perdona al pecador que hizo el pecado, si quiere el Perdón después de no hacer pecado. Pero el que arrastró de Dios para que pecaran, éste no tiene Perdón.

Dijo uno:

Un día Le preguntaron a Jesús: “¿Maestro, es pecado grave el quitar al que Te sigue, poniéndole defectos a tu Enseñanza?”.

Cuando lleves mis Palabras al que te ha dicho que las preguntes, retírate de él, porque éste lleva la fuerza de Satanás, y puede hacerte daño cuando él vea que puede hacer daño.

Piensa, ¿qué es más grave, comprar la mercancía y tirarla, o ir detrás del vendedor pregonando que la mercancía es mala?

Éstos, cuando miren al Cielo, ya estaré Yo Allí con Cuerpo. Oirán palabras de remordimiento cuando vean que era Dios el que estaba en la Tierra viviendo de Hombre, y en Espíritu en el Cielo
”.

Desperté, oí:

Los que mandaron a que hiciera la pregunta no tenían amistad con el Maestro, y a todo el que podían lo quitaban de que Lo siguiera o fuera a conocerlo.             

Dios le pone la parábola del vendedor que tú no quieres su mercancía, o que no quieres que nadie la quiera, (esto siendo mercancía buena)

Uno hizo la pregunta, y enseñó a más de un ciento, un ciento en aquel día, pero aún siguen aprendiendo.

Es la Palabra de Dios la que te guara la Gloria y la que te guía el cuerpo.

Por eso es grave pecado quitar de que a Dios vayan siguiendo.


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Libro 23 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo IV - C1

miércoles, 29 de julio de 2020

Allí está hablando Dios

En Sueño Profético decían:

Sufre el que lleva las Palabras de Aquí, porque el que las oye, no cree en la Comunicación de Dios al hombre. No cree y no busca al Comunicante. Al contrario, pone distancia, dudas y desprecio.

Estos son cristianos por fuera, no cristianos por dentro.

Dijo uno:

No puede haber lentitud en dejar las cosas de este Cielo como algo de la Tierra, que te molesta el saberlo, y mejor que no te hablen, porque te ponen inquieto.

A los que pudieron saber y no quisieron, ya les llegará el momento de querer oír. Pero no oirán de boca del que Dios le da el Mensaje. Porque el Mando de Dios ya lo mandará a otros caminos que la siembra antes nazca, por ser el terreno más limpio.

El día que esto llegue, habrá quien se ponga triste. Pero ya no volverá, como años que viviste y se quedaron atrás; como crecimiento hecho, que no puedes achicar cuando haya sido el cuerpo.

Todo esto ha de pasar el que no quiso escuchar lo que Dios está diciendo.

Desperté, oí:

No admite disculpa ni buenas palabras, no buscar con ansias y dejando todo, aquel que le digan: “Allí está hablando Dios”.

Querer desmentir, sin llegar a verlo, es mucho peor si sabes la vida que lleva y que enseña aquel que te han dicho.

Tú entras en el grupo de los que se pondrán tristes cuando de bien lejos oigan lo que tú no estás oyendo.

Todo es no creer en un Dios Único y Verdadero, Creador y Poderoso, Padre de todos los hombres, del que quiera ser su hijo.

El que rece el Padre Nuestro, le da firma a este Escrito.


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Libro 21 - Te Habla El Profeta - Tomo III - C3

lunes, 27 de julio de 2020

Todo lo que va de Dios, no hay mejor Enseñanza

En Sueño Profético decían:

Si creyeran en Dios, creerían en la Gloria. Y si creyeran en la Gloria, creerían en los Elegidos y en la Comunicación de este Mundo Eterno a ese temporal por poco tiempo.

No hay quien crea en la Gloria y no acuda al que Dios le da el privilegio de que sepa de la Gloria estando aún con cuerpo. Que sepa y que lo enseñen para luego él enseñar.

Esta Enseñanza es sin tope, y nadie en la Tierra puede quitar Palabra que Aquí manden que quede escrita para comprobación de que no es dicha por el hombre. Si el hombre reformara, ya se vería que no era dicho en la Gloria, y le faltaría esta Fuerza que detiene, acerca a Dios o aparta.

¡Todo lo que va de Dios, no hay mejor Enseñanza!

Dijo uno:

El hombre, cuando reforma la Palabra de Dios, no reforma, se endemonia y aumentan los endemoniados.

Al hombre le agrada más oír que los tiempos están cambiados, que el que quiera, quiera a Dios; y el que no Lo quiera, que viva su vida libre.

Desperté, oí:

Si el hombre pensara que esta Libertad es cárcel en los espíritus que manda Satanás, el hombre se notaría encarcelado.

La Libertad, es sentir a Dios a tu lado.

La Libertad es querer que cada día quieras dar a Dios más querer.

Pídele a Dios, con ganas, que te coja prisionero y que no puedas hacer lo que no mande este Cielo.

Ésta es la Libertad que el hombre no sabe interpretar.


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Libro 18 - Dios No Quiere, Permite - Tomo III - C6

domingo, 26 de julio de 2020

No puede vivir el hombre sólo por comida y dinero

En Sueño Profético decían:

No puede vivir el hombre sin el contacto del Cielo. No puede vivir el hombre sólo por comida y dinero. Que esto que se ha nombrado es el Mando de este Cielo.

No puede vivir el hombre sólo por comida y dinero. Antes de pedir esto tiene que mirar al Cielo, y ya, lo que le venga, le trae Paz y contento, porque Dios lo que le mande será ya con medida y peso.

El dinero y la comida sólo sirven para el cuerpo. Y si no le pones freno, a tu cuerpo le das sepultura y a tu espíritu lo preparas para mandarlo al Infierno.

El hombre tiene en olvido que el espíritu es la vida del cuerpo. Que según tú te comportes, estás manejado por dentro.

Dijo uno:

De un espíritu entregado a lo Divino sale su acción del cuerpo, lucha por llevar la Paz en el espíritu, primero, y te aconseja que borres el mal que te hayan hecho.

Te hace que razones pensando: “Esto es para la Tierra, y esto es para el Cielo”.

Te trae a la memoria: “La muerte siempre la llevo y ésta no quiere equipaje. Todo en la Tierra me dejo. Tengo que cambiar de vida y preferir lo Eterno”.

Desperté, oí:

Si estudias a fondo al hombre,
él te presenta el plano
de su espíritu cómo lo tiene.

Que el estudio sin pregunta,
en su acción
ya te va respondiendo.

Le verás gran avaricia
por lo que dicen que es bueno.

Por lo que el día que muera
lo vendan a grande precio.

Le verás que la venganza
le sale siempre de adentro.

Donde digan que Dios habla,
él se notará inquieto.

Le quitará importancia
a aquello que el no haya hecho.

Si tiene algunos estudios,
él se nombrará el primero,
y todo lo que haga
dirá que sale de su talento.

Pero nunca le oirás:
“Yo, mi Espíritu, es primero”.

Esto, si alguno lo dice,
lo miran con risa
porque no piensan en la muerte
que se presenta y no avisa.

La muerte le ríe al hombre
cuando ve cuidar al cuerpo,
que es lo que a Dios no viene.


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Libro 22 - Investigaciones a la Verdad - Tomo III - C4

miércoles, 22 de julio de 2020

Si quieres saber quién ama a Dios

En Sueño Profético decían:

Si quieres saber quién ama a Dios, busca las obras de caridad que hace.

Si quieres saber quién ama a Dios, sin contestar, van los hechos contestándote.

Si quieres saber quién ama a Dios, pronto puedes enterarte:

Nunca verás variación
que pueda aconsejarte
que hagas algo más
aunque razones te sobren.

Siempre te aconsejará
que la alfombra no la pongas
por donde pueda pinchar.

Si la alfombra va pisando
y se encuentra suavidad,
su cara ya te refleja
algo de ese bienestar.

Si el árbol lo ves caído
y no intentas levantar,
es más fácil que lo pise
aquel que venga detrás.

Todo aquel que veas caído
y lo veas levantar,
al que veas levantando,
duda no te puede dar
de que a este Dios esté amando.

Dijo uno:

Si la fuerza del mal se encuentra con la fuerza del bien, Amor a Dios ya estás presentando. Pero esto es difícil que el hombre lo aprenda, y más difícil el practicarlo.

Desperté, oí:

No puede estar en secreto el que viva este Amor y lo practique.

Siempre te pondrá el camino fácil para tú pasar, para que digas:

“¡Gracias Dios mío!,
que el camino,
ya no siento su pinchar”.

“Yo era árbol caído.
Y quien practica tu Amor,
no puede dejar caído
aquello que quiere Dios”.

En esto y en muchas cosas
ya ves el que ama a Dios.

Ama a Dios sin medida,
y ya tu vivir será
poniendo rosas
donde veían espinas.

Si de este pensar
hubiera un gran aumento,
se achicaría el sufrir
y ya crecería el contento.


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Libro 18 - Dios No Quiere, Permite - Tomo III

martes, 21 de julio de 2020

Es grande el Permitir

En Sueño Profético hablaban del Poder de Dios, del Permitir de Dios y de su Perdón.

Dijo uno:

El Amor ha quedado sin nombrar por quedar nombrado en el Perdón. No puede haber Perdón de Dios si no hay mucho Amor.

El perdón del hombre es de poco valor, como el poder. Y ya el permitir del hombre, pocas veces permite y regala.

Hay grande diferencia de cómo actúa el hombre y cómo actúa Dios. Si el hombre tuviera el Poder que Dios tiene, jamás perdonaría cuando otro hombre de menos poder él, creyera que lo insultaba.

Hoy toca poner ejemplos para que el hombre compare y cada uno encaje su actuación o su pensar:

Al hombre le gusta que le hablen de la vida de pecado, y le aburre el hablar de Dios. El hombre cree todo lo que le dicen del mundo de materia; y cuanto más imposible, más da la razón, basta que lo diga otro hombre de la Tierra, de esos hombres que otros hombres le dan tanto valor. Pero ahora que alguien le hable de Aquí, que alguien dé manifestaciones de contacto de esta Gloria, que presente las Palabras que Dios manda dictar, que entregue Escritos en los que ves que es el mismo Dios con estas Palabras: “Yo soy Dios Padre”, y esta Visión sea vista en espíritu, continuando la Enseñanza viendo al mismo Dios de Hombre terminando el arrobo con estas Palabras: “Es mi Espíritu el que entra en la carne y actúa Dios Padre, Dios Hijo, en Sabiduría, que es el Espíritu de Dios Único”. Que piense el hombre cuántos aceptan este Poder de Dios hecho comunicación, que es Dios llegando a los sentidos del hombre.

Desperté, oí:

¡Cuánto imploran en el Cielo,
que el hombre comprender quiera!        

Si el hombre pensara en Dios,
Dios haría que comprendiera.

Pero les viene el pesar,
para que mande condena.

Si Dios usara el Poder,
ese mundo hace siglos,
que mundo no podrías ver.

Tal vez lo hubiera acabado
cuando en Tierra puso el Pie.

Cuando el hombre lo recibe
queriendo el Crimen hacer.

Que no lo hizo entonces,
que fue unos años después.

Es grande el Permitir,
y es grande su grande Amor.

Y es el Único en el Cielo
que puede dar el Perdón.

Sabiendo todo esto,
el hombre sigue
sin amar a Dios.


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Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I

lunes, 20 de julio de 2020

El adelanto del hombre no es adelanto

En Sueño Profético hablaban del adelanto del hombre. Decían:

El adelanto del hombre no es adelanto, es para acabar con el hombre. Porque es destruir, matar y romper carne, poner Infierno en los hogares.

Dijo un Espíritu con el Mando de Dios:

Hasta que el hombre no civilice al espíritu, no será adelanto.

Adelanto no puede ser, cortar el pie para salvar el zapato.

Adelanto no puede ser, copiar del animal y que tu piel sea tu traje.

Adelanto no puede ser, que la vía no la cuides y que limpies mucho el tren.

Adelanto no puede ser, que tu tiempo y tus bienes los tengas para ese mundo y no quieras saber de Éste.

Adelanto no puede ser, saber que mueren de hambre por el pecado ladrón y el hombre no practicar la Palabra de Dios.

Desperté, oí:

Decían en la Gloria, que la palabra adelanto, le iba, cuando el hombre persiguiera al espíritu y lo civilizara.

Y ya al cuerpo lo educara a no coger lo que no es suyo.

A no comer sin repartir comida.

Y a no entender de guerras porque guerras no se conocían.

Esto sería una civilización llevando a la cultura. Y se oiría “ha muerto”, pero no “matado”.

Decían que este adelanto que tenía el hombre era caballo desbocado.

Sin llevar jinete, ni en cuestas, ni en llanos.

Si al caballo y a otros animales los civiliza el hombre, ¿por qué el hombre no llora queriendo ser civilizado?

Espíritu civilizado es el que no puede oír: “hambrientos”, ni “han matado”.

Estas Palabras desprestigian al adelanto.

Adelanto no puede ser sin cumplir lo que sirve para venir Aquí.


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Libro 32 - La Palabra del Creador - Tomo III - C8

domingo, 19 de julio de 2020

Amor Divino

En Sueño Profético hablaban del Amor de Dios. Decían:

Este Amor, cuando te llega, antes lo sientes por dentro. Te da alegría y pena. Pena, porque ves personas buenas, pero por dentro no llevan esta medida de Amor que te convierte en alegría la aceptación que te llega a lo que permite Dios a los hombres en la Tierra.

Yo decía que no era vida
el que este Amor no sintiera.

Este Amor,
vas con compaña
aunque crean que vas sola.

Este Amor se hace ladrón

y el sueño te lo roba,
o se lleva el movimiento
que tenía tu persona.
Y te hace que veas y oigas
lo que vive Aquí en la Gloria,
que esto, su nombre es éxtasis,
que te aparta
del movimiento en la Tierra.

Esta alegría es por dentro
más fuerte que por fuera.

Yo, cuando a mis compañeras
se les oían los suspiros,
me metía con ellas
y les decía estas palabras:

“No aceptad los suspiros,
poned las caras contentas,
que a mí, si me veis llorar
es porque quiero que me crean
cuando me pongo a contar
lo que el espíritu ha visto o ha oído
cuando el éxtasis llega”.

Desperté, oí:

Después de decir
este Amor como se siente,
veo que faltan palabras,
porque el sentir del espíritu
te detesta las palabras.

Este Amor se hace dueño de tu espíritu,
y ya sientes Fuego que te quema,
y tú Le pides más Fuego.

Yo no estaba contenta
como no sintiera éxtasis
y mi nombre lo sintieran
de este Dios que si Lo buscas
sale al camino y te espera.

¡Ay Señor, que yo quisiera
ir manchando de este Amor
y que tu Mando pidieran!

Yo quisiera que tu Nombre
muchos lo tuvieran en la boca,
y la mirada en el Cielo.

Yo quisiera, y tanto quiero,
que Te buscaran los hombres
porque sintieran este Fuego.
Y ya cambiarían sus vidas
y se harían prisioneros.

¡Ay éxtasis de Amor Divino,
que lo quisiera más largo!

¡Ay Cárcel de mi Señor,
que yo quisiera llenarla
contando lo que me pasa!

Aunque no diga mi nombre,
ya lo dicen mis palabras.

Yo quisiera encontrarme
con muchos que me buscaran.

TERESA DE ÁVILA


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Libro 26 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo III - C9

sábado, 18 de julio de 2020

Dios premia al que te busca

No me podía dormir, aunque quería dormirme, pidiendo a Dios que sus Representantes me vieran en su conciencia. En Sueño Profético decían: Todo el pensar que te llegue es defendiendo el Amor que a Dios le tienes. Y tu sufrimiento es el desprecio que el hombre Le tiene. Dijo uno: Debería hacer cadena, el que crea en Dios, y quitar el sufrimiento que al Elegido llegara, en vez de aumentarlo, de acción o de palabras. Este Lugar, todo lo que hace es Iluminación o dicho en el arrobo. Sus palabras y su consejo no pueden ser para mal, porque entonces no sería Elegida de Dios y Mensajera para llevar las Palabras que Dios dice en su Reino. Decían que al sufrimiento consolaran y al desprecio no buscaran. Desperté, oí: ¿Cuándo verán los Ministros de Dios, los cultos y los rudos, que todo esto es Dios hablando! El pensar qué hacer, le roba el descanso. Si calla, no está callada. Si habla, tiene que ir moldeando, según el sitio, para que a Dios no Le llegue el enfado. ¿No puede el hombre pensar que es Dios el que le da el Mando? Y si hace este pensar, el Amén le está faltando. Dios premia al que te busca, y aparta al que te ofende. El empiezo del Mensaje Dios manda que quede escrito como el arrobo. *** Libro 31 - Te Habla el Profeta - Tomo IV - Cierre del Libro

viernes, 17 de julio de 2020

El Tesoro del alma

En Sueño Profético decían:

Coge la Palabra de Dios
como tesoro del alma,
que este tesoro
no se encuentra en la Tierra,
si del Cielo no lo mandan.

Este tesoro se queda,
si practicas las Palabras.
Y ya en este practicar
va repartiendo Enseñanza.

Que el que aprende y la practica,
ya le quita la importancia
a aquello que tanto admira
el que en la Tierra se ancla,
y se hace esclavo y guardián
de todo lo que no sirve
Aquí en la Eternidad.

Eternidad:
sitio final del espíritu
cuando ya abandona el cuerpo,
que el cuerpo
no manda en el espíritu.

Por eso estas Enseñanzas no culpan al cuerpo ni mandan enseñanza para él.

El cuerpo es bastón en manos del cuerpo, que su movimiento le va de las manos.

Espíritu de Dios: cuerpo manejado con gran diferencia en todos sus actos.

Desperté, oí:

Hasta que el hombre no aprenda
a preferir al espíritu,
no notará la diferencia
del poder que tiene el espíritu.

El espíritu obliga
a que la lengua
bendiga o maldiga.

El Espíritu hace
que te hagas ladrón de la Gloria,
quitando espíritus
y llevándolos a condenarse.

El Espíritu te amansa
y te obliga que hagas Caridad
y te prohíbe palabras
que a Dios puedan enfadar.

Te enfrenta con el pecado
y conoces la maldad,
cuando dicen que no es malo.

Te obliga a que perdones,
si el Perdón Dios lo ha mandado.

Te hace que acarrees
al que sufre
el engaño del pecado.

Todo lo que haga el cuerpo,
el espíritu lo ha mandado.

El hombre abandona la raíz
y cuida la copa del árbol.


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Libro 22 - Investigaciones a la Verdad - Tomo III - C5

jueves, 16 de julio de 2020

Con desprecio no puedes aceptar nada que Dios mande

En Sueño Profético hablaban espíritus que siguieron a Dios cuando vivió de Hombre, Maestro, que fue el nombre que Él les dio a sus Discípulos para que en sus bocas lo pusieran para Nombrarlo.

Dijo uno:

Yo Le oí varias respuestas a preguntas que Le hicieron. Unas fueron con Amor, otras fueron de fariseos. Y fueron preguntadas donde más podían oírlas. Éstas son las dos maneras en que las preguntas que aquí dicto fueron preguntadas y antes fueron dichas al espíritu:

   –Maestro, ¿el que va Contigo es que Te quiere más que el que no Te sigue aunque Te quiera, o tiene que Pedirte Mando para que lo vean que te sigue?

Todos oímos – y ninguno pudo contestar las Palabras que fueron a la pregunta:

   –El que no Me quiere, no puede Seguirme, porque mi Padre Me manda enseñar para que no pierdan su Gloria, que es a donde Yo tengo que Irme cuando mi tiempo se cumpla porque el hombre mate mi Cuerpo. Que esto lo sabe mi Padre antes de hacerse Hombre, que es el Dios que estáis viendo.

Otra pregunta fue ésta. De dos que iban discutiendo, uno dijo:

   –Maestro, quisiera oír de Ti cuál de los dos la razón tiene. Si uno Te desprecia y otro Te hizo mal y quiere quitar el mal, aunque el que te despreció no hizo mal, ¿cuál es más malo?

   –Es peor el desprecio que el pecado. El desprecio no pide el Perdón. El pecado Me busca como tú Me has buscado. Sígueme y ya cuenta que te tengo perdonado.

Desperté, oí:

El que pecó quería buscar al Maestro, y el que Lo despreciaba, siempre le quitaba las ganas.

Diciéndole: “¿Tú no vives bien sin Él? ¡Pues sigue viviendo!

“¿Es que los que Lo siguen son más buenos?”.

“Pues yo sé de algunos que Lo siguen sin Quererlo”.

Pronto contestaba él: “Ésos son los fariseos. Yo ya no puedo seguir contigo conversando, porque no nos entendemos”.

Es difícil la amistad con el desprecio cuando son dos iguales.

Pues piensa que puedas tener amistad con el que Dios le hable, y tu desprecio te aparte.

Con desprecio no puedes aceptar nada que Dios mande.

Y con arrepentimiento, Dios, el Perdón puede darte.


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Libro 28 - Hechos de Jesús Perdidos Hoy Dictados en Gloria - Tomo V - C5

miércoles, 15 de julio de 2020

El que a Dios le haga servicio contento, que se cuente ya en el Cielo

En Sueño Profético hablaban del Mando de Dios, de su Permitir, de su Perdón.

Decían, que había mandos pedidos, y mandos que, sin pedirlos, Él los mandaba. Igual que había pecadores que esperaban que Él su Perdón mandara, otros despreciaban el Perdón porque a Dios no buscaban. Decían, que no había alegría mayor que pedir a Dios Mando con tu vivir y que Dios te mandara, que son los que Él elige cuando tú a Dios buscabas. Éstos son Mandos pedidos, esperando la llamada. Luego, están los Mandos que Dios tiene que mandar, que unos son hechos con gana y otros son hechos de mala gana. Pero con el Poder de Dios los ves corderos, aunque les falte la lana. Que a veces, ante el temor, ya se vuelven recaderos de Dios.

Desperté, oí:

Si mides y pesas la alegría
de hacer un servicio a Dios,
te quedarás con las ganas,
por no haber metro ni balanza,
ni tampoco tasador.

Que como no ames,
no valoras este sentir.

Hay quien nunca a Dios sirvió,
y cuando le llegó Mando,
Perdón a Dios Le pidió
después de hacer el Mando.

El que siempre se ofreció,
nunca estaba satisfecho
de que le mandara Dios.

Porque sabía que Mando pedido,
premio sería recibido.

El que a Dios le haga servicio contento,
que se cuente ya en el Cielo.
   

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Libro 31 - Te Habla El Profeta - Tomo IV - C7

martes, 14 de julio de 2020

Lo que yo recibo de Dios, nadie me lo puede dar

En Sueño Profético decían:

Dios da sin cambio, Dios da sin medida. Pero ¿quién valora esto?

Dijo uno:

Debería el hombre pensar:

“Lo que yo recibo de Dios,
nadie me lo puede dar”.

“¿Quién podría hacerme un seguro
con una seguridad
de que mi cuerpo no muriera,
ni los que yo tanto quiero,
hasta que yo lo pidiera,
sin contar tiempo ni edad?”.

Si piensas al día esto,
tres veces nada más,
ya no le das importancia
a lo que por Dios hagas ya.

Lo que quieres es su Mando,
porque en el Mando vida da.

Si te manda con materia,
muerta tu carne no está.

Y si te manda en la Gloria,
ya no hay mandar igual.

Yo serví a Dios contento
cuando viví con materia.

Lo servía y yo solo me mandaba
aquello que sabía que Él quería,
aunque a mí no me mandara.

Yo vivía la alegría
de saber que Él esperaba,
y que si tú Lo querías,
Él jamás te abandonaba.

Pero al hombre yo le oía,
siempre pidiendo cuentas,
el porqué esto sería.

Unas veces contestaba;
y otras, yo tenía prisa,
y dejaba las palabras
en el ambiente perdidas.
 
Pero a mí, muchas más ganas
de servirlo me venían.

Desperté, oí:
Hablaban en la Gloria espíritus
que siguieron a Dios
cuando vivieron con cuerpo.

Pero que no fueron
conocidos por Elegidos.

Los conocían por hombre buenos.

Querían estar siempre
haciendo servicio al Cielo.

Nunca se vieron cansados
de practicar el Evangelio.

Sus espíritus siguen hoy
al Mando de Dios, sin cuerpo.

Ten contento y alegría
cuando hagas servicio al Cielo.

Que Dios te quita el cansancio
y te va aumentando Premio.

No hay alegría mayor
que querer hacer aquello
que sabes que espera Dios.


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Libro 18 - Dios No Quiere, Permite - Tomo III - C6

lunes, 13 de julio de 2020

Si en mis manos está, cuenta con ello

En Sueño Profético decían:

Ésta es la Gloria; que la maldad del hombre lo deja sordo y ciego para que no vea ni oiga; que la maldad la presenta despreciando al que Dios Aquí trae. Si esto así no fuera, no necesitaría el Elegido buscar a nadie en la Tierra. Tan sólo presentarse, y presentando estas pruebas, antes de decir “yo quiero”, debería haber respuesta: “Si en mis manos está, cuenta con ello. Si yo se lo voy a servir al que da vida a mi cuerpo, y luego, si Él no quiere, no me da entrada en su Reino, ¿cómo negar y cerrar puertas al que coge de Instrumento?”.

Dijo uno:

A pesar de los siglos que hace que Dios bajó de Hombre a la Tierra, el hombre sigue igual. El hombre, a Dios, todo Le niega; y disfruta humillándolo, por pedir chico que sea; y no piensa ni se asusta. Se recoge en su materia y saca el listín de leyes, que siempre están mal hechas.

Si la ley es esperar, quita de la fila al que le falte la pierna y le veas la cara triste, apoyado en las muletas. Esto no lo hace el hombre, porque la ley la respeta.

Desperté, oí:
Piensa lo que Dios iba pidiendo
y lo que enseña a pedir.

Caridad es lo primero,
y justicia, a seguir.

Luego, las leyes las cumples,
cuando las leyes
sean cuchillos para ti.

Pero lo que el Elegido pide,
jamás te perjudicará a ti.

Porque si el pedir es malo,
Dios no le puede decir:
Di que en mi Gloria Yo te hablo”.

Y es para hacer pensar sin olvido:
“yo negué y estoy negando”.

Al que un día me dirá:
¿Qué has hecho con lo guardado?”.

No tiene disculpa el hombre
al humillar al que Dios le dice:
Ve enseñando en mi Nombre”.


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Libro 16 - Dios No Quiere, Permite - Tomo II - C5

domingo, 12 de julio de 2020

Buscad mis Palabras, y los espíritus del mal no tomarán aposento

En Sueño Profético hablaban del espíritu y la carne, para que el espíritu llevara la Enseñanza al cuerpo. Decían:

Estas Enseñanzas, practicándolas, no pierdes el Cielo.

Si crees en Dios, crees las Palabras que dijo Dios Padre antes de hacerse Dios Hombre y bajar a la Tierra.

Si crees en Dios, tráete a la memoria lo que Dios Hijo dijo en la Tierra:

Me voy al Padre, de donde he venido, pero Yo estaré en la Tierra con el que Me quiera, porque aún Me queda mucho que deciros”.

“El que Me quiera, desprecia el reino de la Tierra y busca el Mío, que es el Eterno que Yo tengo prometido”.

“Aprended a conocer los espíritus que os quieren arrebatar la Paz, porque la Paz es de mi Gloria
”.

Dijo uno:

Yo, cuando viví con cuerpo, conocí cuándo el espíritu del mal se metía en lo cuerpos o intentaba meterse para hacer ver que aquel cuerpo no era bueno.

Iba en mi busca el que creía en el Cielo, y cogían mis palabras como medicamento.

Desperté, oí:
Estos espíritus que no son de Dios, hacen que al malo lo crean bueno.

Y al bueno le van poniendo obstáculos para apartarlo del Cielo.

¡Qué Palabras, dichas por Dios Hombre y Poderoso!:

El que crea en Mí, Me busca, porque mis Palabras son Alimento para el espíritu y Medicamento para el cuerpo”.

“Si tenéis reacciones en mi contra, pensad que no tenéis espíritu bueno”.

“Buscad mis Palabras, y los espíritus del mal no tomarán aposento
”.

Yo me dediqué a enseñar a que abrieran sus espíritus a los espíritus de Dios, que son los que te dan la Paz.

A que conocieran a los que querían engañar con palabras, con valores o con defensas.

Un espíritu de Dios te enseña como tú quieras, y ya ves donde no ve el que esta Enseñanza desprecia.

Un Espíritu de su Gloria.


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Libro 28 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo V - C3

viernes, 10 de julio de 2020

Dios Hombre buscaba a los pecadores, y a los “buenos” los dejaba

En Sueño Profético decían:

Dijo Jesús en una de sus Enseñanzas a los Discípulos:

Habrá pecador que, al conoceros, quiera venir a Buscarme. Y habrá buenos, de los que llama el hombre buenos, que les moleste oíros hablar. Éstos no quisieran que Yo estuviera con Cuerpo en la Tierra, porque ya no pueden seguir mintiendo. Mienten para el hombre, pero ya es un mentir quedando al descubierto. Hay más pecadores que quieren Conocerme, que buenos Me busquen para cundir mi Existencia en la Tierra y Pedirme que Yo les dé Mando. Si estos fueran buenos, buscarían a mi Padre en Mí, y a Mí en vosotros. Coged mis Palabras para que os sirvan de Enseñanza, no para querer reformarlas, queriendo ver más que Yo, que soy Dios Único para crear y destruir. El que reforme mi Mando, ya no actúa en él el Espíritu Santo, que es Dios sin Imagen, sólo Espíritu”.

Desperté, oí:

Tenían que llevar sus Palabras, pero al oírlas, sabían que no eran ellos.

Hasta a los niños, cuando los mandaba, el que los oía tenía que parar la faena y decir: “¿Niño, tú dónde has oído eso?”.

Haciendo su mismo Mando, se veía al Maestro.

La mentira fracasaba, porque el Mando de Dios allí no actuaba.

Termina el Arrobo con éstas palabras:

Si Dios bajara a la Tierra,
después de tanta Enseñanza,
el hombre Lo perseguiría
y otra vez Lo crucificaba”.

¡Dios, que se quede en los Cielos,
para el que dice que Lo Ama!

¡Que los malos no Lo quieran,
esto en el Cielo no extraña!

¡Dios Hombre buscaba a los pecadores,
y a los “buenos” los dejaba!

Los “buenos”, si no acudían,
es porque no les interesaba.

Los pecadores, muchos eran,
porque se avergonzaban.

Él los buscaba y les decía:
Tus pecados son perdonados”.

Y el pecador,
a sus Pies se arrodillaba.


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Libro 23 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo IV - C4

jueves, 9 de julio de 2020

Yo ya no tengo vacío

En Sueño Profético decían:

El que no ha sentido Amor a Dios,
debe pedir sentirlo.

El que no ha sentido Amor a Dios,
tiene que notar vacío.
Un vacío, que a más intentas llenarlo,
no lo llenas como para decir:
“Yo ya no tengo vacío”.

Sin este Amor,
los días parecen siglos.
Son días largos y tristes.

Yo tenía que sentirme algo
que rebose otros vieran,
y ya conocieran mi manera de actuar,
para que a Dios quisieran.

Yo me llamaría muerta,
el día que no sintiera esta Paz,
que es tan movida,
que descanso no te llega.

Quiero estar sola y no quiero.
Quiero que dure el éxtasis
y quiero contarlo pronto.
Quiero que amen a Dios,
pero sin guardar secreto.

Y quiero tanto a mi Dios,
que quererlo más no puedo,
y esto me hace sufrir,
porque es poco lo que Lo quiero.

Yo quisiera describir
el sentir su Amor
cómo lo siento,
pero me faltan palabras,
porque me quedan adentro.

Desperté, oí:

Por más que quise decir
este sentir de mi Dios,
cuando vivía con cuerpo,
más se quedaban mirándome
sin llegar a comprenderlo.

Yo daba nombre de Fuego,
sin poder de él retirarme
y el Fuego querer quemarte.

Triste me ponía por dentro,
porque creía ofender a Dios
cuando había días
que me parecía
que me negaba a pedir Perdón
cuando alguno me decía:
“Teresa, pide por mí,
y yo cambiaré de vida”.

Cuando más tiempo pasaba
de mis primeros éxtasis,
más fuertes eran mis palabras.

Este Amor,
el que lo pida y lo sienta,
tiene que decir su boca:
¡Cuánto sufrió Teresa!

TERESA DE ÁVILA

***

Libro 26 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo III - C7

miércoles, 8 de julio de 2020

La castañera

En Sueño Profético decían:

Hay quien sirve para traer a la Gloria, y hay quien sirve para enseñar a que la pierdan. Hay quien quita vicios y hay quien los enseña. Todo es ser de Dios y vivir sus Reglas, y coger el tiempo, que luego te cuenta según empleaste tu tiempo: en vida mala o buena.

Dijo uno:

Decía una castañera que había en mi pueblo, cerca de la iglesia, que cómo podían perder algunos el tiempo en oír pecados y no tenían tiempo para ir un ratito a la iglesia a visitar al que les dejaba el vivir. ¡Y el tiempo que esperaban a que asara las castañas…, tan contentos! Pero que ella conocía a los que sí querían a Dios y el mal espíritu les quitaba el tiempo. Que ella, con su cara alegre, les tardaba en el asado y los mandaba a que fueran a pedir por ella –mientras hacía el cartucho–, para que resistiera los fríos hasta criar a sus hijos, porque había muerto el padre y ella los mantenía. Ella decía esta verdad, y a ellos favorecía porque los acercaba a Dios. Cuando cogían las castañas, algo se oía de Dios.

 
Desperté, oí:

Esta castañera santa,
porque vivía santidad,
se puso al lado de la iglesia
para acarrear a amar.

Había gente que compraba
y se pegaba al anafre
con su bufanda liada.

Pronto ella les decía:
“id y pedid por los hombres
que tienen los hijos chicos”.

Pero no olvidad a los jóvenes,
que sigan el buen camino.

Y que yo aguante inviernos,
hasta criar a mis hijos.

Había días más templados,
y se llevaba al mayor.

Tendría unos ocho años,
pero tenía don de Dios,
y a todos servir quería.

Había quien cuando pagaba,
en la mano del chiquillo
una moneda dejaba.

Salía corriendo a la iglesia,
se asomaba y daba gracias.

Volvía luego a la madre,
y la moneda le daba.

¡Con qué poco se hace bien!,
y ya…¡cuánto bien te manda!

Hay quien roba el tiempo a Dios,
y hay quien tiempo y Amor Le manda.


***

Libro 14 - Dios Manda En Su Gloria que Enseñen - Tomo II - C3

martes, 7 de julio de 2020

Señor, espero tu Mando

En Sueño Profético decían:

Si fueran preguntando, como Mandato de Dios, ¿qué es creer en Dios?, muy pocos darían bien la respuesta. Y si preguntan ¿qué es Amarlo?, no cuadraría la cuenta de cómo actúan a la respuesta. Todo es Amor faltando y vivir en el engaño de ese teatro de la Tierra.

Dijo uno que siguió los Pasos que iba dejando el Maestro:

Yo Le oí un día a Dios Hombre y Maestro –como Él le decía a los Discípulos que Lo llamaran–, para que el secreto no existiera en el hombre, no en el Maestro, por ser Dios y saber todo antes que ser por Él creado:

El que más crea quien Soy, será el que no diga: “Maestro estoy haciendo”. El que crea y ame, a todo dirá: “¿Maestro, qué hago?”. Y si cree y ama, él obliga a la respuesta y que la acción siga al Mando que ha oído, y esto, contento”.

Todos contestaron con palabras y con el gesto de su cara:

¡Así lo haré, Maestro!

Desperté, oí:

Era grande diferencia decirle:
“¿Maestro qué hago?”,
a decirle:
“estoy haciendo”.

Pero había otro escalón más alto,
que era:
“¿Qué quieres que haga Maestro?,
que yo espero tu Mando”.

Esto era creer,
y más que creer:
Amarlo.

Amando a Dios de veras,
queriendo más Amarlo,
tenías siempre en tu boca:
“Maestro, dime qué hago”.

Y ya quererle guardar secreto,
era vivir condenado.

Si Dios mandara un mandato
de ir preguntando al hombre,
para que diera contestación
de qué es Creerlo y Amarlo,
verías contradicción
en su vivir actuando.

¡Qué alegría decir siempre:
“Señor, espero tu Mando”!

Decir “estoy haciendo”,
era de Dios no tratarlo.


***

Libro 23 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo IV - C5

sábado, 4 de julio de 2020

Señor, Te rogamos

En Sueño Profético se oía un grupo de voces a coro, en la Gloria Celestial, con estas Palabras:

¡Señor, Te rogamos por el que sufre,
porque Tú estás sufriendo!

¡Señor, Te rogamos para que aquí
no llegue el silencio!

Que día que llegue la noche,
haya hecho más escándalo
este “Evangelio hoy diciendo”.

¡Señor, Te rogamos
por los que quisieran ver
y los asustan no viendo,
por un gran poder
que quiere que sigan ciegos!

¡Señor, Te rogamos
para que al que puede y no hace,
le quites ese pudiendo,
y tenga que mirar al Cielo
implorando que lo perdones!

¡Señor, Te rogamos
por los que no aprendieron,
porque no les enseñaron
tu Nuevo Testamento!

¡Te rogamos, Señor,
por el que sufre,
para que no se vaya de Ti lejos,
para que Te busque y Te cuente
lo que Tú ya estás viendo!

Desperté, oí:

No se puede describir
estás voces cómo eran.

Eran voces de sentir,
más que ruido que oyeras.

Eran voces de una Vida
que muerte jamás le llega.

Todo era hacerle ver al espíritu
que el Cielo ve
lo que hace el hombre en la Tierra.     

Todo es querer que el hombre viva
su Nuevo Testamento.

Porque habiendo Amor a Dios,
todo lo haces bien hecho.

Si el pecado pudo en ti,
pecadores hay en el Cielo.

Que después de que pecaron,
llegaron a Dios pidiendo
si podían ser perdonados.

¡Cuánto bien harían estos Escritos a ese mundo,
que le ha puesto título y cuadro de honor
a la palabra “no es malo”!,
a esto que aquí se nombra:

Guerra, crimen, adulterio, robo,
y como cultura,
no enseñar que hay otra Vida.

Si el Nombre de Dios
de la enseñanza retiras,
aprende las primeras letras,
porque sin Dios no es cultura.


***

Libro 29 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo IV - C8

jueves, 2 de julio de 2020

El pecador quería: pecado y Dios

En Sueño Profético decían:

El que está haciendo vida de pecado, no tiene fuerza para defender la Palabra de Dios, ni para acercarse a Dios. Éste tiene un acercarse por fuera y un retirarse por dentro.

Dijo uno:

Voy a contar lo que un día delante de mí pasó:

Estando todos los Discípulos con el Maestro en el campo descansando en una sombra, pasaron unos y de lejos le dijeron al Maestro:

   –Cuando pasen unos días nos vamos a venir para ir contigo como van éstos. Tú nos enseñarás y nosotros enseñaremos lo que Tú nos has enseñado.

Fue el Maestro pronto puesto de pie y dijo:

   –No vendrás, porque estás haciendo pecados de escándalo y no puedes aprender mi Doctrina. Al hombre lo tienes engañado, pero a Dios Hombre no. Tú das mal ejemplo con la vida que haces con esa mujer que transmite los demonios, ya que ella sabe que tú quieres seguirme y te detiene con su maldad. Tú vives con ella porque no amas a mi Padre y no crees en mi Gloria. Tu comportamiento está en contra de mis Palabras, y tu carne no puede llegar a las telas de mi vestidura.

Desperté, oí: 

El pecador quería: pecado y Dios.

Quedó de roca cuando el Hijo del Hombre le dijo sus pecados delante de sus Discípulos.

Dios los dijo porque vio que quería engañarlo.

Y este engaño perjudicaría a todos.

Perjudicaría cuando vieran que Dios aceptaba amistad con el que seguía pecando.

Dios tiene que decir “Soy Dios”, descubriendo la mentira.

Lo veían en los prodigios, Lo veían en saber lo tuyo antes que tú.

En el Amor, en el Perdón, y muy pocas veces Lo vieron haciendo de Dios.

Dios, antes de hacer de Dios, te aparta.

Ofrécete a servir a Dios cuando ya no hagas pecados.

Cuando digas con Amor: “de la Muerte me he salvado y en la Gloria vivo yo porque ya no hago pecados”.

Porque el que vive el pecado, vive en el mundo del hombre, y de Dios bien retirado.


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Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - C4

miércoles, 1 de julio de 2020

La verdad tiene una fuerza con una grande medida

En Sueño Profético decían:

La verdad, cuando es verdad,
queda en verdad y no en mentira.

La verdad, cuando va de Dios,
se alarga, se agranda,
y se achica al que quisiera decir:
“no es verdad, que es mentira”.

La verdad tiene una fuerza
con una grande medida.

Da fuerzas en el sufrimiento,
y estas fuerzas
se cambian en alegría,
y la verdad va creciendo.

Dijo uno:

¡Ay de aquel que cogiera el Nombre de Dios como negocio y mintiendo!

¡Ay de aquel que Dios mande sus Palabras, con el nombre de Evangelio, y quiera ir retirando y desmintiendo este hecho!

El hombre puede mentir en lo que sea del hombre, pero al Mando que Dios manda no puede llegar el hombre.

Es sin llegar, y su instinto es querer a Dios reformarle, creyendo ser él más intelectual que Dios –Manantial Divino, sabiendo lo que nadie ha visto por no tener imagen–.

Desperté, oí:

Es tan verdad esta Verdad,
que el hombre no quiere que sea.

Y en este “no querer”,
el silencio da respuesta.

¡Cuántas veces han pensado
caminos para ensuciar
lo que mancha no puede llegarle!

¡Cuántas palabras dirían,
que el miedo al Poder de Dios
hace que silencio guarden!

Es la Palabra de Dios,
si tú la quieres, para salvarte.     

Pero el desprecio del hombre
le sirve para condenarse.

Si el hombre creyera en Dios,
y si el que cree Lo amara,
no podría vivir tranquilo
sin acudir donde este Hecho pasara.


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Libro 18 - Dios No Quiere, Permite - Tomo III - C6