sábado, 30 de noviembre de 2013

No valoran tu presencia porque no creen en mi Existencia

En Sueño Profético se oía a Dios Hijo estas Palabras:

“No valoran tu presencia porque no creen en mi Existencia”.

“Si el hombre creyera que después de muerto tiene que ser por Mí, en mi Padre, juzgado, buscaba a quien Yo doy mis Palabras para todos los que quieran oírlas”.

“Si el hombre las desprecia, cómo va, luego, su espíritu a vivir en mi Gloria, donde no existe nada más que mis Palabras, que son la Vida del espíritu”.

“Los hipócritas saben que existo, pero no aman a mi Padre ni a Mí, que somos el mismo Dios. Rezan el Padre Nuestro profanando, porque no cumplen ni aceptan”.

¡Hombres culpables del mal que hoy existe en la Tierra!


¡Te alabamos, Señor! Esto fue dicho en la Gloria.

Desperté, oí:

¡Gloria, Señor, en la Tierra
que el hombre a Ti te niega!

Porque si no Te negara,
en la Tierra Gloria había,
porque Gloria es tu Presencia.

Eran Palabras con Fuerza,
que no podías dudar
que el mismo Dios las dijera.

¡Qué fondo tienen las Palabras
que Dios Hijo dice
en Arrobo al espíritu!:

“No valoran tu presencia
porque no creen en mi Existencia”.


Valorar es saber
y entender lo que valoras.

Si no crees, no valoras;
desprecias, pisas y ofendes,
quitando el valor
que otro ve que tiene.

El hombre valora el tiempo,
que es lo que menos manda.

Le valora el tiempo a Dios
para oír sus Palabras.

Y a la Llamada de Dios no acude
porque el tiempo le hace falta.

Si el hombre pensara en el tiempo
que está al Mando de Dios,
contaría con el tiempo,
con esta contestación:

“Ahora, en este momento,
me está dejando el tiempo Dios”.

“Puede que en este momento
el plazo se me cumplió,
y lo que iba a hacer luego,
sin hacer se me quedó”.


***


Libro 20 - La Palabra del Creador - Tomo II - Pag. 3-4-5

viernes, 29 de noviembre de 2013

El freno y el pensar

En Sueño Profético decían:

Al hombre le hace falta el pensar. El pensar te hace que frenes. Y el frenar es imprescindible para el hombre.

Dijo uno:

El hombre no puede ser hombre de Dios si no frena en sus momentos. El hombre, por buena presencia que tú le veas, si no sabe frenarse, no puede ser hombre de Dios, y por consiguiente, Dios no quiere su amistad. El hombre que vive su vida sin preocuparse de frenar, vive en peligro para el espíritu, y también para la carne.

Mi padre, siempre que nos levantábamos de la mesa después de la cena, éstas eran sus palabras a sus tres hijos, contándome yo: “Pensad mañana como hoy habéis pensado: en no hacer nada que os dé arrepentimiento. Id siempre preparados y frenad a tiempo, que el freno y el pensar, os darán Paz de Dios, y a Dios tendréis contento. Siempre que veáis el peligro, echad el freno”. Y seguía con sus palabras, y nosotros aprendiendo. Por eso, yo recomiendo el pensar, antes de hacer nada mal hecho, porque no hay cosa mayor que la entrada en este Reino.

Desperté, oí:

Este padre fue un hombre
que nunca hizo nada mal hecho.

Si algo veía en el camino
que al final no era derecho,
pronto frenaba la acción,
si así era, o de palabras.

A todo lo que iba a hacer,
primero el pensar le daba.

Esto, dice que hace falta
para la vida del mundo,
que te engaña y te maltrata.

Te engaña cuando te ofrece
todo lo que ahí se acaba.

Te engaña cuando el pecado
te lo envuelve diciendo:
“no es cosa mala”.

Te engaña porque se alegra,
y risa en tu llanto manda.

El que piensa lo que hace,
el freno le quita marcha.


***

Libro 14 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo II - Pág. 31-32

jueves, 28 de noviembre de 2013

La falta de creer Aquí

En Sueño Profético decían:

La falta de creer Aquí, hace que el hombre se porte mal ahí.

El hombre no tiene motivos para ofender a Dios si pensara: “Él tiene la llave de mi vida; y el Mando para, después de enterrar mi cuerpo, mandar el espíritu al Infierno”.

El hombre debía de sufrir cuando viera que a Dios no buscaban, cuando sus Palabras cayeran en oídos sordos para él.

Dijo uno:

Si el hombre creyera que después de la muerte empieza la Vida –y ya sin muerte–, no ofendía tanto a Dios como Lo ofende.

El que en Dios cree y a Dios ama en la muerte de un ser querido, dice: “Señor, gracias, yo sé que está contigo”.

¿Cómo vas a ofender en la Tierra a un superior que vida te deja? Pues los días que vivas son gracias que debes.

Y mete en la cuenta a algún ser querido que cerca tuvieras, cerca no de distancia, cerca de cariño... El que cree y ama, mira para el Cielo y dice:

Dios mío,
antes de ofenderte,
mándame castigo:
que vea sufrir
al ser más querido.

Antes de ofenderte,
mándame a algún sitio
que vea sufrimiento;
que el mío, al pensarlo,
ya lo vea chico.

Señor, dame Luz,
que vea tu Camino.

Señor, dame fuerzas,
que las necesito;
porque soy débil
y poco Te sigo.

Señor, dame Fe,
o dame castigo.

Desperté, oí:

Alaba a Dios en el sufrir,
y verás peso quitarte.

Piensa en el que más sufrir tiene,
aunque veas silencio grande.

Nunca Le digas: “no puedo”.

Porque el sufrir que Dios manda o permite,
lleva su altura y su peso.

El hombre ofende a Dios
porque no ama ni cree.
Si ama, alaba;
y si cree, teme.

¡Qué pena tiene que ser
el quererlo por temerle!

La pena es que te das cuenta
cuando remedio no tiene.


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Libro 16 - Dios No Quiere, Permite - Tomo II - Pág. 93-94-95

miércoles, 27 de noviembre de 2013

El bueno, tiene a más buenos que hacer

En Sueño Profético hablaban del bueno y comparaban con los colores. También hablaban del bueno que fruto no daba.

Ya dijo uno:

Siendo el azul, azul, para nombrarlo tienes que destacar un azul de otro, porque dentro del azul hay azul fuerte, azul suave y azul que será, pero es azul para pocos. Esto les pasa a algunos buenos.

Aquí digo unas Palabras dichas por Dios Hombre en la Tierra:

“Hay buenos que no dan fruto, y ya les falta el ser buenos. El bueno siembra conmigo para que recoja otro, y él da abundancia de fruto. Si conmigo no siembra ni da fruto, no es hombre bueno, dicho por Mí en la Tierra, dicho por mi Padre en el Cielo. Si el hombre le dice bueno, no es Palabra de Evangelio. El bueno tiene que ir por las llanuras y los cerros siempre diciendo: “Dios dice que nos espera su Reino”.

Desperté, oí:

El bueno, para ser bueno,
tiene a más buenos que hacer.

El bueno, para ser bueno,
tienen el fruto que ver.

Y el que ama va aprendiendo,
y a más buenos quiere hacer.

Dios Hombre dijo en la Tierra:
“No es hombre bueno
aquel que él sólo se salve”.

“El bueno tiene que hacer
lo que hacen mis Discípulos:
publicar mis Mandamientos”.


Para publicar de Dios,
no puedes ir en silencio.


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Libro 13 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo II - Pág. 140-141

martes, 26 de noviembre de 2013

Seguro de vida para el espíritu

En Sueño Profético decían:

Hazte un seguro de vida,
primero para el espíritu
y después para el cuerpo.

Que el seguro del espíritu
es capital que va creciendo,
que te entregan en la Gloria
cuando ya no existe el cuerpo,
para que el cuerpo no ensucie
la Divinidad del Cielo.

Hazte el seguro de vida,
que no hace falta dinero,
ni te exigen los papeles,
ni te entregan documento.

Pero queda tan seguro,
que nadie puede ser dueño,
por ser el dueño tu espíritu
y Aquí no venir los cuerpos.

Si el cuerpo entrara en la Gloria,
ni el nombre podía tenerlo,
por ser el cuerpo enemigo
del Mando que da este Cielo.

Gloria es Amor a Dios,
Obediencia y arrepentimiento.

Si siempre vives Amor,
no hace falta la Obediencia,
porque todo lo harás
sin sacrificio y contento.

Y si algo hiciste mal,
fue engaño o alguna fuerza
del espíritu del mal,
que acecha y te hace pensar
que el seguro no da renta.

Desperté, oí:

¡Qué razones dan en Gloria
y el hombre no las comprende!

En cambio, en las de la Tierra,
siempre se siente listo y no torpe.

¡Qué cierto que el hombre
hace el seguro del cuerpo
sin seguridad de disfrutarlo!

Y no se hace el del espíritu,
que de Dios recibe el pago.

¡Hazte el seguro de vida al espíritu,
y no pienses en el pago!

Que por mucho que tú mandes,
más te tiene Dios guardado.

Y nunca podrás decir:
“Yo pagué sin disfrutarlo”.


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Libro 17 - Investigaciones a La Verdad - Tomo II - Pág. 199-200-201

lunes, 25 de noviembre de 2013

Tienes que ser y parecer

En Sueño Profético decían:

Tienes que ser y parecer, esto en la línea de Dios. Ser sin parecer, no tiene valor. Y si pareces y no eres, tienes que contestar: “No, yo no soy lo que tú crees”.

Por eso, la mayor tranquilidad,
es que sepan lo que tú eres
sin tener que preguntar.

Si tú das Amor al Prójimo,
deben verte actuar,
dando Amor sin importancia,
que el que recibe dirá,
aunque lo veas de lejos:
“Lleva un sello que no esconde,
que va diciendo verdad”.

No es sólo ser lo que eres,
tú debes de publicar.

Con tu forma de vestir,
a veces llevas un aval,
que ya saben lo que eres
sin papeles enseñar.

Esto es una ventaja,
que conozcan sin hablar,
por tu forma de vestir,
al soldado o capitán,
a la hembra, al varón,
al chiquillo al saltar,
al anciano en su quietud,
y al ave en el volar.

Todo esto, si se ve,
no hace falta preguntar.
Representa lo que eres,
y ya devuelves aval.

Hay quien dice:
“A mí no me importa “na”,
que piense cada uno aquello
que el pensar le haga pensar”.

Éste no es el camino
que Dios manda caminar.

Dios dijo y dice estas Palabras: “Por vuestras obras verán sois cristianos”.

Desperté, oí:

Bien claro te dice Dios,
que dejes ver lo que eres.

Si en la puerta pones título,
ya te buscará el que quiere.

Y si no pones el título,
es fácil que nadie sepa
lo que tú tienes oculto.

Que carece de sentido,
querer que no sepa nadie,
lo que ya sin preguntar
se puede dar por sabido.

Hay un refrán verdadero:
que para lucir cabeza,
no puedes llevar sombrero.

Y si el pelo te lo tapas,
no tienes mata de pelo.

Estudia estos refranes
que se firman verdaderos.

Que el hombre vea la cima,
“pa” que no crea sendero.

Esto son comparaciones,
que dictamos, de este Cielo.


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Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pág. 191-192-193

domingo, 24 de noviembre de 2013

Hombres de una siembra

Me acosté a las cinco de la madrugada porque estuve con una enferma grave y ella no quería que me fuera de su lado. Decía que, estando yo con ella, no le daría miedo de la muerte, a la que esperaba por tener un cáncer que le tenía el cuerpo deformado.

Antes de dormirme :

¡Este Dios de esta Gloria y esos hombres de la Tierra...!

Quedé dormida y en Sueño Profético decían:

Cuánto eleva el hombre el traje
que el espíritu tiene ahí.
Pues teniendo pedrería,
el traje no viene Aquí.

Yo vi morir a un avaro,
al que siempre recordé
cómo escondía el dinero
“pa” que muriera con él,
“pa” que a nadie le sirviera
lo que no servía a él.

Éste nunca tuvo Amor,
ni sabía el que no comía,
ni buscó nunca el dolor.
Engañaba al más humilde,
sin pensar que estaba Dios,
olvidando estas Palabras:
“En el Prójimo estoy Yo”.

Por eso las almas limpias
son las que viven ahí,
no queriendo hacer pecado,
pensando venir Aquí,
y mandándole al Prójimo
lo que a Él pueda servir,
y a veces dando en el Prójimo
lo que te hace falta a ti.

Desperté, oí:

¡Este Dios que ama al hombre
y no quiere que se pierda
el que ya permitió ahí,
y Lo espera Aquí en su Gloria!

¡Este Dios de esta Gloria
y esos hombres de la Tierra,
que no aman porque olvidan
que son hombres de una siembra!

De una siembra que se acaba,
cuando acaba la cosecha.

Y este grano ya no sirve
ni “pa” venta ni “pa” siembra.

Este grano se ha perdido,
enterrado y sin protesta,
porque el grano de trigo,
protesta cuando lo siembran.

La materia ahí del hombre,
dura poco y sin protesta.

Ama y ven Aquí a esta Gloria
y Aquí ya tienes cosecha.


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Libro 1 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo I - Pág. capitulo 5

sábado, 23 de noviembre de 2013

El hombre acepta al Santo y no al Profeta

En Sueño Profético vi muchas caras, y decían:

Todos éstos fueron Profetas, Lugar que Dios habló en ellos. Todos fueron maltratados por el hombre, por el hombre que decía que a Dios amaba.

El que a Dios ama, no puede ofender al Profeta, una vez que el Profeta, las Palabras no son suyas. Estas Palabras son de Dios Padre y dichas por Dios Hijo. La palabra Profeta cambia de color al hombre.

El hombre acepta al Santo y no al Profeta. El Santo todo puede ser suavidad. El Profeta tiene momentos bruscos para el hombre, y esto molesta al hombre. El Santo vive su santidad. El Profeta es que Dios vive en él. Todos los Profetas dijeron sentencias que al hombre no agradaron. El Profeta tiene la Fuerza de Dios en la contradicción.

Las Palabras que Dios dice en el Lugar que elige, tienen Fuerza del Reino Eterno. El que Dios habla en él para enseñar, éste no retira Palabra poniendo palabra que el hombre le dijera. Aquí se ve que la Palabra es Dios, Dios que anuncia su Venida en un Lugar que le permite al hombre que viva.

Este Lugar, Dios lo arroba, haciéndose Dios dueño de lo que ya es suyo; suyo antes, pero con la Libertad de Dios. Luego Dios le quita la Libertad en el Arrobo, y ya, espíritu y Libertad quedan con Dios a su servicio.

Desperté, oí:

Con una clase diaria de media hora, en poco tiempo aprenderían cómo es este Mundo Eterno.

Es fácil aprender del que Aquí lo traen. Es fácil para el que ama o quiere amar.

El que ama, todo lo recibirá como Palabra de Dios.

¿Qué nombre le pondría el hombre, a donde Dios hablara, mejor que Profeta?

Pesar esto es creer no en este Dios.

Estudia lo que es Dios, y a todo lo que haga dirás amén.


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Libro 11 - Te Habla el Profeta - Tomo II - Pag. 4-5-6

viernes, 22 de noviembre de 2013

Adornos de adelanto

En Sueño Profético hablaban dos. Uno hacía preguntas y otro contestaba. Ya siguieron hablando con esta contestación:

El pecado no puede ser hecho con intención de que no sea pecado; entonces es más pecado.

El que salta la prohibición tiene más condena que el que pasó sin saber estaba prohibido. Aunque ninguno hiciera destrozo, ya tiene castigo no respetar lo que estaba prohibido.

El que rompe la cerradura de la puerta ajena y entra sin querer los dueños, esto es robo, aunque tú no entres a robar. Tú sabes que el que te vea te dice ladrón, porque el que no va a robar, ni la casa es suya, no hace lo que hacen los ladrones. Esto en el robo, que son las leyes del hombre para poder vivir no como los animales.

Dijo uno:

Yo seguí mucho a Agustín, y te hablaba del pecado peor que el peor veneno. Mucho decía: Nadie pecará queriendo a Dios, ni diciendo “peco porque no es pecado”, sabiendo es puesto el nombre por Dios, aunque tú no comprendieras.

Dijo el mismo que tanto siguió a Agustín:

Hay pecados hechos diciendo: “esto no es pecado”, que arrastraron a muchos a que hicieran igual, y hoy están todos en el sitio que ellos quisieron: no ver a Dios.

El no amar a Dios te hace el no hacer lo que Él manda

No quieras pecar diciendo a Dios: “eso ya no es pecado”. No quieras vestir con adornos de adelanto lo que tú sabes que pecas aunque intentes disfrazarlo. Ya, si haces intento, es porque piensas pecado.

Sin recato no debes nombrar a Dios, aunque vida esté faltando. Si crees en este Dios, tú guía será el recato.

Desperté, oí:

¡Cuántos defensores tiene
lo que en contra de Dios va!

¡Cuántos enemigos tiene,
queriendo a Dios engañar!

Bien dice Agustín de Mónica,
que pecar y amar
son dos palabras en contra.

Que pecas porque no tienes
lo que te lleva a Gloria.

El peligro de la carne,
todos saben de memoria.

Ninguno intenta decir:
“yo me tiro de la altura
sin intención de morir”.

Si abajo ya llegas muerto,
no es extraño este morir.

Si disparas la pistola
poniendo el tiro para ti,
no sería a mala idea,
pero quisiste morir.

Si ya sabes los peligros,
porque ese mundo es así,
estudia los que ya sabes
y no los quieres cumplir.

Cuando hablen de pecado
queriéndote tú exhibir,
piensa lo pronto que llega
el dejar materia ahí.


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Libro 12 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo II - Pág. 40-41-42

jueves, 21 de noviembre de 2013

Dios no necesita al hombre

En Sueño Profético decían:

Dios no necesita al hombre, y el hombre Le guarda el tiempo y grandes ingresos que tenga.

Dios no necesita al hombre: ni a su espíritu, ni a su cuerpo. A su espíritu Aquí lo espera para darle este Sitio. Y a su cuerpo, ¿cómo va a necesitarlo Dios, siendo Creador de los dos mundos?

¡Dios no necesita al hombre!

Dios es Padre, y es Amor lo que les pide. Amor que el hombre Le niega cuando en el Prójimo vive, porque en la Tierra ésta es su vivienda.

¡Negar al Prójimo: a Él Le niegas!

Para esto quiere Dios al hombre: para que el hombre se quiera.

El hombre pone de intérprete al mal que existe en la Tierra, y enseña que se practique.

Desperté, oí:

Repetían muchas veces las palabras:
“Dios no necesita al hombre”.

El hombre Le exige a Dios
porque Amor de Dios no siente.

Dios, siendo Dios, no exige.
Dios pide Amor
para que vuelva a su Gloria
el espíritu que Él mandó.

Dios no necesita al hombre,
siendo Él el Creador.

A Él Lo busca el que sabe
que su Presencia ensució
con el maldito pecado:
mundo, demonio y carne.

El que odie esta presencia,
Dios ya sale a buscarle.

Dios no necesita al hombre.
Él lo llama,
pero su Amor va delante.

Primero te da la Mano,
para que tú te levantes.


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Libro 20 - La Palabra del Creador - Tomo II - Pág. 176-177-178

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Es Dios el que el arreglo aquí pone

En Sueño Profético decían:

El hombre, lo que él no le ve el arreglo, lo da por imposible, y a veces lo desecha despreciándolo. Y Dios, lo imposible lo hace fácil, que a veces lo ves tan fácil, que tú le quitas lo imposible, que antes tú con imposible sellaste.

Dijo uno:

Es que Dios es Dueño de todo lo de Arriba del Cielo, de todas las voluntades, de todo el mover de la Tierra, de todo hombre que crea que las fuerzas las maneja. Dios, aquí, en estos hombres, actúa sin darles cuentas, sin preguntar opinión, porque son hombres de Tierra, y puede que la opinión no sepa donde ponerla. Ellos saben lo que ven antes de que abran la puerta, pero una vez que la abran, no saben lo que se encuentran. ¿Cómo pedir opinión, a esos hombres de la Tierra, en los designios de Dios? Dios va trazando caminos, que sus trazos son sencillos por ser lenguaje de Amor. Si Amor no llevas delante, imposible verás todo.

Desperté, oí:

En mucho que se escribiera
y se quisiera hacer bien,
no se aclararía tan fácil
lo que aquí ves al leer.

¡Qué verdad más conocida,
que lo que el hombre no puede,
lo sella con imposible!

¡Qué pocos dicen: “Es Dios
el que el arreglo aquí pone”!

¡Es Dios el que mira la montaña,
y la montaña se esconde!

Se esconde quedando tierra.

Esto es Poder de Dios,
que el hombre no lo aprovecha
para quitarse el sufrir
de las cosas de la Tierra.

Hay quien le dice imposible
a lo que el poder no llega.

Hay quien ve todo fácil,
porque a este Dios se encomienda
en lo chico y en lo grande.


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Libro 14 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo II - Pág. 17-18-19

martes, 19 de noviembre de 2013

El creer, algo te inquieta

En Sueño Profético hablaban de Dios Hombre. Decían:

Si Dios cuando se hace Hombre, el hombre ama lo de Dios en su Gloria, el hombre adora sus Pisadas en la Tierra, cuando bajó a vivir con él y a enseñarlo.

Si el hombre creyera en la inmortalidad del espíritu, el hombre no hacía pecados de cierta gravedad, para retirar de Dios al que se creyera que había pecado.

Si el hombre estuviera fijo del Poder de Dios, su vivir era asustado, y no pondría a Dios delante, queriendo darle parte del pecado.

Dijo uno:

Si el hombre creyera en sus últimas Palabras –en las que les dijo a sus Discípulos–, el que se las viera cumplirlas, ya era hermano suyo y Discípulo de Dios Vivo. Pero el hombre no las cumple, y el que lo ves cumplirlas, es un cumplido frío, sin Amor de Fuego Divino, que no lleva a donde Dios hace su Enseñanza pública en la Tierra, como esta Enseñanza:

¿Quién podría amar a Dios Padre y pasar por un sitio donde estuviera el Maestro –que era el mismo Dios, que lo comprobabas por sus hechos–, y seguir el camino sin llegar a conocerlo?

Pues así sigue el que se dice cristiano.

Desperté, oí:

El creer, algo te inquieta.

El Amor, ya no te deja,
para oír de Dios hablar.

Y el no querer que Dios viva
y que a la Tierra no se comunique,
lo demuestra tu actuar.

Aunque llegues a la mesa,
no recibes el manjar
que Dios de consuelo deja
para el que se quiere salvar.

Si todos a Dios desprecian
en lo que del Cielo manda,
¡que no se digan cristianos!

El que cree
y quiere saber de Dios,
busca donde Él manda sus Palabras.

Y el que el Amor lo siente,
no pasa indiferente
por el que sabe que es Dios
el que lo manda que enseñe.

El hombre querría a Dios,
sin el Dios,
tan sólo de Hombre.


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Libro 16 - Dios No Quiere, Permite - Tomo II - Pag. 6-7

lunes, 18 de noviembre de 2013

El que oculta y el que pecó

En Sueño Profético decían:

Hay quien se tapa del hombre para decir que a Dios ama. Que si amara, pensaría que el grande Amor no se tapa porque te contesta el Dueño, que tu Amor no Le hace falta, que si no oyes su Voz, te contesta sin Palabras. Estas grandes explicaciones se estarían contestando y jamás que se acababan.

Dijo uno:

Dios, cuando vivió de Hombre, lo que más Le ofendía era seguirlo y luego, el que Lo había seguido, que lo ocultara. A éstos les prohibía Lo siguieran. Lo que no hacía con el que había pecado.

Aquí cuento yo una escena que muchos presenciaron, de Magdalena, cuando un día oyó un tropel por una calle donde ella bajaba cuando aquel gentío subía. Le preguntó a un muchacho que su aspecto era más chico que años tenía –pues tenía 17 y unos 15 parecía–. Esta pregunta es de Magdalena:

   –¿Vienen solos los Discípulos o siguen al Maestro los pasos por esta calle?

   –¡Sí, viene el Maestro con ellos!

Cuando Magdalena vio su Frente, echó pasos atrás y se metió en un portalón, y sus lágrimas rodaban, pero ya no era como antes de recibir el Perdón. Era quitarse por el hombre, para que no refirieran sus pecados perdonados, y que otros, pecado hicieran. Cuando llegaron al sitio que allí otros esperaban, dijo el Maestro:

   –Hoy toca la Enseñanza al que Me sigue y luego no habla de Mí por respetar al que no me quiere. Y al que hizo los pecados y Me buscó, y hoy Me sigue y se esconde para que otros no pequen, a éste le doy mi Palabra para que vaya y la enseñe. Y al que Me sigue y Me oculta, puede darse porque no Me conoce. Y el que Yo no conozco en la Tierra, mi Padre no lo entra en mi Reino.

Y se dirigió a un matrimonio que vivía cerca de Magdalena, y le mandó estas Palabras:

   –Cuando lleguéis a la casa, estará Magdalena en vuestro escalón esperando mis Palabras, que tú has oído, y que mientras ha durado mi predicar, ella, sus rodillas, han descansado en el suelo pidiendo en mi Nombre a mi Padre que todo pecador se retire del pecado.

Desperté, oí:

Dios Hombre manda sus Palabras a la grande pecadora, y aparta al que no pecó pero se esconde de decir: “Yo voy con el Maestro”.

Cuando llega el matrimonio, le cuentan a Magdalena en lo que empleó el tiempo.

Le dicen hasta postura de sus rodillas en suelo.

Pero esto vieron otros.

Lo que sí nadie sabía: el pedir a Dios del Cielo.

El querer no hacer un roce que a Dios pudiera ofenderlo.

No quería distraer la predicación del Maestro y censurando su Perdón.

Pero luego ama tanto, que sufre y no quisiera que hubiera un pecador.

Este Mensaje te aclara el que oculta o el que pecó.


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Libro 13 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo II - Pág. 141-142-143-144

domingo, 17 de noviembre de 2013

El Elegido molesta donde a Dios tienen en olvido

En Sueño Profético decían:

Es molesto el trato del Elegido cuando tú no estás cumpliendo las Palabras de Dios. Y es sedante para el cuerpo y purificación para el espíritu cuando las cumples o intentas reformarte.

No tiene buena acogida presentarte con recato donde viven libertinaje.

El ladrón se entiende más con otro que también robe, y quisiera que el robar fuera normal en los hombres. El ladrón y el criminal, con el bueno no se entienden.

Dijo uno:

Por eso, el que Dios elige, poco lo quieren los hombres. Porque pocos son los que cumplen, y pocos los que se ofrecen ofreciéndole su ayuda.

El Elegido molesta donde a Dios tienen en olvido, donde reina la soberbia, donde el perdón no existe, donde caridad no encuentras ni en lo grande ni en lo chico. Al Elegido lo miran como algo despreciativo, como algo que molesta.

Desperté, oí:

Si quieres reformar tu pasado,
buscas las Palabras del Cielo.

Si crees que no lo estás haciendo bien,
buscas Palabras del Cielo.

Pero siempre son tan pocos
los que este pensar hicieron,
que por esto verán solo
al que Dios habla en el Cielo.

Es molesto y le atacan
en palabras y en hechos.

Cuando debían de estar de rodillas
esperando su mandar.

Y reclamar su presencia
de saber que Dios la entra
a diario en su Gloria.

A lo que te diga “no”,
di tú: “¡Gracias Dios mío!,
que me mandas Profesor
para no perder el espíritu”.

Si tuvieras la tortura de creer
que su presencia molesta,
haz Oración y comulga.

Que el Cuerpo de Dios
espera al justo y al pecador.

Al justo, para enseñar
y que su presencia copien.

Y al pecador, para premiar,
cuando ya él reconoce
que la Verdad en Dios está.

Y de rodillas se pone,
suplicando Caridad.

Es grande amar a Dios
y buscar al que Él le mande.

Pero si oyes su Perdón,
es todavía más grande.


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Libro 17 - Investigaciones a La Verdad - Tomo II - Pág. 112-113-114-115

sábado, 16 de noviembre de 2013

Esto es el mismo Dios dando sus Palabras Vivas

En Sueño Profético hablaban de publicar las Comunicaciones de Dios, de dar a conocer estos grandiosos Mensajes.

Decían:

Estos Arrobos tienen que ser publicados por la misma materia que siente los Arrobos. Estos Sueños tienen que ser interrogados para que la Enseñanza sea mayor. En la interrogación pueden ver la Sabiduría de Dios. En la interrogación verán la Paz de Dios en las Palabras del mismo Dios. Esta Publicación es retrasada, primero por ser Dios el que habla; y segundo por ser el hombre el que tiene que publicar. Dios, que ama al hombre; y el hombre, que a Dios no ama. Dios no quiere condenar al hombre; y el hombre que a Dios desafía. Dios, que quiere dar a conocer su Gloria; y el hombre, que interés no tiene. Dios da la Publicación para que el hombre no diga: “Esto no lo sabía yo”.

Estos Libros harán que se hable de Dios, harán ver fácil la Comunicación de Dios; verán un hecho viviente de un Instrumento de Dios. Por eso hay que publicar con el sí o con el no, que el Instrumento resuene con resonancia de Dios. Todo lo que el hombre lea, será Palabra de Dios.

Bien dicha esta frase
que en tiempos antes se dictó:
“Caldero hirviendo,
caldero que hirvió;
hombre que ayer viste,
hombre que hoy veo yo;
Sol que ayer dices que viste,
Sol que hoy veo yo”.

Siendo la misma Palabra
y siendo el mismo Dios,
tienes que dejar cerrado
el libro del que te habló
de la vida de los Santos
que otro hombre escribió,
por éste que es Libro Vivo
con la Palabra de Dios.

Con lo que dicen de noche,
de día mandan dictar,
y lo que dictan escribe,
ponle por nombre “Lugar”.

Desperté, oí:

Ponle el nombre que quieras,
pero reverencia a Él.

Al Dueño de estas Palabras,
dichas en hombre o mujer.

Y muchas veces en niños,
sin poderlas comprender.

Esto es el mismo Dios
dando sus Palabras Vivas
de todo lo que pasó:
de la Muerte y de la Vida.

Esto es candela con llamas.
Las ascuas te acercan más,
pero tú buscas las llamas.

Las llamas tienen más fuerza,
aunque sean las mismas ascuas.

Porque si candela buscas,
sabes que queda en ascuas.

Es lumbre y ascuas que queman,
pero más viva es la llama.

El Dueño de ese rescoldo,
hace llamas sin Palabras.


***


Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag. 37-38-39

viernes, 15 de noviembre de 2013

Las Palabras de Dios Hombre

En este Sueño Profético hablaban del Maestro. Había un grupo de hombres y sólo una mujer. Cada uno decía la impresión que le causó cuando estuvieron cerca de Él.

Dijo uno:

Yo estuve noches sin sueño,
anduve largas distancias
y con muchos me enfrenté
cuando oía los defectos
que Le querían poner,
gente que no conocían
ni sabían nada de Él.

Sabían que era el Mesías,
porque el sitio que Él pisaba,
en vez de aplastar la hierba,
la hierba más levantaba.

Y si entraba en un mesón
y a la mesonera hablaba,
antes de dar la respuesta,
de rodillas se inclinaba.

Había quien cuando se había ido
y por su puerta pasaba,
Le veía algo a este Dios,
algo que nadie llevaba.

Iban de hecho al mesón
y hacían preguntas raras.
Esta era muy corriente:
¿Qué tiene ese Hombre en la cara?

¡Dicen que es de Galilea
y que viene de Samaria!

Estaba esta mujer,
que ya casi se marchaba,
y quedó allí detenida
mientras los demás hablaban

Cuando todos se callaron,
empieza ella con calma:
¿Vosotros habéis notado
cuando ese Hombre habla,
que sus Palabras llegan
dentro del fondo del alma?

Yo Lo oí dos o tres veces,
y sus Palabras no cansan.

Desperté, oí:

Las Palabras de Dios Hombre,
estas Palabras no cansan.

No cansan porque es Amor
antes de decir Palabras.

No cansan por ser Palabras
de Vida y Eternidad.

Palabras que siempre oyes
y nunca pueden cansar.

Palabras que no te cansan
y que quisieras leer
en sitios que hubiera letras
y que se hablara nada más que de Él.

Porque leyendo Palabras
que vengan dichas de Él,
notarás que está a tu lado
y te olvidas de leer.


***


Libro 1 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo I - Pág. 84-85-86

jueves, 14 de noviembre de 2013

Los porqués que en esta Gloria hoy dan

En Sueño Profético decían:

¿Por qué el hombre siempre niega que Dios viva en su Tierra? ¿Por qué habla de Dios sin creer en su Existencia? ¿Por qué prohíbe Palabras que Dios dice y otro cuenta? Son siempre estos porqués preguntados en esta Gloria. Son siempre estos porqués los que a Dios mandan sufrir. Que escrito está en la historia, siempre con el desmentir que Dios no baja a la Tierra, que en nadie puede vivir; siempre tratando de loco al que Dios lo trae Aquí; siempre quemando, pinchando y degollando la carne que a Dios servicio le da; nunca cogiendo ejemplo del que cumple las Palabras que Dios mandó escribirlas y su nombre es Evangelio; siempre castigando al hombre que ama a Dios del Cielo; siempre premiando el pecado; siempre intentando algo nuevo que destruya Caridad, que el hombre nace y se cría como cualquier animal. Hasta que el hombre no ame, no practicará Caridad.

Dijo uno:

No puede ser amar sin aceptar, cuando el aceptar lo traiga el Amor. Si el hijo no acepta a la madre, no puede amarla; y si la acepta, une el Amor. Decir “yo amo a Dios” y responder diciendo “¿quién ha visto a Dios?”, es mejor firmarte incrédulo en la Existencia de Dios.

Esta Gloria oye y ve lo que el hombre no pronuncia y quiere esconder.

Desperté, oí:

Estos porqués, hoy han sido
preguntados Aquí en Gloria.

Pero son pocos porqués,
comparados con los miles de millones
que Dios podría poner.

Dios, su Palabra la manda
o la dice en niño
que libro no supiera leer.

A Dios lo ofende más en Tierra
aquel que más listo es
en las cosas de la Tierra.

Lo ofende con el pensar,
aunque se crea que no ofenda.

Tan sólo trazarle a Dios
el camino que Él cogiera,
ya no creía a Dios,
Poderoso en Cielo y Tierra.

Sería pedir factura,
sería pedir la cuenta
de un derecho que tú tienes
y negarla no pudieran.

Pero, ¿quién sería capaz
de pedirle a Dios cuentas
cuando amara de verdad?

¡Hombres que viven de engaño,
por no pensar la verdad!

El que ama tendrá gozo
cuando lea los porqués
que en esta Gloria hoy dan.


***


Libro 11 - Te Habla El Profeta - Tomo II - Pág. 173-174

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Cárcel de tu Amor

En Sueño Profético decían:

El Amor a Dios no puedes esconderlo. El Amor a Dios te descubre tu secreto. El Amor a Dios, él mismo se hace exigente, él mismo hace que publiques lo que no sabe la gente. El Amor de Dios no te dice “tú tienes que quererme”, pero como tú, queriendo, quieras, Él ya es tu prisionero.

Mucho se habla de Amor,
de este Amor que hay en el Cielo,
pero muy pocos, muy pocos,
lo buscan para llevarlo
a la cárcel de su pecho,
a que haga de su espíritu lo que quiera,
como dueño que te deja
que tú hagas servicio de ello.

Pero si tú, a este Dueño,
lo amas antes que a nadie,
Él te pagará, llevándote
a la Gloria, que es su Cárcel.
Una Cárcel sin cerrojos
y con las puertas bien grandes,
que una vez que Allí te encuentras,
lloras por no irte a la calle.

Que Aquí otra vez repito
las palabras de esta Cárcel:

¡Ay Cárcel de mi Señor!
¡Ay Cárcel sin centinela,
que tú entras porque quieres,
y no puedes vivir sin ella!

Ya, si no digo mi nombre,
se sabe que soy Teresa,
que quiero que todos amen
lo mismo que yo en la Tierra.

Desperté, oí:

Una vez que digas amo
delante del que no ama,
tiene que creer por fuerza,
una noche o una mañana.

Cuando oigan tus Palabras,
diciendo: “Esto me dice,
y me explica lo que es Gloria
cuando la vida se acaba”.

Me dice lo que es condena,
condena que el hombre llama.
Me dice lo que hay que hacer
cuando el hombre Lo maltrata.

Me dice el sufrimiento,
que siendo Dios, sufre y calla.

Me dice, que amando todos,
la Gloria no la llenaban,
porque la Gloria es de Dios,
el Sitio de sus Palabras,
donde el que quiera su Amor,
el mucho Amor, agranda.

¡Ay Dios, que amas al hombre
sin decirlo con Palabras!
¡Ay Dios, que si Tú quisieras,
el hombre, sin querer, amaba!

Pero ya sería mandar
la Libertad que tú mandas,
sin poderla practicar.

Yo quiero mil veces
Cárcel de tu Amor,
que es Libertad.

TERESA DE ÁVILA


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Libro 12 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo II

martes, 12 de noviembre de 2013

Dios tiene las llaves de todo lo que puede dar la vida o quitarla

En Sueño Profético hablaban de cómo trataba el hombre la Palabra de Dios. Decían:

El hombre trata lo que va de Dios como si Dios necesitara al hombre, como si el Poder de Dios el hombre pudiera ponerle delante otro poder igual, como si pudiera parar su muerte, como si mandara en las fuerzas que necesita la Tierra para que él viva y todo lo que a él le da vida.

Nombraban muchas cosas y ponían comparaciones, ¡que veías tan pobre y falto de saber el saber del hombre!

Se vio el campo, y un aire tan fuerte, que los árboles que ya conocían varias generaciones, los arrancaba con la misma facilidad que se arranca el tallo del trigo que aún no ha echado la espiga.

Quedó calmado el aire y apareció un hombre diciendo:

Si la Fuerza que no es del hombre hace esto con los árboles, ¡qué puede hacer con los hombres!

Ahora coge un arca grande o habitación, pero que no tenga la más mínima ranura de entrada de aire, y deja un hombre dentro. Esta falta de Presencia del Poder de Dios, también deja al hombre muerto.

Si el hombre viviera con este pensar, tenía a Dios respeto, pero con Amor.

Desperté, oí:

Va el Mensaje a que Dios tiene las llaves de todo lo que puede dar la vida o quitarla, sin contar con el hombre.

Ahora piensa: unos años sin caer gota de agua, o los mismos años, día y noche, con fuerza agua bajando.

Esto es Mando de Dios a la Tierra, para que el hombre se sirva de este Mando mientras pise la Tierra.

¿Qué puede el poder del hombre hacer en este Poder que Dios al hombre presenta?

Si el hombre hiciera pensar antes de ofender a Dios, su mirada iba al Cielo.

Y jamás se atrevería a romper, con sus Palabras, los Mandamientos.


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Libro 20 - La Palabra del Creador - Tomo II - Pág. 225-226

lunes, 11 de noviembre de 2013

El pastor de la montaña

En Sueño Profético decían:

Para saber de Dios, primero tienes que amar, y cuando ames, ya sabrás, y cuando sepas, ya no callarás.

Un pastor, en la montaña, puede saber de Dios y aprender, esto si ama.

Un pastor había en la aldea donde yo me crié, que éste venia del campo, y a la aldea y al pueblo inmediato enseñó a conocer a Dios. Decía, que él nunca se sentía solo, y que Dios muchas veces le contestaba –porque el siempre estaba llamándolo– en el ganado, en el rebaño que él cuidaba, que era la montaña toda un vellón de lana. Estos corderos, decía, que él los observaba, y que no había duda de que tenían comunicación con Dios. Nos contó, que un día de bastante calor, cuando bajaba de la montaña –ya en la falda de ésta–, se negó el rebaño a seguir andando por no poder beber, ya que el agua quedaba a un buen trecho. Decía, que viendo a las corderas sedientas, miró al Cielo, y en el mismo momento se echaron al suelo negándose a andar; que de la falda de la montaña bajaba un torrente de agua, y que rápidamente las corderas se pusieron en pie, y con su suave lengua saciaban su sed. Fue seguir andando las corderas, y dejar de bajar agua. Él contaba muchas veces menos, pero mucho menos, de lo que en el campo le pasaba. Ginés se llamaba este hombre, y a Ginés todos buscaban. ¡Buen corro formaba en su casa!, o en la plaza del pueblo, que allí se juntaban los que querían trabajo, y cuando necesitaban braceros, allí los encontraban. Siempre tenía este Ginés algún mensaje de su Amor y sus corderos, de su creencia en Dios, del chirriar de tantos pájaros, de que ningún animal ofendía a Dios.

Esto lo dijo un día que le preguntaron:

   –Oye, ¿Por qué sabes que a Dios no ofenden?

Este pastor contestó con palabras de plomo:

   –He visto morir a muchos, y se arrinconan, te miran con súplica y dejan que los acaricies, y ya quedan rígidos. Esto da enseñanza. Ha habido veces de ver un grupo de borregos sin moverse, ir por ver que pasa, y encontrarme uno muerto; estar yo un día triste, y no dejar de rodearme pájaros, y cada uno con su trino me hablaba de Dios: sé que me hablaban de Dios por el bienestar que yo sentía.

Desperté, oí:

Este pastor te dice,
que si amas, Dios te habla.

Él, todo a Dios pedía,
y Dios se lo enviaba.

Seguro que en la ciudad
no había quien supiera
las maneras que Dios
tenía de hablar.

El pastor en la montaña,
sus corderos y su Amor,
unen con Dios las palabras.

Como tenía sus penas,
que hoy no son dictadas,
Dios le manda los pájaros
para alegrarle su alma.

Luego, todo le servía
para enseñar en la plaza.

Para formar los corrillos,
para que todos llamaran
a este Dios que todos creen
que su altura nos separa.

Que todos Lo creen lejos,
que todos Le ven las faltas,
porque Dios no habla al hombre,
al hombre que el hombre manda.

El pastor miró al Cielo,
y un Amor grande mandaba,
y Dios manda a los corderos
que se paren, que agua manda.

Ama tanto este pastor,
que encima de la montaña
se comunica con Dios.

Como no había más hombres,
le sirve el conversar
con los pájaros, los corderos
y el agua, que al bajar,
de Gloria llena el sendero.

Al pastor, en la montaña,
Dios le manda su Palabra.


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Libro 6 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo I - Capítulo 5

domingo, 10 de noviembre de 2013

Hombre bueno

En Sueño Profético decían:

Hay más que están en pecado –aunque no crean pecado–, que los que ves haciendo pecado. Al que está haciendo pecado, lo están viendo y pueden juzgarlo. El que se cree bueno y no oye la Palabra de Dios –antes dicha y ahora diciendo–, tiene más pecado. Porque si él a Dios amara, Le quitaría sufrimiento. Dios sufre con el que pecado está haciendo.

Si el bueno a Dios no busca y además no Le quita sufrimiento, no es para Dios bueno, aunque el hombre lo tenga por bueno.

Dijo uno:

Hombre bueno no puede ser el que viva vida sin ofrecerse a Dios para hacer que los hombres lo bueno lo vean bueno y lo malo lo vean malo.

Hombre bueno es el que a Dios, siempre –en silencio o un poco alborotado–, quiere que todos Lo quieran, y ejemplo él ya va dando; y le tiene compasión, más al cojo, que al que no ve cojeando. Que eso sale del espíritu. El cuerpo, lo que hace, es engaño.

Desperté, oí:

El bueno que no es de espíritu
tiene muchísimos cambios.

Y no le da compasión
aquel que ve cojeando.

El bueno que a Dios Le sirve
es el que va practicando
Caridad, Amor al Prójimo,
y rogar por el desgraciado.

Si tu presencia alborota
para que piensen pecado,
nunca llegar a la puerta,
y coger camino cambiado.

No dar palabra ni acción
que se contente al diablo.

Si eres bueno de espíritu,
conoces lo bueno de Dios,
y lo que el hombre llama bueno,
pero que es malo.

Hombre bueno
es el que a Dios sigue
y sus Palabras va practicando.

Creyéndolas que las dijo
y que hoy las sigue mandando.


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Libro 18 - Dios No Quiere, Permite - Tomo III - Pág. capitulo 2

sábado, 9 de noviembre de 2013

Buscar ovejas perdidas

En Sueño Profético decían:

Tienes que amar a Dios para conocer los espíritus que son suyos. Si no Lo amas, ni los conoces, ni te compadeces del afligido, ni buscas al pecador. El Amor te hace que sigas el camino de Dios; y lo que Él hizo en la Tierra, tú hacerlo y enseñar a que lo hagan. Él enseñó a amar como Él amaba y ama. Por eso es la misma Enseñanza:

Para todo hombre que vaya naciendo, viva su Amor y busque lo Eterno, y hable de Dios contando con Él en todos los momentos, viendo tan normal que Dios está Vivo en la Tierra y en el Cielo. Si ya piensas esto, tienes que acudir donde hay sufrimientos.

Dijo uno que muchas veces iba con los Discípulos de Jesús:

Al hombre le extraña que quien está al Mando de Dios vaya buscando al que está lejos de Dios y no practica su Doctrina, sin pensar que Dios se hizo Hombre porque el hombre necesitaba a Dios Hombre y hoy necesita sus Palabras.

Yo oía a Dios Hombre estas Palabras decir a los Discípulos:

“Hablad más de Mí al que no Me conoce, aunque sabe que existe mi Padre. Pero el que Me conoce y Me ha oído hablar, si no viene a Mí, es porque no cree que soy el único Dios en el Cielo y hoy en la Tierra, hasta que cumpla mi tiempo y vuelva al Padre”.

Desperté, oí:

El Maestro pocas veces mandaba a los Discípulos a los que hacían la vida que Él mandaba.

Éstos, decía, que fueran ellos a que Él les mandara para buscar ovejas perdidas.

Para que luego estas ovejas siguieran al Pastor.

“Levantad al que veáis en el suelo, que Yo luego diré si cayó o lo tiraron”.

“No dejad al hambriento y vestid al desnudo en mi Nombre, que Yo luego os daré el pago”.


Esto fue dicho por Dios Hombre, y hoy es dictado.


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Libro 15 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo  III - Pág. 238-239

viernes, 8 de noviembre de 2013

Cómo se pueden hacer y componer tantos Temas

En Sueño Profético hablaban de esta Literatura Teológica. Hablaban del sufrimiento, de cómo se pueden hacer y componer tantos Temas, sabiendo que van al desprecio.

Dijo uno:

En lo material quita fuerza
y mayoría no siguen
cuando un escrito hicieran
y lo viera un profesor
y grandes faltas pusiera.
Y si tenía un sufrir,
tal vez del sufrir algo hiciera.
Pero no temas tan dispares
como aquí se presentan.

Pues tan sólo el pensar esto,
ya ves que no es de la Tierra.
Esto es mano que escribe
con grande inteligencia;
que Dios es el que lo escribe
aunque veas es su letra.
Y aunque pasaran los años
y el sufrir no la deja,
el Dictado es diario,
sin faltarle su Grandeza,
sin que lo puedan tocar
los sabios que hay en la Tierra.

Ves la fuerza en el Escrito,
y al hacer preguntas a ella,
guárdate tu sabiduría
si tu saber es de Tierra
y a ella tienes por inculta,
porque te dará respuestas
que tú quedas de alumno
por grande profesor que fueras.

¿No ves aquí ya verdad
sin que grandes estudios tengas?

¿Quién haría un Escrito de éstos,
que hay días que a media hora no llega?

Otros días puede llegar a tres horas,
si se para la materia.

Todos estos argumentos
son para que el hombre vea
que no hace falta estudio,
una vez que el Libro leas,
para decir: “Esto es Dios,
que ama al hombre
y no quiere que se pierda”.

Desperté, oí:

¿Quién escribiría un tema,
por grande escritor que fuera,
y sin quitarle palabra,
siempre con grande firmeza,
ya salga al mercado el libro?

Sin que después de escribir
no veas papeles rotos, apuntes.
¡Que esto es correcto
en grandes literatos!

¡Y cualquier tema que escribas
no es Teología,
diciendo que me la dictan!

No son escritos
que te describan la Gloria
diciendo “que yo la he visto,
que se anda y no hay cuerpo”.

Y ya, cuando escribes Temas
del Padre Eterno,
de Dios Hijo,
de Dios Espíritu.

¿Quién escribiría al Dictado,
diciendo: “yo esto he visto;
que no toquen una letra
de las que yo ya he escrito”,
sin temor a los Teólogos
ni literatos del mundo?

¿Qué estudio puede hacer el hombre
cuando lea estos Libros?

¡Amén y gracias, Señor,
porque mi amén ha servido!


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Libro 17 - Investigaciones a La Verdad - Tomo II - Pag. 43-44-45

jueves, 7 de noviembre de 2013

No hay quien transmita la Paz como el que tiene el Arrobo

En Sueño Profético hablaban de la Paz.

Dijo uno:

No hay quien transmita la Paz como el que tiene el Arrobo.

El espíritu que Aquí viene y ahí vive, donde tenga contacto, cambia a los espíritus, si estos espíritus han sido espíritus de Dios pero han vivido una vida tibia a la Palabra de Dios. Este espíritu arrobado transmite una Paz con inquietud Divina, una Paz emprendedora que te hace ir publicando el Evangelio. Como Evangelio es Palabra de Dios, este que oye al que arroban, no puede callar estas Palabras que son oídas y dichas a este que cuenta el Arrobo, porque su espíritu fue “arrobao” para una Enseñanza directa. Esta Enseñanza nunca se puede dar por terminada, una vez que es Dios el Profesor y el que la Enseñanza manda, el que separa materia sin vida, el que al espíritu le hace volver a la materia. Este espíritu, sus Palabras que de Aquí lleva, ¿cómo no van a ser Evangelio?, sin son Palabras dichas de Dios al espíritu sin materia. Este espíritu, contándote el Arrobo, tu casa de Paz te la llena.

A Dios, cuando Lo veían de Hombre –porque Dios Hombre se hizo para enseñar con materia–, estas Palabras fueron siempre las primeras: “Mi Paz os doy. Mi Paz os dejo”.

Desperté, oí:

La Paz es
el enemigo mayor de la guerra.

Estas Palabras Dios dijo:
“He venido a dar Paz
y he formado la guerra”.


Que la guerra siempre la forma
aquel que menos a Dios quiera.

Las Palabras de Dios Padre,
nunca el hombre las acepta.

Que lean todos los Escritos
de cuando Dios anduvo en Tierra,
y es “pa” morirte de pena
o morirte de vergüenza.

No sacas una Palabra
que Dios dijera en la Tierra,
que no fuera “pa” salvar
a aquel que pedía sentencia.

Pues Dios sigue con sus Palabras,
dichas en otra materia,
y el hombre sigue formándo
a las Palabras la guerra.

La materia que ahí vive
y al espíritu Aquí lo enseñan,
éste te dará la Paz,
pero no le formes guerra,
que Dios te contestará.

La contestación de Dios
puede ser sin contestar,
porque Dios cuando contesta,
contesta sin consultar.


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Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pág. 30-31-32

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Mundo espiritual y mundo material

En Sueño Profético hablaban de los dos mundos: del espiritual y del material; del espíritu sólo y del espíritu con materia; de vivir con el contacto de Dios o vivir con contacto de espíritus del mal; de saber fijo que Dios espera; de saber librarse del pecado.

Decían:

El hombre no conoce el contacto del espíritu, por estudios que haga, si no interroga al que Dios Aquí trae. De éste puede aprender, practicar y enseñar estas Grandezas. Al practicar la vida del espíritu que enseña lo que Aquí percibe, los sentimientos y la inteligencia ya sienten Amor, ya sienten seguridad.

El mundo material es inseguro, es sin cimientos, es poco agradecido. El mundo material es cumplido, es cumplido porque no es eterno. Lo eterno no puede ser cumplido; el cumplido cansa, y lo eterno es sin fin y no lo sigue el cumplido.

El mundo espiritual no forma ruido, no tiene peso, no tiene forma, no es de visión.

Dios, todo Lo tiene en Él; Dios todo Lo forma con Amor y con Poder. La Gloria es formada con Amor y Poder. El Abismo es formado sólo con Poder. El mundo material es formado con Amor, con Poder y con Libertad, pero el hombre rechaza el Amor, se olvida del Poder, y ya vive Libertad, Libertad que Dios quisiera que el hombre la tuviera en olvido.

Desperté, oí:

Aquí se ve a Dios, que es Dios,
en lo poco que te pide.

Te pide olvido para la Libertad,
para que el que no ame mucho a Dios,
Lo pueda buscar.

Por eso, el que a sabiendas
desprecia la Libertad,
Dios puede que diga un día:
“Este ama de verdad”.

Y le haga las Visiones
de esta Gloria Celestial.

Y le haga los arrobos,
sin poder el hombre parar.

¿Por qué no hacerlo Dios,
cuando tú lo pidas ya?

Si Dios quisiera su Mundo,
su Mundo espiritual,
que el hombre fuera y viniera
antes de carne dejar.

Pero el hombre se separa
del Sitio que Dios está.

¡Es pena con doble pena,
que Dios llore por Amar!


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Libro 2 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo II - Pág. capitulo 3

martes, 5 de noviembre de 2013

Fuerza de Sabiduría Divina

En Sueño Profético hablaban y en algunas comparaciones había Visión.

Dijo uno:

“Dios es tan poderoso que no contesta a los insultos del hombre ahí en la Tierra”.

Apareció como un pedazo de campo sin arboleda, y dijo el mismo:

“El hombre pasa por este campo y no ve animal ninguno, pero este terreno está inmensamente habitado por miles y millones de animales, que Dios manda ahora que sean vistos”.

Salían de sitios que allí no había agujero, pero grandes cantidades y en distintos colores y tamaños; lo mismo, se veían volando las distintas clases; algunos eran zancudos, de cuerpo pequeño y transparente; había manchones lo mismo por tierra que en el espacio; imposible el contar estos millones de vidas incontables no vistas por el hombre, y por consiguiente desconocidas. De estos animales han sido sus cuerpos y colorido aumentados al espíritu arrobado en el momento de explicar el Poder de Dios, Poderoso Creador de todo lo invisible y visible. Todos estos animales viven del Poder de Dios. Cualquier animal de éstos puede huir del hombre, por ver este mínimo animal al hombre. El hombre los tiene delante de su presencia y no los ve, y a veces son insectos que persigue el hombre. Si el hombre estudia la Naturaleza, ve a Dios. Si el hombre coge la lupa, le dirá lo que él no ve, y también le dirá lo que él no puede hacer: ese animal que los ojos del hombre no ven, y a veces tampoco la lupa. Todos tienen un organismo perfecto, como el tictac de la vida, que sólo lo mueve el Cielo.

Desperté, oí:

Éstas son Visiones cuando está el espíritu solo.

Estas Visiones no pueden ser con materia.

Sería entonces ver sin comprender, y ya al decirlo, serían frases de un demente.

Cuando las Enseñanzas son para transmitirlas al hombre, tiene que ser sólo en espíritu.

Estas Visiones nunca podría el hombre traducirlas dando una Verdad de Gloria.

Los ojos de la carne y la inteligencia material no llegan a esta Fuerza de Sabiduría Divina.

Dios con su Poder manda enseñar de esta Gloria para el que quiera aprender.

Si lo aprende, es que ama. Si no ama, nada ve.

Aunque maneje la lupa, para Dios queda sin ver.


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Libro 11 - Te Habla el Profeta - Tomo II

lunes, 4 de noviembre de 2013

Estos Libros hacen falta por bien de la Humanidad

En Sueño Profético decían:

No hay quien busque a Dios y no Lo encuentre, si Lo busca donde Dios habita.

Dijo uno:

Dios está en todas partes,
pero donde habita,
tú Lo ves si quieres verlo.

La Vivienda de Dios,
sus muros son la Paz,
y su interior te apacienta;
sus Palabras curan llagas
por profundas que estas sean;
te aconseja y te da Luz,
como el rayo a la tormenta.

Todo esto ves que sale
con fuerza de esta Vivienda.
Por eso, el que busque a Dios,
seguro que aquí Lo encuentra,
porque Dios siempre hará
que busquen una Vivienda
que a Él lo puedan encontrar.

Salió un hombre hablando,
con una fuerza al hablar,
que su nombre fue lo primero
que dijo al empezar:

Yo doy mi nombre y quisiera
que pudieran publicar.
¡Cuánto parón da a esto el hombre!
Soy Domingo de Guzmán.

Estos Escritos, si alguien
se los llevara a publicar,
el hombre los lloraría
con lágrimas de pesar.

Es justo romper los hierros
donde el hombre manda encerrar.

Contestaron a Domingo,
a Domingo de Guzmán:

Esto es Literatura,
con un valor sin igual,
con unos hechos pasados
sin nadie poder contar,
como Dios no se los cuente
para luego enseñar
a que sepan de esta Gloria
sin palabras “equivocás”.

Estos Libros hacen falta
por bien de la Humanidad.

Desperté, oí:

A Dios se busca cuando amas, cuando tienes necesidad de saber de este Amor.

A Dios Lo buscas, Lo encuentras y publicas que Lo has visto.

Si no amas, no buscas. Al no buscar, no encuentras. Y al no encontrar, no publicas.

El no publicar es vedar la Palabra de Dios.

Dios elige, para que por el Elegido sepan los demás de Él, amen, aprendan a amar y dejen de pecar.

Dios habla para el mundo, no para el Elegido.

El Elegido ya es de su Gloria.

DOMINGO DE GUZMÁN


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Libro 12 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo II

domingo, 3 de noviembre de 2013

El Mando del que Dios elige

En Sueño Profético hablaban de conocer el Mando del que Dios elige en esta medida.

Pero para conocerlo tienes que amar a Dios. Y, con Amor, haber leído sus Palabras, las que dejó escritas en la Tierra cuando vivió con Cuerpo.

Que a pesar de verlo, tampoco Lo creyó el hombre como Dios que bajó del Cielo y se hizo Cuerpo de Carne.

Que este horroroso pecado sigue el hombre ejerciendo, y le oyes como defensa el pecado.

Si esto mismo Le hicieron a Él, ¡cómo extrañarse del que diga: “Dios me habla”!

Dijo un espíritu con el Mando del Cielo:

Tiene más disculpa el que oyó a los Profetas antes de bajar Dios, que el que tiene es sus manos este “Diciendo” y puede comparar con escritos teológicos, dando a conocer el tiempo que a este espíritu tiene arrobado a diario.

Si aquí no actúa Dios, no hay quien haga esta vida sin renta y con malos tratos por los que podrían darle obediencia a Dios y quitar sufrimiento al Instrumento, que no hace nada más que este Mando, con sufrimiento, con ansiedad y sin cansancio.

Desperté, oí:

Si piensas estas Palabras
y no te sientes inquieto,
pídele a Dios con ganas
que te llegue su Evangelio.

Que Evangelio es su Palabra,
que su Espíritu la deja
en otro cuerpo.

Él manda su Espíritu.

Como le prometió al hombre
cuando vivió con Cuerpo.

Si no aceptas sus Palabras,
tú no crees en el Cielo.

Que Cielo es Eternidad de espíritus,
donde no existen los cuerpos.

Cuerpo es suela de zapato
que hay que dejar en el suelo.
No puedes creer en Dios
si no aceptas su Evangelio.

Evangelio es su Palabra,
sin que le cuentes los tiempos.


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Libro 20 - La Palabra del Creador - Tomo II

viernes, 1 de noviembre de 2013

Siempre aceptar aquello que te ha venido

En Sueño Profético hablaban de la Enseñanza de Dios y de la enseñanza del hombre. Decían:

Era para que al que Dios elige para enseñar, lo buscaran con las ansias de reformar su pasado, su presente, o de buscar camino que siempre esté Dios contento, y jamás pierda la Gloria.

El que busca al que Dios enseña en su Gloria, pronto se nota algo que él no sentía.

Abrazar el sufrimiento y no pedir cuentas a Dios son las dos notas principales para que Dios te mande.

Luego, vienen éstas, si tú no sabes que estás haciendo lo que Dios no manda: “Señor, haz que tu recuerdo me robe la Paz que yo creo que tengo. Pero si hago mal, Señor, ya no quiero. Dame inquietud para que no viva en contra del Cielo”.

Ésta es otra nota: cuando ya te sientas fuerte en abrazar el sufrimiento, no pedir cuentas a Dios ni ser amigo del pecado. Pidiéndole a Dios ayuda, ¡cuéntate por perdonado!

Esto es confianza en Dios y querer dejar camino malo. Luego, si vas al Prójimo, esto ya sirve de bálsamo.

Desperté, oí:

Éstas son las Enseñanzas
que aprendes del Elegido.

Siempre aceptar
aquello que te ha venido.

Que pudiera ser un Premio,
antes del Premio ser visto.

Aceptar el sufrimiento,
ya estás diciendo:

“Señor, tu Camino yo no dejo”.

Y no querer el pecado
y pedir a Dios inquietud
cuando estás en camino malo,
ya estás pidiendo Paz a tu espíritu,
que es lo que Dios tiene mandado.

Paz a los hombres de buena voluntad
puede llegarle
a los que hayan pecando.

Señor, yo pequé,
no es decir: “yo estoy pecando”.

¡Qué lástima que los hombres
aprendan todo lo del cuerpo,
y al espíritu
no se ocupen de enseñarlo!


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Libro 19 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo III - Pág. 114-115-116