Dios quiere que el hombre su Gloria quiera

En Sueño Profético se oía la Voz de Dios Hijo con estas Palabras:

“Si creyeran en Mí, no podrían dar desprecio a lo que Yo mando desde mi Gloria”.

“Si creyeran que esa vida es el empiezo de ésta, Eterna, pondrían estas Palabras con escándalo, como cuando Yo bajé con Cuerpo a la Tierra”.

“Es mi Padre en Mí el que dicta estas Sentencias”.

Se oyó una fuerza de aire o de murallas que chocaran unas con otras, o el agua con altura dando golpes un agua contra otra –el hombre le llama olas–. También se vio una calle moverse con edificios altos. Parecía que los movían unas manos en los cimientos o sótanos.

Ya dijo un Espíritu que Dios le dio Mando:

Todo lo que se ha visto y oído es Poder de Dios actuando, contestando a las Palabras que en el Arrobo la Voz de Dios Hijo hoy ha dicho su Mando, sin coger espíritus de cuerpos que ahí vieron vivos y Aquí siguen vivos los espíritus que movían los cuerpos.

Desperté, oí:

La Fuerza de Dios contestaba a las Palabras. Que en este Arrobo ha sido la Palabra de Dios la que se ha oído, sin Mando a ningún espíritu.

Creer en Este Dios Poderoso, te hace Amarlo o vivir con miedo pensando en el día de tu muerte.

¿Qué necesita el hombre ver más que lo que aquí está viendo?

¡Con tantas Palabras escritas que son Dictados del Cielo!

Que deberían vestirse de alegría o de remordimientos.

Cuando oyera las Palabras que Aquí dicen en boca del Instrumento.

¡Y tener que ir ofreciendo un valor, sin tasador que tasar pueda, por ser Palabra de un Único Dios en el Cielo y en la Tierra! Que de todo lo que se ha nombrado, unido, en un segundo no quedaría mundo que mundo fuera.

Sería entierro total por la fiebre de esta Fuerza.

El hombre no quiere a Dios, y Dios quiere que el hombre su Gloria quiera.

Al que haga este pensar, remordimiento le llega.

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Libro 28 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo V - C8