domingo, 7 de julio de 2019

Dios enseña pero no obliga

En Sueño Profético decían:

Tu misión es ya, enseñar, no convencer. Esto es Enseñanza Divina, que enseñas, pero no obligas. Si obligaras, no serías tú, sería Dios el que obligara. Y Dios no obligó ni a los primeros que de Hombre Lo conocieron. No obligó a sus Discípulos, y por no obligar y permitir, Lo suben al Calvario y muere su Cuerpo en un Madero. Pero a pesar de todo, sigue su Enseñanza por los siglos sin fin, porque Él no está muerto, Él manda Enseñanza, pero no convencimiento.

El que aprende, ya Le sirve, y si quiere va cundiendo. Que esto fue lo que hicieron el día de su Nacimiento, pastores y escribas iban a Verlo. Ya no cabía el convencer, ya Lo estaban viendo.

Al que no quería Verlo, Dios Hombre no mandó ni a María ni a José, para convencerlo.

Desperté, oí:

La misión de la Enseñanza en el Elegido,
si fuera de la Tierra,
ninguno la seguiría enseñando.

La Tierra enseña con rectitud,
con malos modos y cobrando.

Y a pesar de todo,
hay veces que el hombre se niega
a enseñar lo que él aprendió.

Ya que inventor se cree
por aquello que otro no hizo.

Éste se esconde
y te engaña si preguntas
cómo fueron los principios.

El Elegido disfruta con enseñar
aquello que es más oculto.

Pero tienes que ser tú
el que prepares tu espíritu.

El enseña,
y tú te obligas a ti mismo.

El convencer,
es misión de un vendedor,
que con verdad o con mentira
la mercancía vendió.

Dios enseña y no convence,
porque entonces no era Dios.


***

Libro 23 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo IV - C2

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