En Sueño Profético decían:
¿Cómo puede el
hombre pensar que exista ese mundo sin existir Éste?
¿Cómo puede
pensar el hombre que su cuerpo, el adelanto y la medicina lo mueven?
¿Y cómo puede
pensar que el sol, el aire, el agua y el trueno estén a sus órdenes?
¿Y cómo puede
pensar el hombre que la Tierra se alborote, llegando a los edificios, que son
de hierro y de piedra, convirtiéndolos en sepultura, dejando a la gente muerta?
¿Cómo puede el
hombre pensar que exista ese mundo sin existir Éste?
Dijo uno:
Debería ser retirado de la enseñanza el que no se enseñara Dios, de su Gloria para el espíritu: Mundo que Dios tiene para cuando muera el cuerpo. Que te deja Libertad para que entregues tu espíritu donde lo quieras entregar, con el vivir que hiciste usando la Libertad. Esto, el no enseñárselo al niño como peligro de todos los peligros, no tiene perdón ante Dios.
Desperté, oí:
No enseñar la Existencia de Dios
y que el espíritu es inmortal,
no tiene el
Perdón de Dios.
Si al niño no se le enseñaran
los peligros que matan al cuerpo,
ningún niño
llegaría a hombre.
¿Cómo puede el hombre pensar
que Dios creara ese mundo
para que el hombre quedara
como queda el
animal?
Si el hombre usara la cabeza
como pies con zapatos estrenando,
conocería lo de Dios
y tendría que
enseñarlo.
Los pies conocen la suciedad,
el cieno, el
polvo y el fango.
Y sirven de guardianes
para cuidar
los zapatos.
***
Libro 22 - Investigaciones a la Verdad - Tomo III - C7
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