En Sueño Profético decían que era sufrimiento grande tener
Mando de Dios y tener que callarte, porque al no obedecer el Mando, a Dios
puedes enfadarle.
El que conoce este Caso debe ver que el Elegido lo que
quiere es que, pensar que le llegue, vean que es Dios el que se lo manda a su
espíritu y ya lo habla la materia. Que el que le haga caso al Mando, borre de
su presencia al Elegido y diga:
“Esto lo dice Dios en ella. Yo voy a coger su mando,
como los Discípulos lo cogieron en la Cena”.
Este Mando lleva la Fuerza de que Dios está hablando.
Ya, con esta Fuerza, a los espíritus malos puedes cerrarles la puerta y mandar
medicamento para que vean el daño tan grande que han hecho. Que el daño se verá
como culebra arrastrada.
Dijo uno:
Con la Fuerza que aquí hay, si Esto no fuera de Dios,
ya se habrían ofrecido como hacen en la Tierra, para publicar el triunfo que el
Elegido presenta. Pero para esto tienes que contar con el que diga: “Si mi
presencia y mi tiempo sirve, yo quiero colaborar para que quede arrastrado el
espíritu del mal”.
Si Dios no permitiera, hace tiempo que su Poder hubiera hecho que el hombre lo viera, en diluvio o en movimiento de tierra. Que es donde más se ve el Poder de Dios contestando al hombre.
Desperté, oí:
Decían en el arrobo que obedeciendo a la Palabra de
Dios, el sufrimiento se quedaba pisado.
Ya que los espíritus del mal intentan desmentir que
Dios aquí esté hablando.
A todo el que pueda ayudar a publicar esta Verdad, que
lo vayan a buscar.
Aquí cada día tienen menos disculpa por no acudir los
que pueden hacer algo y no lo hacen.
***
Libro 41 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo III - C2
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