En Sueño
Profético decían:
Extraña más el Permitir de Dios donde falta Amor de
Dios, que donde su Amor cada día más crece. Pocos comprendieron el Permitir de
Dios a Pedro, y mucho menos lo que en Él permitía. Las veces que oyó: “Tú no
eres el Mesías, Tú no eres Dios del Cielo”. Las veces que le presentaban
enfermos, pero en plan de mofa, para que fueran curados.
Esto no podía ser comprendido donde no había Amor.
Por eso tanto repetía:
—Haceros niños si queréis comprenderme. Y ya, con pocas palabras, tendréis mucha Enseñanza.
Desperté, oí:
No ahondes en el Permitir de Dios, que Él sabrá por
qué permite.
Tú pon Amor en tus hechos y olvida lo que permite.
La Virgen, siendo la Madre de Dios, también sufrió
el Permitir.
Pero siguió su camino en sus penas y en su sufrir. Y
sabiendo que era Dios, no supo su Permitir.
Pero el sufrimiento le hacía más Amor para seguir.
***
Libro 74 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo IX - C2
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