En Sueño Profético decían:
Tu presencia y tu mando son
obediencia a Dios, porque Dios te hace comprender que es Mando de Él. Que esto,
el que crea, lo ve, por los muchos arreglos que Dios pone en tu petición.
Dijo un espíritu de Dios:
Esto no se puede dejar. Tú tienes
a quien mandar, y sabes que este mando una alegría da. Tú tienes disculpa
cuando das el mando, porque puedes decir: “Dios me manda. Y esto que yo
escribo, la Gloria me lo está mandando y yo tengo que decirlo. “Que Me ves, dilo”. Esto lo dice Dios.
Esto no es mío”.
Aquí ya están todas las puertas abiertas. Pero si no van, las pueden cerrar. Ya Dios no quiere que busques a más para premiar y que con el desprecio te contesten. Que este desprecio, a la Gloria llega.
Desperté, oí:
Hablaban mucho del mando del
Elegido.
Decían: ¿Cómo no verán que cuando
manda el Elegido es porque Dios le ha mandado ya al Elegido?
Unas veces en Palabras, y la
mayoría en sentido, un sentir que no puede callarlo.
Decían los espíritus que están al
servicio de Dios, que aquí triunfa la Verdad.
Orden que dé el Elegido, tienen
que aceptarla.
Elegido es llave que Dios da para
que abras la puerta.
Que si piensas, no la abre el
Elegido, ni la llave, la abre el Poder de Dios, que a veces no necesita llave.
***
Libro 45 - Te Habla El Profeta - Tomo VI - C6
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