jueves, 6 de febrero de 2020

Dios quiere hombres que Lo amen

En Sueño Profético decían:

El Contacto de Dios lo nota el espíritu antes que el cuerpo.

La Sabiduría de Dios es comprendida por el espíritu, no por el estudio del hombre.

Si el espíritu no comprende, no pasa los títulos que da el hombre.

El espíritu es el filtro del paso para ver con claridad lo que viene de Dios.

Dios no necesita al hombre de profesor, Dios quiere hombres que Lo amen. Y Él los hace profesores del hombre.

El ser el hombre profesor de la materia es graduación más baja que profesor del espíritu. Pero si es profesor de la materia y se hace del espíritu, hace gran servicio al Cielo, porque tirará de muchos que no oyen al que es sólo profesor del espíritu. No lo oyen porque el espíritu del mal utiliza la maldad del engaño para que no lo busquen.

Al profesor de la Tierra lo oyen por fuerza los alumnos. ¡Pero hay tan pocos de éstos…, que habla el Elegido y ninguno acude para enseñar al alumno!

Desperté, oí:

Todavía no comprende el hombre
que la Sabiduría de Dios
es el espíritu el que la absorbe,
no la materia,
por estudios que el hombre tenga.

Dios habla sin Palabras
y no te exige respuesta.

Pero tú oyes Palabras
y ya el Amor contesta.

Esto es Sabiduría Eterna:

“Saber un Lenguaje mudo,
que no hay hombre que lo sepa”.

Que pueden aprenderlo todos
si el hombre cierto estuviera
de que sólo hay un Dios Único
en el Cielo y en la Tierra.

La sabiduría del hombre,
comparándola con Ésta,
es mucho más chica
y más baja se queda
que esta comparación
que Aquí dictan
y ahí escrita queda:

“Un enano que su altura la compare
con donde la Luna aparece
y estás viendo las estrellas”.

Aquí hay más igualdad
que la Sabiduría del espíritu
con la sabiduría de la materia.


***

Libro 19 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo III - C2

2 comentarios:

  1. La Palabra de Dios no tiene comparación con nada,sí el hombre quiere compararse en algo con La Palabra ya está haciendo el ridículo .

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  2. La persona que lleva la gracia de Dios es la que ha admitido en su espíritu La Palabra y la Enseñanza, mayoría son los sencillos y los humildes de espíritu.

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