martes, 14 de abril de 2020

La mujer del comerciante

En Sueño Profético decían:

¡Qué poco trabajo cuesta hacer el bien si a Dios amas!

¡Qué poco trabajo cuesta dar palabras que dejen la confianza en que Dios nunca te abandona!

Todo es vivir Prójimo, que el hombre de él se aleja cuando ve que hace falta en la enfermedad del espíritu o en la enfermedad de la carne. Entonces pierdes amigos, en vez de amigos aumentarte.

Dijo uno:

Yo conocí a una familia que le pusieron los defectos cuando quedaron en la ruina. Tenían un comercio de tejidos y el padre lo llevaba con un hijo de 12 años, que era el que no paraba de llevar telas y hacer mandados al sitio que el padre le mandaba. Pues murió el padre y tuvieron que cerrarla. La madre tenía dos hijos más chicos y nunca en la tienda estaba. Por no ayudarle a vivir, muchas faltas le buscaban: que había vivido una vida cómoda, que los dineros poco tiempo los guardaba, que era culpable de que la tienda cerraran.

Desperté, oí:

Todos volvieron la espalda cuando la tienda cerró, y la ayuda le negaron los que decían que amaban a Dios.

Un amigo mío y yo les reuníamos un jornal y los cuatro iban saliendo, porque creíamos en Dios y sabíamos que nos estaba viendo.

Fuimos acortando el mal y dando remordimiento. Cuando la mujer nos dijo: “tengo gran enfermedad y la tengo en secreto, tan sólo lo sabe Dios cuando de noche no duermo y estoy haciendo oración”.

“Para que al día siguiente les sirva a mis hijos y antes a mi marido, que sé que ya está con Dios”.

Daba más remordimiento al que más se retiraba.

A la enfermedad le podía por los ruegos que a Dios le hacía.


***

Libro 29 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo IV - C7

1 comentario:

  1. Dice el refrán que todos hacen leña del árbol caído
    Esta Santa mujer conoció de cerca el sufrimiento y Dios le puso dos Cirineos que aliviaban su camino
    No solo le mandó la ayuda que también los tiene en la Gloria
    Quedando ya para siempre en los Mensajes de Dios lo que pasaron en esta vida.

    ResponderEliminar