domingo, 26 de julio de 2020

No puede vivir el hombre sólo por comida y dinero

En Sueño Profético decían:

No puede vivir el hombre sin el contacto del Cielo. No puede vivir el hombre sólo por comida y dinero. Que esto que se ha nombrado es el Mando de este Cielo.

No puede vivir el hombre sólo por comida y dinero. Antes de pedir esto tiene que mirar al Cielo, y ya, lo que le venga, le trae Paz y contento, porque Dios lo que le mande será ya con medida y peso.

El dinero y la comida sólo sirven para el cuerpo. Y si no le pones freno, a tu cuerpo le das sepultura y a tu espíritu lo preparas para mandarlo al Infierno.

El hombre tiene en olvido que el espíritu es la vida del cuerpo. Que según tú te comportes, estás manejado por dentro.

Dijo uno:

De un espíritu entregado a lo Divino sale su acción del cuerpo, lucha por llevar la Paz en el espíritu, primero, y te aconseja que borres el mal que te hayan hecho.

Te hace que razones pensando: “Esto es para la Tierra, y esto es para el Cielo”.

Te trae a la memoria: “La muerte siempre la llevo y ésta no quiere equipaje. Todo en la Tierra me dejo. Tengo que cambiar de vida y preferir lo Eterno”.

Desperté, oí:

Si estudias a fondo al hombre,
él te presenta el plano
de su espíritu cómo lo tiene.

Que el estudio sin pregunta,
en su acción
ya te va respondiendo.

Le verás gran avaricia
por lo que dicen que es bueno.

Por lo que el día que muera
lo vendan a grande precio.

Le verás que la venganza
le sale siempre de adentro.

Donde digan que Dios habla,
él se notará inquieto.

Le quitará importancia
a aquello que el no haya hecho.

Si tiene algunos estudios,
él se nombrará el primero,
y todo lo que haga
dirá que sale de su talento.

Pero nunca le oirás:
“Yo, mi Espíritu, es primero”.

Esto, si alguno lo dice,
lo miran con risa
porque no piensan en la muerte
que se presenta y no avisa.

La muerte le ríe al hombre
cuando ve cuidar al cuerpo,
que es lo que a Dios no viene.


***

Libro 22 - Investigaciones a la Verdad - Tomo III - C4

1 comentario:

  1. El cuerpo es servidor del espíritu, y su servicio tiene fecha de caducidad.

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