jueves, 17 de septiembre de 2020

Tú llevas Amor con fuerza y ya vas ayudando

 

En Sueño Profético hablaban de los Discípulos de Dios, de cuando vivió como Hombre, con Cuerpo.

Se vio una habitación grande, pero más larga que ancha. Las ventanas que tenía, por fuera tenían rejas. Por dentro te podían servir de mesa por la anchura de aquel muro, que quien pillara su tierra debió de estar adorando los muros, porque tuvieron Presencia de tanto como allí habló el Dueño de los dos Mundos, que es Dios Único para hacer y deshacer. Hacer lo que el hombre no puede hacer, y deshacer lo que el hombre se cree dueño.

Se vio una mesa grande de largura y uno dijo:

En esta mesa se sentaron, con sus codos puestos en ella y la mirada en Dios Hombre, muy pocos, tan pocos, que tenían su número, doce. De los doce, son once los que adoran a Dios Padre y a Dios Hijo, que es un sólo Dios.

En esta mesa –y otra vez se vio como si mesa allí hubiera– recibían los Discípulos la Enseñanza para el día siguiente llevar las Palabras de Salvación que el Maestro daba. Había más caras tristes cuando había menos Mando.

Un día le dijo un Discípulo:

   –Maestro, hoy no llevo enfado, porque el Mando ha sido más grande que otros días. Pero cuando me das poco Mando me da tristeza y pienso: ¿no haré bien hecho el Mando?

Se van a decir las Palabras que dijo el Maestro:

   Tu Mando siempre es bien hecho, si no, no serías mi Discípulo. Pero si te dan mal trato, ya quedas en silencio y pones lágrimas en Mí pensando. Tú llevas Amor con fuerza y ya vas ayudando.

Desperté, oí:

Unos hablaban con fuerza,

y otros con el silencio Le ayudaban.

 

Todos amaban igual,

porque era el mismo Árbol.

 

Pero no las mismas ramas.

 

Unas quedaban más cortas,

y las otras eran más largas.

 

El Mando daba el Maestro

sabiendo a quién lo daba.

 

No ofendían pidiendo Mando.

 

Piensa que Lo alababan.

 

Porque querían Servirle

y el cansancio despreciaban.

 

***

 

Libro 28 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo V - C5

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