En Sueño Profético decían:
El Mensaje que se ha puesto en
canción y que tantas veces has oído, no cansa, porque está a esto unido y
alguna fuerza tiene. Porque el que lo canta lo siente, lo siente y le da
respeto.
Dijo uno:
Las cosas de Dios son así. Que
las busquen con Amor y sin cansancio, y pidiendo consejo y mando al que Dios le
da el Mando. Si esto creen, la contestación es el Amén y el contento, cuando tu
servicio sea para el Lugar que Dios en él habla, que este Lugar, su nombre es
Profeta. Que esto, a más creerlo, más obediencia.
Ya no pueden pasar los días sólo
con el Mensaje. Hay que poner en alta voz todos los Mensajes que se puedan. Que
esto y la cantidad de Libros que hay no pueden estar en silencio.
Este Medicamento es para el
espíritu, y no se puede forzar para que lo tomen. Pero lo que sí se puede hacer
es pedir a Dios que el hombre busque este Medicamento.
Desperté, oí:
En este arrobo me decían que no
dejara de la mano al que más quisiera servirme.
Porque al querer servir, ya su
espíritu estaba aquí.
Todos los que saben este Caso y
no acudieron, no tienen palabras para disculparse.
Por eso, que se den cuenta de que
esto lo tuvieron los que estuvieron más cerca.
Que es mayor pecado saber de este
Caso y despreciarlo.
Y ya, los que han hecho el daño
tienen Infierno, porque ellos se lo buscaron.
En esta noche que se fue, también
fue corto el sueño.
Pero las pocas horas te dan
provecho y despiertas con el Sueño Profético.
El que esto no crea, que no rece
el Padre Nuestro.
***
Libro 45 - Te Habla El Profeta - Tomo VI - C1
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