En Sueño Profético decían:
Hay quien le molesta saber que
hay un Lugar donde Dios habla, y entonces es cuando ves que a Dios no ama.
Quien sepa donde Dios da un Mensaje y no acuda, puedes decir que Dios no le interesa.
No puedes querer y no ir a saber. No puedes amar y quedar sin demostrar.
Dijo uno:
Siempre le oía a mi padre estas
palabras. Y mi madre fue una mujer de Amor al Prójimo, porque decía que al que
veía caído, allí iba ella, porque a Dios sentía. Pues así actuaba mi madre. No
tenía momento libre para lo que no fuera hacer caridad. Visitaba a una moza que
desde hacía años se encontraba enferma en cama. Ésta era de padres pudientes, y
el día que no la visitaba, todos le notaban tristeza. Estos padres querían
darle bienes de los muchos que tenían, y mi madre nunca cogió nada. Les daba el
domicilio de las muchas guardillas que ella visitaba, y éstos recibían el
salario que ella ganaba o querían pagarle. Esto era suyo:
“Saber donde Dios está y no ir,
es no quererlo sentir. Y si te dicen “yo veo a Dios”, nada mal puedes oír. No
acudir es no sentir. ¿Quién oiría al hijo llamar, y quedara sin contestar? El
sentir te hace buscar. Y el Amor a Dios te hace desear, desear que vas
apartando todo con lo que puedas tropezar, que este tropiezo es el que te
retira de amar”.
Desperté, oí:
Esta mujer te dice
cómo sentía a Dios.
Lo sentía en el enfermo,
porque ella Lo buscaba.
Si esta mujer se entera
donde Dios manda que hablen,
ella acude porque siente
dentro de ella estas frases:
No puedes decir “yo quiero”,
si no acudes donde hable.
No puedes decir cristiano,
si no buscas su Mensaje.
Todo el que ame a Dios,
Lo busca para llenarse.
***
Libro 14 - Dios Manda En Su Gloria que Enseñen - Tomo II - C5
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