En
Sueño Profético decían:
Tu
presencia y tus palabras hacen falta para que no dejen de hablar de esta
Grandeza con la que no hay ninguna que se pueda comparar. El que esto así no lo
vea, no cree nada más que en la Tierra.
Dijo
el Mando de Dios en un espíritu de su Gloria:
Se va
a decir cómo ha empezado el día hoy para el Elegido: al despertar, escribió el
arrobo dictado en la Gloria; vio la “Piel de Cordero” brotando agua Divina;
entró en la iglesia –Casa de Dios–, y cuando su Ministro puso en la boca del
Elegido el Cuerpo de Cristo, al terminar de decir esta palabras, empezó el
Venero Divino a hacer brotar agua de la boca del Elegido.
Desperté,
oí:
Dios
con su Poder mueve la montaña, sube metros las olas y hace curaciones calladas.
Si
esta vida que hace el Elegido la siguieran y la copiaran, al ver que no podían,
a Dios llamarían.
A este
Lugar Dios lo elige sin él saber nada. Y por mucho sufrir que le llegue, más a
Dios ama.
Guarda
en tu memoria estas Palabras que salen de la Gloria:
Hoy no
hay otro caso igual a éste, ni escrito está en la Historia.
¡Tantos
días y tantos años hablando Dios en la Gloria!
Esto
lo creen muy pocos. Su vivir lo demuestra.
***
Libro 48 - Investigaciones a la Verdad - Tomo VIII - C7
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