martes, 31 de diciembre de 2024

La verdad a la verdad

En Sueño Profético decían:

Ya tiene el pago el que persiguió con maltrato al que Dios da sus Palabras para que de Él enseñe. Ya tiene respuesta cuando vea que su caminar aún sigue, y cada día con más fuerza. Ya se verá avergonzado y humillado por su misma soberbia. Ya verá que no sirvió de nada el mal que hizo a escondidas de la presencia del hombre, porque para la presencia de Dios fue víbora sin cabeza que en movimiento quedó.

Pues ya están recibiendo el pago de la Justicia de Dios. Tienen que tener en sus manos lo que tanto desmintieron diciendo que no era Dios, diciendo “falso Profeta”, viendo la huella que deja esta Palabra de Dios. Que no hay hombre que la estudie y luego quite razón.

¿Qué vivir les quedará a estas personas que llevaban el puñal dispuestos para degollar y matar?

Ya les va llegando la renta sin palabras de consuelo para que ellos mismos se puedan consolar, diciendo: “Señor, yo no conocía al Instrumento”. Esta falsedad no sirve de nada, porque no tienen nada en sus manos que pueda comprobar que han vivido en el Prójimo y con esta gran Teología. Que esto, vivir en el Prójimo y en esta gran Teología, son dos mitades que si las unes quedan en una pieza con una misma palabra: “Dios”, que es Amor y Caridad.

El que haya ido en contra de Dios que se prepare para el pago.

 

Desperté, oí:

 

Bien claro dicen en la Gloria que este Caso presentó, en sus primeros momentos, la verdad a la verdad.

No fueron estas palabras solas, que tenían de compañeras la entrega al Prójimo, buscar al que sufre y, si se pudiera, ocultar al que pecó y enseñar a perdonar. Pero siempre con la Palabra de Dios.

El que quiso borrar Esto, que en escritura y en acción se veía a Dios delante, poco tiempo le queda para que pueda justificarse cuando sólo oiga su Nombre y su Imagen vea delante.

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Libro 69 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VIII

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