domingo, 31 de mayo de 2020

¡Ay Amor que es ofrecido, y por muchos despreciado!

En Sueño Profético se oían estas palabras:

Si no amas,
no puedes entender al Amado.

Si no amas,
pasas lo días sin nombrarlo.

Si no amas,
en la alegría sientes llanto.

El Amor que a Dios le pides,
cuando este Amor a ti te llega,
haces cosas que hacen pararse
al que te sigue y te observa.

Hay momentos de quietud,
para el que esta quietud no entienda.
Y hay momentos de alboroto,
que para ti es quietud lenta,
porque ya viste
la Luz que antes no podías verla.

Esta Luz quieren taparla
los hombres que pisan Tierra,
y yo me ponía a pensar
cómo el hombre no buscaba esta Luz
y huía de la oscuridad.

¡Cuántas veces no quería
que mis lágrimas las vieran,
de las palabras que yo oía,
que yo no quería oírlas
para que Dios no sufriera!

Hubo veces que pequé,
deseándole la muerte
al que podía preguntar:
¿Cómo los éxtasis sientes?

Y no me ponía a hablar,
y siempre culpaba al tiempo.
Y si podía, retiraba,
al que quería oír
lo que Dios en mí hablaba.

Desperté, oí:

Más deseaba la muerte
al que podía gritar, diciendo:
“Teresa, éxtasis tiene”.

Después de que estas palabras
nadie las oía en mi boca,
todo el que me conocía, decía:
“Teresa, de Amor a Dios está loca”.

Ya me venía el contento
como vendaval Divino,
que a Dios no había enfadado,
porque yo quería que el hombre
fuera de Dios preguntando.

Y sintiera este Fuego,
que no sé cómo llamarle.

Este Amor en ti se entra,
y ya no respeta a nadie.

¡Ay Amor que es ofrecido,
y por muchos despreciado!

Si a este Amor tú le das sitio,
este sitio nunca has dejado.

Y ya te hará que tú
le busques más
que sitio le vayan dejando.

TERESA DE ÁVILA


***

Libro 26 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo III - C6

1 comentario:

  1. Dios siempre ofreciendo Amor y el resultado es siempre mísero
    Teresa sabía bien de amar y su sentir lo declaraba con palabras o en silencio con pena

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