Los últimos serán los primeros

En Sueño Profético hablaban Palabras que Jesús dijo a sus Discípulos y para todos los que Lo seguían, y que están escritas para que sirvan de Enseñanza para el que vaya naciendo.

Estas Palabras extrañaban hasta que querías comprenderlas y Él hacía que las comprendieras:

“Los últimos serán los primeros”.

Hacían pensar a los primeros que Lo siguieron y a los que estaban últimamente a su Mando. Los primeros se traían a su memoria: ¡Cuando yo iba con el Maestro...! Y los últimos que llegaron creían que tenían que dejar preferencia a los primeros, por creerlos con más derecho.

Dijo uno:

Un día, a la salida de un pueblo, se acercaron unos que sus familias vieron el Nacimiento de Jesús y bastantes veces acudieron cuando se cundieron los prodigios que de Niño iba haciendo y luego de Hombre. Acudieron varias veces a su Predicación, que en Él Dios Padre decía.

Pasó bastante tiempo sin que acudieran, hasta que un día dan la cara al Maestro y les sorprende el gentío y el vocerío con la Palabra “Maestro”. Quisieron abrir paso y ponerse donde antes iban, donde las Palabras ellos recogían para cundirlas. Pero no consiguieron llegar, por los acá y allá del que estaba delante. Ya se pararon y dijo el Maestro:

  –Estos primeros eran los últimos. Pero si vosotros les habéis dejado el sitio, el sitio es ya de ellos. Para dejaros el sitio, tengo Yo que mandarlos donde estáis vosotros, y esta Enseñanza no sería de mi Reino. Yo no puedo preferir. Sois vosotros los que Me vais pidiendo estar cerca de Mí o el estar lejos. Yo no prefiero, Yo voy buscando y ofreciendo mi Reino.

Desperté, oí:

“Los últimos serán los primeros”, ya no extrañaba el oírlo cuando lo explicó el Maestro.

Si los primeros dejan el sitio y este sitio no está lleno, no sería Dios Hombre.

Y si los últimos ven el primer sitio vacío sin entrar ellos, ya no ven a Dios en un Cuerpo de Hombre.

Nunca pongas fechas ni tiempo
para seguir a Dios.
Y si coges algún puesto,
que sea quitado por Dios.

Que si tú quieres Seguirlo,
Él te dará lo mejor.

Si Él te pusiera el último, di:
“Más cerca estoy de Dios”.
Pero tú nunca te vayas
porque Mando te mandó.


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Libro 28 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo V - C1