En este Sueño Profético vi una a mujer con un saco como arrastrando. Y al lado
iba otra con otro saco también lleno, pero ésta lo llevaba en el costado y su
cara contenta; en la mano llevaba otro saco vacío. Salió un hombre de aquel
camino y señalando a la que lo llevaba a rastras, dijo:
“A
este espíritu, su ira y falta de paciencia son los que lo retiran de Dios”.
Más
rápido que el pensamiento se puso otra estampa. Estaba el Señor y sólo la mujer
que llevaba el saco con alegría en el cuadril y el vacío en la mano. Dijo este
hombre que tenía aspecto de romano por sus vestimentas:
“Este
espíritu es entregado a la Voluntad de Dios”.
Se
puso esta mujer de rodillas, y dejando el costal lleno en el suelo, cogió el
vacío y pronunció estas palabras: “Si mi sufrimiento va a ser Tuyo, déjamelo a
mí, y si tu Presencia no me va a faltar, aquí traigo otro costal”.
Desperté, oí:
Si
sufres con Dios, no sufres, porque Él te quita la carga.
Si
a Dios no amas y Lo llamas para pedirle cuentas, tu carga te pesará.
Te
pesará a tal extremo, que arrastrando no podrás.
Cuando
se ama mucho, en la carga ves a Dios, y ya, al verlo, toneladas, plumas son.
***
Libro 1 - Meditaciones y Palabras Directas con el Padre Eterno - Tomo I - C9
Es la Presencia de Dios la que quita todo sufrimiento y dolor.
ResponderEliminarEl hombre forma alboroto y la vida se la amarga porque a Dios no lo quiere ni lo busca de Compaña.