sábado, 13 de julio de 2024

Señor, Contigo lo quiero todo

En Sueño Profético se oía hablar a varios espíritus con Mando de Dios. Decían:

Estos espíritus, cuando tenían cuerpo, conocieron esta gran labor del Elegido en el Prójimo. Hablaban del sufrimiento que el hombre le daba al que tenía Mando de Dios, arrobos o éxtasis. Que se veía que esto no era de la Tierra. Nombraban mucho todo lo que Le hicieron a Dios Hijo.

El que Dios elige se ve que es de Dios porque no valora el tiempo, y a todo lo que le hace el hombre le quita importancia.

El que se nombre cristiano, cuando se enterara de un Caso como éste, debería seguirlo hasta que se enterara de todo. Pero esta Verdad los deja al descubierto.

Se oía una voz lejos, con estas palabras:

No sufras por el desprecio que al bien que haces le hagan. Aquí ves más que el trato no es a ti, es al que el Mando te da. Siempre que das una alegría, te persiguen los espíritus del mal. Pero si Dios te habla y te da Mando, no puedes hacer nada que esté mal hecho. Porque al estar mal, ya no llevas su Camino, y ya no te puede hablar Dios. Tú sigue cumpliendo el Mando que Él te da y te manda. Y si das alegrías y no las abrazan, tú sigue igual, no cambies tu vida, porque a Dios puedes enfadar.

Desperté, oí:

Hablaban en el arrobo espíritus que conocieron este Caso cuando vivieron con cuerpo.

Ahora siguen conociendo las buenas obras y las alegrías, porque tu vida la dedicas a dar alegrías.

Quedé dormida con estas palabras:

“Señor, Contigo quiero todo, sin Ti no quiero nada”.

Esto tenía que estar ya puesto en la enseñanza.

Una vez que es para el espíritu, donde la vida no acaba.

Decían en el arrobo que el sufrir era grande y el sueño corto.

Tres horas pocas noches el reloj me dejaba el sueño.

El que te puede ayudar y la publicación de los Libros son lo que te quitan el sueño.

Dios no se enfada por esto.

***

Libro 47 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VI - C4

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