En Sueño Profético decían:
Quítate el pensar que te hace sufrir por creer que este Caso lo tienes sin cundir por muchos sitios, teniendo los justificantes que Dios te ha dado.
Dijo un espíritu de la Gloria:
Esto que se ha dictado es el pensar del
Elegido, que Dios trae su espíritu a la Gloria y le da Mando para que lo que
vea y oiga lo diga a los cuerpos. Y ya, es una Enseñanza, pero no como la de
los Libros Bíblicos, que todo es dicho por Dios. Porque este Caso no es decir
lo que dijo Dios, sino que es lo que hoy está diciendo.
Pues esto, al pensarlo el Elegido, cree
que debería coger caminos para que Esto lo pusieran como en Belén pusieron las
primeras palabras por ver al Niño de Dios nacer.
Diciendo estas palabras se vieron a
muchos que venían contentos, por el habla que en voz alta traían.
Ya dijo uno:
“El Maestro viene con los Discípulos y se
Le oye hablando. Yo venía con ellos y me ha mandado para que de aquí no se
muevan los que Le están esperando”.
Terminando estas palabras, el Maestro se
presentó y dijo a uno de sus Discípulos:
“Santiago, quiero que sea cundido mi
Mando, que es que todos los espíritus, sus cuerpos, sigan mis Palabras, que son
los Mandamientos que Yo dejé en la Tierra cuando mi Cuerpo vivía, antes de ser
clavado en la Cruz”.
Ya dijo Santiago:
Esta Visión y
estas Palabras fueron dichas por Dios cuando bajó a la Tierra a vivir con el
Hombre. Pues nosotros queríamos coger caminos para ir diciendo lo que el
Maestro nos decía. Pero su Mando era diciendo:
“Si
todos saben ya que sois mis Discípulos, las palabras que os oigan, si creen en
mi Existencia, saben que son mías. No dejéis de nombrar mi Nombre, y ya, con
esto, estáis a mi Mando”.
Desperté, oí:
Este Mensaje ha sido Visión y Palabras de
cuando Dios bajó a la Tierra a vivir con el hombre.
Es para que el Elegido se compare con los
Discípulos, que, por mucho que querían hacer, no podían hacer más.
Lo que el Maestro les decía es que no
callarán la Existencia de su Presencia, que eran Discípulos y tenían Mando.
Ellos callaban a todos, cuando alguno
dudas ponía, con estas palabras:
“Si vosotros creéis en Dios Hijo, que es
nuestro Maestro, como Él quiere que Le llamemos, cuando os lleguen sufrimientos
decírnoslo a uno de nosotros, que el Maestro no niega su Presencia, porque no
hay otro Dios ni otro Dios Padre, que es por Él por lo que el Mundo está con
hombres vivos”.
Nosotros queríamos hacer más para que se
cundiera que Dios estaba Vivo en la Tierra. Que el que creía y amaba a Dios
Hijo, con pocas palabras nos decía:
“Discípulos, ¿cómo podemos pagar la
presencia de los que estáis con Dios Hijo?”.
Soy Santiago, el que he hecho este Mando
de Dios.
Todos los que están aquí unidos, piensa
que creen más de pensamiento que de palabras.
Da alegría el saber que los Libros se
están cundiendo en pobres de cuerpo y ricos de espíritu.
***
Libro 64 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo VIII - C6
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