En Sueño Profético decían:
Cada día que amanece, Dios da
Mando con alegría. Dios da este Mando porque sabe que el Elegido lo hace dando
Mando del que recibe de la Gloria.
Dijo un espíritu de la Gloria:
Si piensas en estos Libros, en la
cantidad que hay, te darás cuenta de que nada puede dar más escándalo que esto.
Todo lo demás sobra.
En el lugar donde Esto está
ocurriendo, no puede seguir este silencio por parte de los que a Dios
representan, porque hacen sufrir a Dios no cogiendo Esto con alegría y
publicándolo en la misa como gran Evangelio.
Decían en el arrobo, que el
Elegido sufre porque quisiera que a los Representantes de Dios los vieran por
todos sitios defendiendo este Premio tan grande.
Desperté, oí:
Otra vez dicen en la Gloria, que
con justificantes como hay, dichos por Dios en su Gloria, poner el amén en
público, a la Iglesia le corresponde.
Las cosas de la Tierra desprecian
el Poder de Dios.
La Iglesia debería investigar
para ver aquí verdad o mentira.
Aquí ya Dios ha dado de todo,
para callar a los que no quieren oír de Dios hablar.
El sueño duró poco, porque la
alegría no lo dejaba llegar.
Y el despertar agrandó las
alegrías, porque la Imagen de Dios, con su Túnica, de cintura para arriba se
veía.
Esta Imagen la formaban los
“Humos Divinos”, pero como un cuadro transparente.
Se veía en medio de la
habitación, sin pared por delante ni por detrás.
Quedaron los “Humos”, pero la
Imagen de Dios Hijo se quitó.
Los “Humos Divinos” tienen Poder
de Dios, y este Poder lo lleva el Elegido.
Porque de su presencia no faltan,
mire para donde mire.
***
Libro 60 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VII - C2
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