viernes, 22 de enero de 2021

Señor, dame Luz, que yo cunda lo que hoy estás hablando

No quería dormirme para pedir a Dios más veces esta petición que no me podía quitar del pensamiento: “Señor, el que pueda llevar estos Mensajes lejos y no lo haga, que ni dormir ni comer pueda hacer con tranquilidad, pensando en Ti”.

En Sueño Profético decían:

Al que le llegue esta petición, ya le llega premio. Al que no le llegue, es vivo y muerto. Vivo para el pecado, muerto para el Cielo. Pues aunque hiciera el servicio como muchos lo han hecho, ha sido a la fuerza, y Aquí ya queda por muerto.

Dijo uno:

Intranquilidad

por querer servir a Dios,

ya viene del Cielo.

Y donde ves montaña,

Dios pone sendero.

Y ya todo lo ves fácil,

y estás durmiendo despierto.

Porque el primer recordar

cuando despiertas del sueño,

es pensar: “allí voy,

allí digo lo que está ocurriendo”.

“No puedo quedar tranquilo y sereno,

tengo que buscar en caminos cerca,

en caminos lejos,

hasta que no puedan

guardarle silencio”.

Desperté, oí:

Es una intranquilidad grande,

como te llegue el pensar:

“yo puedo hacer,

yo no debo callarme”.

Pero en esta intranquilidad

te viene el gozo más grande

cuando piensas: “¡Qué alegría,

yo, divulgar los Mensajes!”.

A esta alegría

le huye la pereza

y te acude claridad

dónde tienes que llamar

para que abran la puerta.

Desconfianza y pereza

son dos personajes que,

al hombre, de Dios alejan.

Pide intranquilidad,

para siempre estar pensando:

“Señor, dame Luz, que yo cunda

lo que hoy estás hablando”.

Si esta intranquilidad te sientes, piensa:

“Dios, Premio ya me ha mandado”.

***

Libro 21 - Te Habla El Profeta - Tomo III - C3

1 comentario:

  1. De verdad que es una Alegría muy grande divulgar estos Mensajes
    Llevan Premio mayor todos los que abracen estos Escritos con Amor

    ResponderEliminar