domingo, 31 de enero de 2021

Ten Amor y caridad, y Dios no te faltará

En Sueño Profético hablaban de la caridad. Decían:

Tener caridad es amar a Dios. Si quieres saber si Dios tiene intimidad con una persona, sigue su vida, y si practica la caridad, acepta sus palabras.

Yo viví oyendo a dos

que decían que Dios les hablaba.

Uno era una mujer,

y más bien acomodada;

y el otro, hombre era.

Este último que nombro

vivía solo y sin compaña;

era bracero de un horno,

y siempre pan amasaba;

cuando cumplía su trabajo,

echaba otra jornada,

y aparte tenía el dinero,

y a los pobres lo llevaba.

Yo le preguntaba a veces,

porque con él me paraba:

“¿Por quién haces esto, Andrés?

¿Y el día que no ganes nada?”.

Esta era la respuesta:

Dios quiere que así lo haga.

Él me da la salud,

y también techo y cama.

Vienen los carros “cargaos”,

y yo los descargo y me pagan.

¿Quién es el que mueve esto,

si no es el mismo que por las mañanas,

en el ventano de mi vivienda,

su resplandor me levanta?

Ya me pongo de rodillas,

y cuando acabo de orar,

se me acaba el resplandor

y viene la oscuridad.

¿Tú no ves aquí claro,

que Dios me va a visitar?

Ya me entra un desosiego

de querer más trabajar,

y repartir al enfermo

lo que yo gano de más.

Hay mañanas que Lo siento

en mi oído respirar.

Esto lo cuento en el horno

y me harto de llorar

de ver que no me lo creen,

que Dios me va a visitar.

Yo tengo cerca de treinta,

y aún no he podido olvidar

lo que me decía mi madre.

Nueve años yo tenía cuando murió,

y quedé al amparo

de los que a Dios amaban.

Estas eran sus repetidas palabras:

“Hijo, ten Amor y caridad,

y Dios no te faltará”.

A la que estaba acomodada y decía que Dios le hablaba, la vi un día de frío, que despreciaba a un pobre y lo insultaba a la vez. Porque le pidió una limosna, se oyeron estas palabras frías: “¡Bebedor, andrajoso, aséate antes de acercarte a pedir!”.

Desperté, oí:

¿Qué duda podía haber

de que al que amasaba el pan

Dios lo fuera a visitar?

¡Si él no había olvidado

buscar al necesitado!

¡Y descargaba los carros

después de hacer su faena,

para aumentar el jornal

que después él llevaría

con Amor y caridad!

Aquí, fijo que Dios habló.

Pero, ¿cómo iba a hablar

en la que no dio limosna

y trató sin caridad?

Si esto en él no encuentras,

Dios no lo va a visitar.

***

Libro 6 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo I - C4

1 comentario:

  1. Que Mensaje más bonito!
    Que diferencia entre los dos!!
    Pues aún tiene más delito cortar las alas a los demás cuando quieren hacer Caridad. El envidioso no descansa nunca.

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