viernes, 5 de febrero de 2021

El Sabio

En Sueño Profético decían:

¡Qué bonito es recordar,

estando Aquí en la Gloria!

Yo hice muy poco mal.

Yo viví cerca de uno

que tenía este refrán:

“No me digas tú quién eres,

que tus obras lo dirán,

ni pongas cara de bueno,

pecando día y día más”.

Éste era un vendedor que iba vendiendo miel de pueblo en pueblo. Tenía de sobrenombre “El Sabio”. Lo llamaban más para hablar que para comprar. Este hombre no conoció familia, se crió con unos caldereros que iban ambulantes. La madre murió y éstos se encargaron de criarlo, ayudando él a estos caldereros a transportar calderos de mercado en mercado. Fue cogiendo simpatía por sus buenas obras. Cuando recogían los puestos se desvivía por ayudar a recoger los géneros. Siempre le daban algunas monedas, las cuales el calderero se las dejaba sin pedirle cuentas. Un día llegaron a una cabaña porque al paso oyeron unos lamentos: era un hombre que se le habían ahogado tres borregos y temía que lo despidiera el dueño. Se adelantó el Sabio y le dijo:

No llores, porque el llanto

es para el pecado.

Si tú confías en Dios,

ya Dios todo te lo ha arreglado.

Voy a volver para atrás,

que tengo dinero enterrado

en el corral de mi casa,

para solucionar estos casos.

Cogió el Sabio la mula

y volvió con el dinero

antes que acabara el llanto. 

¡Toma! Ahora si quiero ver

tus ojos con llanto,

pero quiero que pronuncies:

“¡Esto Dios me lo ha salvado!”,

y te verán la sonrisa y el llanto

en el milagro.

Todo esto hacía el Sabio

con el dinero que recogía

de ayudar en el mercado.

Desperté, oí:

Si esto hacía y no era dueño,

la miel repartiría

y volvería contento.

Y luego él viviría,

cuando a alguien le ayudara

y la comida le diera.

Al vendedor que era Sabio

y la miel iba vendiendo,

lo llamaban para saber,

y el cacharro iban poniendo.

No les medía la miel

sin nombrar a Dios del Cielo.

¡No hagáis muchos pecados,

que Dios siempre os está viendo!

No hay más Gloria para Dios,

que llegar Aquí, al Cielo,

y decir: “yo no pequé,

por no darte sufrimiento”.

Dios sufre más por el que peca,

sabiendo que vive Él.

***

Libro 6 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo I - C4

1 comentario:

  1. El sufrimiento de Dios es por Amor. Si corrige es por Amor.
    Cuando elige, elige Amor.
    El mielero tenía rebose de Amor y por eso está en el Mensaje y en la Gloria de Dios.

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