miércoles, 17 de noviembre de 2021

No puedes creer y no hacer lo que Él manda

En Sueño Profético hablaban del creer en Dios. Decían:

No puedes creer y no hacer lo que Él manda.

No puedes creer e ir ensuciando sus Palabras.

Y ya, ¿cómo creer y romper los Mandamientos? Que con el adelanto, los más cultos, los han roto y los han ensuciado. Que esto se puede ver en la carne que el hombre une sin Dios, dándole derecho a unirse tantas veces como quiera, porque no cree en Él. Esto es copiado de los animales, con el mando de Satanás. Pero aquí quedan fracasados.

¡Hombres viendo lo que Dios quiere y pide, para que el mundo tenga a Dios presente hasta que llegue la muerte!

El que no quiera la Gloria, que se oculte y no cunda esta petición que el hombre hace: pecado y despreciar pudor.

Cuerpo que no se cubre no puede pensar en Dios.

La Enseñanza que da el hombre es retirar al niño de Dios. Y que hembra y varón vivan juntos, con educación. Y si esto no se entiende, es porque falta educación.

Dijo un espíritu que termina el Mensaje:

Yo falto de la Tierra, con cuerpo, hace cincuenta años. Cuarenta tenía yo cuando viví esto que aquí cuento y que me mandan dictar:

Lo que hoy enseña el culto, lo vivían entonces los del campo, por no tener sitio para estar separados la hembra y el varón. Pues a pesar de la falta de todo, se cubrían con trapos viejos si tenía que ponerse uno delante del otro. Si en la misma habitación dormían padres e hijos, se respetaban. Y éstos no tenían enseñanza de libros. Oías a la madre: “Tápate, que ya sale padre”. Esto, se oía normal y contentos.

Desperté, oí:

El sueño de esta noche era hablar del pudor, del adelanto y del fracaso de la cultura.

Con éste que ha contado lo que él vivió, yo estaba en la misma finca trabajando.

Y a pesar de la poca vivienda que tenían y tener que estar viviendo los tres hijos con los padres, daban una enseñanza, que si hoy la vieran, se avergonzarían los que viven cultura y adelanto.

Decía la madre estas palabras:

Pensad que hembra y varón es barra de manteca que pones al sol.

Que por mucho que al sol le pidas, la manteca la rompió.

Aquí, el adelanto, no puede hacer nada con la manteca y el sol.

Lo que sí hace el adelanto que se vea normal es el pecado y no vivir lo que Dios tiene mandado.

***

Libro 48 - Investigaciones a la Verdad - Tomo VIII - C3

1 comentario: