viernes, 19 de noviembre de 2021

El que más obedezca, más cree en este Evangelio

En Sueño Profético decía un Discípulo de Dios Hombre estas Palabras:

Es difícil comprender lo que tú no harías para bien o para mal.

Es difícil, porque para las dos cosas tienes que pensar: “Dios está viendo mis pensamientos”.

Si crees y amas, no piensas en lo que otros ven, si haces lo que Dios manda. En el bien te acercas y haces lo que Dios manda. Y en el mal, aunque otro lo vea bien, tu sentir valla te pone o grande muralla.

A nosotros, cuando íbamos sin el Maestro, más se acercaban a hacernos preguntas que cuando con Él íbamos.

Una mañana, ya a media mañana, se acercaron unos que nos conocían porque habían estado en sitios donde el Maestro daba sermones. Una vez Lo oyeron en un mesón y otras veces en la montaña.

Ya dijo uno de los que se acercaron:

—Si vosotros no vierais bien el hacer el bien que dice el Maestro, ¿os negaríais a hacerlo o lo haríais? Y si Él no viera el mal que vosotros estabais viendo y os mandara hacerlo, ¿qué camino cogeríais?

El oír estas palabras nos cortó el camino que llevábamos y nos hizo irnos con el Maestro.

Dios Hijo –y Maestro decía que le nombráramos– fue vernos llegar y decirnos los nombres de los que nos pararon y estas Palabras:

—Cuando se acerquen los que no han oído contestación porque mi Poder Yo lo mandé a vuestros espíritus, decid: “Nosotros no mandamos en nuestros cuerpos. Manda el Poder de Dios Padre en el Poder de Dios Hijo, que es el que sus Palabras nos sirven de alimento para poderle a los sufrimientos. Puede que el bien que veáis en otros, sea un mal para la Gloria. Y el mal que vosotros creéis que nosotros estamos haciendo, sea para ganar el Reino de Dios.

Desperté, oí:

¡Qué Enseñanza es la de Dios para sus Discípulos!

Y es que el hombre cambia la Ley de Dios. Si debe hacer el bien, hace el mal.

Y si el mal es de escándalo, dice: “¡Es que los tiempos han cambiado!”.

Los Discípulos veían bien todo lo que su Maestro les decía que hicieran.

Que esto pocos lo comprendían. Esto se puede ver por sólo los 11 que el Maestro tenía.

Pues cuenta el número de Elegidos que hoy Dios tiene.

Decían en la Gloria, que la obediencia la mandaba la creencia.

Antes de llegarle el sueño al Elegido le venían pensamientos de sufrimiento.

Y le alegraban diciendo: “El que más obedezca, más cree en este Evangelio, antes dicho por sus Discípulos, y hoy por un Elegido con Mando del Cielo”.

Un Discípulo de Dios Hijo y Maestro para Sus Discípulos

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Libro 54 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo VII - C4

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