En Sueño Profético hablaban del
hombre. Decían:
¡Hombre, creado por
Dios y perseguidor de Dios!
¡Hombre, que su vida
la tiene Dios, y a Dios insulta!
Dijo uno:
Al hombre le da mal
rato –y utiliza su lengua para ofender– el que alguien sea
elegido por Dios.
Al hombre le llena
de ira que Dios se haga visible en Imagen al hombre que Él quiera.
Al hombre le sale
al exterior el Amor a Dios o la maldad que le tiene a esta Gloria, cuando oye:
“Dios me habla” o “He visto a Dios en Arrobo, en Extasis o en la forma que
Dios, como Dios que es, haga”. Entonces empieza el hombre a comparar, queriendo
someter a Dios a unas normas, reglas o leyes, que él a Dios le pone. Pues en el
momento que empieza esta maniobra, ya no le interesa Dios, le molesta.
El hombre debería
hacerse un examen de conciencia, donde él mismo se preguntara y él mismo se
diera respuesta.
El hombre cree que
amar a Dios es saber que Dios manda su Presencia en Palabras y que deja en
libertad al Instrumento para contarlo y responder a lo que Aquí Dios le ha dado
de Enseñanza. Pues si no busca a Dios y, además, ofende, dónde está el Amor a
Dios.
Al hombre no le
interesa que Dios tenga un Lugar donde a Dios Lo vean en fuerza de Temas y
Palabras que escritas quedan.
El hombre
desmentirá mientras sea amigo del pecado.
El hombre ve a otro
hombre cuando oye: “He visto a Dios”.
Desperté, oí:
¡Qué pena debería llegarle al hombre,
si esto el hombre
lo pensara!
Mandar Dios su Imagen,
dicha en Arrobo,
y el hombre despreciarla,
cuando debería inclinar la cabeza
hasta que oyera
llamada.
Llamada al espíritu,
dejando carne
enterrada.
Que esta inclinación serviría
para corregir sus faltas,
diciendo: “Perdón, Dios mío.
Perdón, Dios mío, y gracias
por tener siempre Elegidos
que nos hablan de tu Gloria
y del Reino
prometido”.
Reino donde está Dios Padre,
que Dios Padre es
Dios Hijo.
Primero está sin
Carne.
Después, con carne
y espíritu.
Y luego quedaron los Tres,
pero sólo hay Uno.
Todo está en el Padre,
que se hizo Carne y
se dio al hombre.
Y, antes de esto y después,
baja a la Tierra
Dios en Espíritu.
Cuentas Tres, pero
sólo es Uno.
Debería el hombre besar
los pasos del Elegido,
porque te dice de Dios
lo que Dios en él
ha dicho.
***
Libro 75 - Meditaciones y Palabras Directas con el Padre Eterno - Tomo VIII - C2
Como después de leer un Mensaje así puede quedar nadie indiferente!
ResponderEliminarCreer en Dios es querer saber de Dios y cuando ya sabes donde está Dios no puedes vivir sin repartirlo a los demás.