En
Sueño Profético decían:
Si no
estás al Mando de Dios, no puedes recibir con Paz y alegría todo lo que te
llegue. Esta Paz es repartida, y al que le llega tiene que pensar que este
Elegido tiene Mando de Dios porque su vida buscó este Mando.
Sigue
un espíritu de la Gloria:
El
vivir de este Elegido fue un vivir que pocos han vivido. Su mayor alegría era
buscar y dar donde sabía que lo que iba a dar falta hacía. Esta falta, muchos
no la comprendían, porque era soledad en el espíritu. Había veces, que un deseo
de la Tierra hacía que se cumpliera pidiéndole a otro –al que más tenía de lo
que pedía– lo que hacía falta, y cuando lo llevaba al que lo deseaba, un buen
cambio le veían y las malas tentaciones las retiraba de él. De esta manera de
hacer caridad, muchos no se pueden enterar, por no comprender que el espíritu
necesita, igual que el cuerpo la comida y el descanso, distraerse para que las
penas se vean en fracaso. Esto, por la mayoría es criticado. Pero este tipo de
caridad que practicó este Elegido, dio a conocer este Caso hoy único.
Desperté,
oí:
Si se
pregonara todo el bien que ha hecho este Elegido, a muchos enseñaría y a otros
les haría pensar: “Señor, si puedes, dame el Perdón, porque yo así no he sido.
Me he compadecido del hambriento y del descalzo, que esto es compasión al
cuerpo. Pero al espíritu nunca le tuve compasión.
Decían
en el arrobo, que esta Enseñanza hacía falta para hacer pensar que un capricho
sin pecado puede hacer buscar a Dios y dar de lo que a él le han dado.
¡Buscar
a Dios, para pedir el Perdón, porque no compadeció al que pedía limosna y un capricho
se compró!
En
este arrobo hablaban mucho de saber cómo hacer la caridad:
Si no
sientes Amor de Dios, no ves como trata el rico al pobre: si al pobre lo ve con
ropa buena, ya le niega lo que le da para comer.
A
veces oía mi nombre y no era llamada, era luz que del Cielo bajaba. Esto en el
arrobo lo nombraban.
Decían
en la Gloria: “Si el hombre pensara en el Poder de Dios, no podría en nada
llamarse dueño”.
Este
Poder ponlo en los truenos y en la luz de peligro que del cielo anoche bajaban.
Si la
luz –relámpago, para que todos lo entiendan– dejara en la tierra el poder que
llevaba, ya no habría mundo esta mañana.
Cunde
este Poder con fuerza en canción, que así lo quiere el Dueño de la tormenta.
Poder
que Dios detiene, que esto no se lo merece nada de lo que hay en la Tierra.
***
Libro 55 - Investigaciones a la Verdad - Tomo IX - C4
La Caridad bien entendida no es la caridad del mundo.
ResponderEliminarEl Elegido de Dios hace Caridad sin respetos humanos porque le duele el caído, le duele el que vive sin buscar a Dios porque nadie lo enseñó,le duele la humanidad que media anda perdida por no acordarse de la otra mitad.