En Sueño Profético decían:
Las alegrías de Dios serán más grandes
cada día. Las alegrías de Dios no están ocultas. Éstas se ven en los prólogos
de estos Libros, firmados por Obispos. Estos nombres hacen pensar a los que
representan a Dios, porque tienen que retirar palabras que han dicho y que
Aquí, en la Gloria, dictan:
“¡Aquí ya no se puede hacer más! ¡Y los
Obispos, jamás pondrán su nombre en estos Libros! ¡Como los Libros tienen la
Licencia de la Iglesia, cuando muera, se le hará una estatua de piedra!
Esto era dicho con la seguridad de que el
nombre de los Obispos, en estos Libros, nunca se vería.
Sigue el Mensaje un espíritu que, cuando
vivió con cuerpo, tuvo amistad con los Discípulos de Dios Hijo, Maestro, como
Él quería que le llamaran:
“Estas Palabras que se van a dictar son
para que queden escritas y sirvan como ejemplo de lo que hoy está pasando el
Elegido:
Más de una vez oí al Maestro decir:
“Si los que están Conmigo en la Mesa,
cada día publican más mis Palabras y siguen como están, el Poder de mi Padre
actuará en Mí y Yo les aumentaré las fuerzas. Aunque no haya nada más que once,
mi Poder hará muchos más “onces”, para que el Mundo sepa que cuando mi Cuerpo
vivió en la Tierra, no hubo nada más que once para sentarse a mi Mesa. Y que
estos once, formaron, con el Poder de Dios, una gran cantidad de creyentes.
Desperté, oí:
Nombraban en la Gloria a los Discípulos
de Dios Hijo, Maestro, como Dios quería que Le llamaran.
Decían, que siendo el Mundo tan grande y
habiendo tantos hombres, a éstos era los que siempre sentaba a su Mesa.
Y ellos buscaban a otros para hablarles
de lo que les hablaba el Maestro.
Pues igual pasa aquí con los que tiene el
Elegido a su servicio.
Son pocos para lo grande que es el Mundo.
Pero estos pocos están cundiendo la
Palabra de Dios.
Decían que siempre estaban en la Mesa con
el Maestro los mismos que se han nombrado, y Dios les decía:
“Buscad al que no tiene comida y dad las Palabras que Yo os estoy dando”.
El sueño llegó tarde porque el pensar en
los prólogos que los Obispos iban a dar para estos Libros le quitaba el sitio.
Estas fueron las últimas palabras que el
pensamiento del Elegido tenía:
“Señor, si me enfado porque tarda en
llegar el sueño, es porque quiero que el Arrobo dure más tiempo”.
***
Libro 64 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo VIII - C3
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