En Sueño Profético decían:
El día que ha traído a esta noche
ha sido día de grandes alegrías. Estas alegrías son las que al cuerpo mantienen
cuando tiene sufrimientos con barreras, que las barreras son el silencio. Pero
el Elegido piensa cómo podría pagarle a Dios el que lo haya elegido. Estos
pensamientos Dios se los manda al que le está sirviendo con alegría, sin
cansancio y viendo que Dios, cada día, el premio se lo está aumentando.
Desperté, oí:
El que aquí no vea Poder de Dios
es que vive sólo para la Tierra, y el Poder de Dios no le llega.
Decían en el arrobo que Dios
buscaba al que más Mando Le pedía y con el Prójimo mejor se portaba.
Pero tenía que portarse bien y
sin desprecio, porque si no la respuesta de Dios sería quitar el Permitir y a
otro llamar y premiar.
***
Libro 60 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VII - C7
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