En Sueño Profético decían:
Al que Dios le da Mando, él también tiene que dar Mando del
Mando que a él le dan.
Dios mandaba a los Discípulos y ellos a otros mandaban. Que
este Mando es necesario para cundir su Palabra.
Dijo uno:
Haciendo el Mando que daba, veías que el responder,
impedimentos quitaba. Esto más lo veía el que más creía quien era y más Lo
amaba. Él daba Mando con Fuerza, y con Amor sus Palabras.
Un día Le oí decir:
“Os costará más
trabajo hacer mi Mando, si ponéis duda en que soy Hijo de Dios Padre y que
cuando se cumpla mi tiempo volveré al Padre, de donde fui Mandado”.
“En la Tierra seré
nombrado por Dios Hijo, pero en la Gloria sólo hay un Dios Único. Haced este
pensar cuando al oír mi Mando os
tienten espíritus que Yo tengo apartados. Que Yo, siendo Dios, tuve que
arrojarlos a distancia y profundidad, para que no fueran persiguiendo al que Yo
le daba Mando”.
“Yo os necesito para que
vayáis hablando de mi Reino. Unos os buscarán, y otros os darán desprecio”.
Desperté, oí:
Si el Discípulo cree,
más Mando tiene.
Y va sin duda,
y hace que a Dios busquen.
Si creen en el Mando,
pisan donde Dios va pisando.
Y ya, la fuerza te da alegrías
y vas haciendo lo que Dios diga.
El que Dios trae Aquí,
tiene que tener discípulos
para achicar el sufrir.
Y para ir pregonando
lo que Dios le dice Aquí.
Son muy pocos los que hacen
el Mando que va de Aquí.
Esto se vio en su Vida Pública
y se sigue viendo aquí.
Este Mando es sencillo el cumplir,
y grande salario el que Dios manda ahí.
Libro 28 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo V - Cierre de libro
No hay comentarios:
Publicar un comentario