En
Sueño Profético decían:
Si los
que están más cerca del Elegido se dieran cuenta de cómo los retiran de él, más
verían que Esto no es de la Tierra.
La
Tierra busca el bien, pagando, y cuanto más le pidan por este bien, más valor
le dan, sabiendo que todo en la Tierra hay que dejarlo.
Dijo
un espíritu de la Gloria:
Ya han
dicho cómo el hombre busca los valores de la Tierra: pagando y disfrutando más
de estos valores cuanto más alto tengan el precio.
Pues
en los valores Eternos, al que Dios se los da, tiene que ir detrás del hombre
ofreciéndoselos, con miedo por temor al recibir que les hagan. Pero a este
miedo, Dios le pone Poder del Cielo, como en este Elegido lo están viendo, que
si uno de ella se retira, Dios la pone en otro camino donde la esperan para
hacer lo que Dios diga.
Decían
en la Gloria que las cosas de Dios no pueden despreciar el sí y buscar el no,
una vez que buscas y das lo que Dios enseñó cuando a la Tierra bajó, y hoy
sigue enseñando.
Desperté,
oí:
Ponle
precio a las cosas Eternas y olvida un poco las de la Tierra.
Puedes
estudiar lo que el Elegido quiere hacer con todos los que creen en él.
Pues
si entendieran este Amor que va repartiendo, habría calles llenas de gente
nombrando el Cielo.
El
mando del Elegido no es de ella, es Dios el que se lo da cuando el arrobo se
va.
Que se
junten los que más creen y aman y que pronto estos Mensajes en alta voz salgan.
El
cuerpo del Elegido estaba cansado, pero la voz de los espíritus de la Gloria
pedían más Dictado.
El
hombre valora lo de la Tierra y lo paga a gran precio.
Pero
lo de Dios es ofrecido sin pagar y con miedo por el desprecio que puedan dar.
Si a
los que están unidos al Elegido les llega el pedir de éste, ya para el
sufrimiento no hay sitio.
***
Libro 55 - Investigaciones a la Verdad - Tomo IX - C2
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