jueves, 18 de junio de 2020

El espíritu es la barrera

En Sueño Profético hablaban del espíritu. Decían que según fuera tu espíritu, así sería tu acción y tu pensar. Que el espíritu era la barrera para impedir pensar bien o pensar mal. Si estaba con Dios, todo era pensar bien poniendo la confianza en Dios. Si el espíritu estaba enfermo o sucio, salía en tu acción el no estar con Dios.

Dijo uno con estas Palabras que mandan de Gloria:

El que no aprenda, que haga examen de conciencia y verá que muy limpia no la tiene. El aceptar va sanando el espíritu o limpiándolo. El aceptar es algo que a Dios pides y Dios te manda milagro. Que el milagro puedes verlo en lo grande y en lo chico. En un mínimo salario también puede haber milagro.

Yo, cuando vivía con cuerpo, tenía gran amistad con uno de mi pueblo que una fragua tenía y le trabajaba al pueblo. Había otros herreros, pero éste les mandaba trabajos a ellos por la sobra que tenía.

Yo, cuando cerraba mi tienda –que de eso era de lo que toda mi familia vivía–, en la fragua me metía, tan sólo por oír a aquel hombre hablarle a un zagalón que tenía para ayudarle y que le daba más jornal por ser de una familia más pobre. Estas palabras que digo las decía con frecuencia:

“Muchacho, hazte amigo de Dios y ya te obedecerá el hierro, y te pagarán trabajos que temías pedir precio. Pero Dios hace milagros en lo duro y en lo tierno, en el hierro y en la paja, y en los ingresos que tengas”.

Desperté, oí:

Hay espíritus enfermos y sucios; y espíritus inquietos, que ponen la estampa de lo que no están viendo.

Pero en el espíritu limpio, ves que cunde el ingreso.

A este herrero, amigo mío, le cundía el trabajo y le obedecía el hierro   

El martillo hacía fuerza hasta de llegar al hierro.

Siempre tenía en su boca: “Señor, yo Te veo en la dureza del hierro.

Te veo en lo que me cunde el dinero de los hierros. 

Te veo en el zagal que me ayuda, que llegará a ser un buen maestro.

Y Te veo en como gusta, cuando ya entrego el hierro hecho como lo han pedido y me lo pagan contentos.

Y hay veces que me dan más porque les parece poco”.

Yo creo que era Dios el que moldeaba su espíritu como al hierro el martillo.

Cuando yo más Lo veía era cuando el hombre Lo insultaba y este Dios no respondía.


***

Libro 29 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo IV - C8

2 comentarios:

  1. Confiar en Dios es gratis, pero tiene Premio seguro.

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  2. La fé de este herrero lo hacía vivir en línea recta para el cielo
    Como no verán los " inteligentes " y " doctores" de la tierra que estos Escritos son lo más importante en esta vida y en la eterna,en esta para aprender,en la eterna para recoger la cosecha

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