miércoles, 6 de abril de 2022

El mesonero

En Sueño Profético hablaban de la mentira y de la verdad:

Se vio una calle con edificios bien costeados, aunque mucha altura no tenía. Se vieron también dos hombres de espaldas, uno vestido con traje de esta época, y otro con traje de tiempos más pasados.

Ya dijo el que su nacimiento había sido años antes que el otro:

“La mentira tiene sitio en todas partes menos en el Amor de Dios”.

“Yo, cuando oigo hablar en el mesón, de Dios, de la misa, de las promesas y los ofrecimientos, sé cuando es dicho con Amor o cuando es dicho con mentira grande o chica”.

“Aquí contaré de uno que no faltaba ni un día a la iglesia y cuando de Dios hablaban, diciendo que en este mundo de Tierra, si amas a Dios, todo lo que te llegue, si te retira de Él, lo desprecies, él contestaba: “Yo tanto Lo quiero porque tengo de todo y su Amor lo llevo dentro. Lo que me hace pensar es que cómo siendo Dios Dueño de todo, hay hambrientos y mueren de hambre, y a otros que tienen más Dios les manda que se doble su capital”.

Al oírlo en el mesón, muchos acudieron y la mayoría le daban la razón. Dios me dio en aquel momento un Poder que aquí queda dictado:

“Las palabras que estas diciendo –le dije– te están dejando al descubierto, porque en el Amor a Dios estás mintiendo. Tú no amas sus Palabras. La mentira nombrando a Dios queda al descubierto, porque este Nombre no recibe mentira, porque la mentira aparta de Dios y hace más daño que Judas cuando vendió Lo que no hace falta nombrar”.

“Ya no pises más este mesón, porque el dueño me tiene dicho que no lo pisen los pies de falsos incrédulos, y que sus manos no las pongan encima del mostrador”.

Desperté, oí:

Soy espíritu de la Gloria y Dios me manda que diga lo que mi cuerpo, con sus Palabras, enseñaba.

Yo no podía oír decir que a Dios amaban y luego que sus palabras dejaran al descubierto que querían a Dios engañar.

Y es que las palabras de la Tierra, la mayoría son mentira y engañan al que en Dios no cree.

Mi Amor a Dios, Dios me lo agrandaba cuando yo veía que mis fuerzas dejaban al descubierto a los que engañaban diciendo que a Dios querían.

En la Tierra, las mentiras cogen grandes cargos y monedas, porque en ella vives una vida de paso, y aunque en ella te digan que eres dueño de algo, tú no eres dueño ni de tu cuerpo.

Porque cuando Dios llama al espíritu, el cuerpo es pienso de gusanos.

Si eres de Dios, pon mentira para quitar del peligro del pecado, porque esto hace falta como los dedos y las manos.

La noche hace larga el sueño que el Elegido sin enfado espera.

La verdad y la mentira, esta noche eran en el arrobo discutidas.

Tu petición es decir: “Señor, contigo, todo. Sin Ti, no quiero nada”.

Llegó el sueño con este pensar: “Señor, el que me mire, Te vea. Y el que Te vea, que no Te olvide”.

“Señor, mándame lo que quieras, que yo sin Ti ya no vivo”.

***

Libro 54 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo VII - C5

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