lunes, 25 de abril de 2022

Señor, tu Reino quiero

En Sueño Profético decían:

Todo lo que tienes interés en ello, lo buscas, lo persigues y lo pagas, si es algo de dinero. Pues, cómo decir a Dios: “Señor, tu Reino quiero”, si aquí, en esta Verdad que te ponen en tus manos, tu contestación es desprecio a Dios, que creó todo lo de la Tierra, y todo tiene vida porque Él vida le deja. Dios jamás le pide al hombre que en sus Palabras mienta, queriendo poner más fuerza, diciendo: “Dios me dice”. Pero dejar que sus Palabras queden en sitio secreto, esto no puede hacerlo la Cabeza de la Iglesia.

Dijo uno:

A más lo sepan y más se cunda este Evangelio, puede quitar de pensar en el pecar y en retirar al que esté pecando. Pero deja al descubierto al que quiere vivir engañando con su pluma y con su lengua.

Desperté, oí:

Para reconocer estas Palabras

que bajan del Cielo,

no hace falta estudio

ni te cuesta dinero.

Pues si las ponen en tus manos

y tú las recibes con el desprecio,

no llames a Dios

cuando se enferme tu cuerpo.

O en momentos de apuro,

que no sirve la influencia

del mundo de la materia.

Este Caso no puede nadie desmentir    

que no es de este Mundo,

donde esperan al rico y al pordiosero,

al torpe y al listo.

Todos pueden entrar en la Gloria

si los Mandamientos de Dios los cumplieron.

Al que ama a Dios

no le hacen falta estudios.

Pero al que tiene estudios,

sí le hace falta el Amor a Dios.

Éste, si no ama,

puede retirar a muchos de Dios.

Amando, el que representa a Dios,

hace que inclinen las rodillas

al oír estos Escritos

que están dictados

en la Gloria de Dios.

Debería pensar el hombre,

el tiempo que estuviera en la Tierra,

que después de su muerte

Dios le pide Aquí las cuentas.

***

Libro 31 - Te Habla el Profeta - Tomo IV - C5

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