martes, 19 de abril de 2022

Poder de Dios Hijo

En Sueño Profético decían:

Tu presencia, al enfermo puede darle curación, paz y aceptación a todo lo que le venga, y puede que reciba enfermedad como la lluvia a la tormenta, porque este es el consejo que da esta presencia.

Dijo un Discípulo de Jesús –aunque Maestro y Dios Hijo era como ellos Le llamaban:

“Nosotros, si no hubiéramos tenido Poder de Dios Hijo –Maestro para nosotros, porque este Nombre fue por Él puesto–, no hubiésemos ido en su Nombre a hablar de su Gloria, de su Poder, y tampoco hubiéramos contestado a las preguntas que nos hicieron, que la mayoría de las veces éstas eran sin creer ni amar, pero que nosotros sabíamos contestar. Un día se acercó uno a un grupo que estaba esperando que pasáramos, y se quedó parado con ellos e hizo esta pregunta:

—Me han dicho que cuando pase un tiempo van a clavar en una Cruz a vuestro Maestro. Esto, si es Dios, ¿cómo lo va a consentir?

Estas Palabras puso Dios en mi boca con Fuerza:

—Dejará que lo crucifiquen para que vean que es Dios cuando su Resurrección deje la fosa vacía.

Seguí hablando sin poder detener Palabras:

—Estas palabras que estas diciendo, ayer, estando en el monte, nos dijo el Maestro que tú las traerías del que no cree que es Dios. Pero tú tendrás peor sitio que el que te ha mandado. El que te ha mandado no tiene la fuerza que tú tienes de los espíritus satánicos.

Desperté, oí:

Los que oyeron mi contestación, me dijeron: “Nosotros no hubiéramos podido creer, si no te hubiésemos oído, que contestaras con esa Fuerza.

Las Palabras me las dijo el Maestro en el monte, y la Fuerza me la dio en el momento que mi pensamiento Lo llamó.

Yo, si no sintiera su Fuerza en mí, quedaría cobarde, cuando el que no cree, o cree y no Lo ama, pregunta con hipocresía y maldad satánica.

El que Dios elige y le da Mando, no tiene miedo al fracaso delante del hombre, porque la Fuerza de Dios siente.

Más de una vez se acercaron a Él enfermos, que se curaron por oír las Palabras que nos daba el Maestro.

Siempre que salíamos por la puerta, ésta era la despedida del Maestro:

“Que os falte la vida antes que la Fe en el Mando que mi Padre da en Mí”.

Esta despedida nos daba silencio y lágrimas.

Un Discípulo de Dios Hombre

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Libro 54 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo VII - C4

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