viernes, 17 de noviembre de 2017

El bueno de Dios, enseña y abraza

En Sueño Profético decían:

Si el bueno que dice que es bueno, no quiere nada de Dios, quítale el nombre de bueno, porque está ofendiendo a Dios.

El bueno, para ser bueno, tiene que vivir ahí diciendo:

“Señor, lo primero eres Tú y que vean esto que yo estoy diciendo. Si soy bueno para Ti, Tú ya me guías por el camino del bueno. No dejes que sea bueno de los que el hombre, mayoría de veces, premia y luego pierden tu Reino”.

Dijo uno:

Debería el hombre dedicar su tiempo a estudiar el libro de la persona. Que el libro es la vida que hace en todas las horas del día. Si a Dios lo lleva delante, verás que nombra a Dios y sus pasos son intachables. En cada actuación ves al bueno destacarse.

Desperté, oí:

Decían en el arrobo que cada persona era un libro de enseñanza.

Que no podía ser bueno el hombre que a Dios no amara ni enseñara de su Reino.

El que es bueno para Dios, tiene que ser bueno para el hombre.

Porque Dios no admite al bueno si ahí no cumplió sus Leyes.

El bueno que no es bueno para Dios, no puede ser bueno para el hombre. El bueno de Dios, enseña y abraza.

Enseña a querer Gloria. Y abraza al caído y con sus manos lo levanta.

¡Cierto que tu vida es un gran libro de enseñanza!

Debería ser prohibido poner la palabra “bueno” en el que a Dios no amara.


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Libro 27 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo II - C4

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