En Sueño Profético hablaban de vivir apartado de
Dios.
Decían
que esto era el mayor castigo, sin tener comparación con ningún otro castigo,
por ser tú mismo el que te ponías el castigo.
Dijo
uno:
Si tú
quieres a Dios, nadie puede apartarte de Su Camino. Habían de amarrarte y
encerrarte, y tú seguirías con Dios y no podrías de Él apartarte, porque el Poder
de Dios abre puertas y quita amarre.
A mí
me gustaba estudiar al que vivía sin amar a Dios, porque teniendo de sobra,
tenía menos que yo. Siendo él el dueño de fincas y yo el trabajador de sus
fincas, a veces me veía más feliz que el dueño. Yo, el nombre de Dios siempre
lo tenía en mis labios. Nunca desee ser dueño porque pensaba en la muerte y
sabía que la tierra tenía que quedar en el suelo. En cambio, mi Amor a Dios se
venía con mi espíritu al Cielo.
Este
dueño de la finca decía: “Envidio tu pensamiento, pero cuando quiero pensar
como tú, el año me viene malo y no le gano a la tierra”.
Desperté, oí:
Aquí
había bienes y no había Amor a Dios.
Yo no
me hubiera cambiado en la vida por él, siendo él el dueño y yo el trabajador.
Mucho
trabajo me costó, pero conseguí oírle el nombre de Dios.
Quería
darme unas tierras para que le pidiera a Dios que él fuera feliz como yo.
Le
dije que si me las daba y me hacía dueño, yo se las daría a uno que veía en un
mesón y cuando me veía entrar me decía estas palabras que Aquí me mandan
dictar:
De
oírte nombrar a Dios, me has pegado las Palabras, y voy pidiendo para llevar a
mis hijos de comer, diciendo: “Si os sobra, Dios quiere que me lo deis”.
“Dios
sufre cuando ve que mis hijos no tienen para comer”.
“Los bolsillos
los rompen por la mano aprisa meter”.
“Y ya
me han dicho que tengo trabajo, y hoy es el último día que me ven pedir
limosna”.
“¡Dios
le pague la enseñanza que me dio cuando me daba limosna!”.
Le
contesté:
“Pues
también tienes unas tierras que Dios te ha hecho dueño de ellas”.
El
Amor hace parada donde a Dios aman.
Ya lo
dice la Palabra.
***
Libro 40 - Dios Manda En Su Gloria que Enseñen - Tomo VI - C5
Cuando un espíritu es de Dios lo dice la Paz que transmite.
ResponderEliminarNo hay mayor regalo que sentir la Paz de Dios.