En Sueño Profético decían:
El que conozca este Caso y diga
que no hay otro igual a éste, ha creído y ha sentido esta fuerza que Dios pone,
que sin querer no te llega. Que esto le está pasando al que se dice cristiano,
y lo ven entrar en la Casa de Dios, que su nombre es iglesia.
Dijo uno que siguió primero a los
Discípulos y después a Dios, Maestro, como Le llamaban:
Yo estuve un tiempo oyendo hablar
de Dios Hijo, y no llegaba la noche antes de que yo oyera hablar a los
Discípulos de lo que en el día habían recibido de su Maestro. Ya, un día, pedí
a Dios Padre que me mandara fuerzas para ponerme delante de su Hijo, y me las
concedió. Cogí el camino por el que ellos venían ya de vuelta, y me puse de los
primeros. Pero había mucha gente. Cuando ya llegó el Maestro, se puso delante
de mí y me dijo con Voz alta:
“Si todos creyeran como tú crees, todos vendrían a buscar mis Palabras
sin pensar que Yo no los recibiría. No me cuentes de tu vida pasada, ya que tu
arrepentimiento quiere olvidarla. Únete a mis Discípulos, que esto sirve para
dar Enseñanza. Puede que a un pecador, si deja de pecar, el arrepentimiento le
obligue al cuerpo a que lo vean siguiendo mis Palabras y cundiendo que Yo le di
el Perdón. Sigue con mis Discípulos, que esto avergonzará al bueno que no Me
busque y desprecie mis Palabras. Al que Me desprecie, no puedo perdonarlo. El
Perdón es para el pecado”.
Mi arrepentimiento sirvió para
oír un Sermón. Todos ponían en mí la mirada, que era poco para las Palabras tan
grandes que dijo el Maestro. Que yo nunca creí ser perdonado.
Desperté, oí:
Va el Mensaje al pecador que se
arrepiente y busca a Dios.
Y para el que sabe que Dios está
hablando y desprecia las Palabras y no acude al Lugar que todas las noches
tiene arrobo de espíritu y Dios manda dictar.
Puede que el que se tenga por
cristiano y no busque donde Dios esté hablando, juzgue al pecador y él se tenga
por santo.
Yo creía que era Dios, aunque
Maestro Le llamaban.
Fui grande pecador, pero el Amor
a Dios fue más grande, y Dios Padre me mandó a Dios Hijo, aunque veían a un
Hombre, pero era el mismo Dios.
Decían en la Gloria que el
desprecio a Dios era el peor de los pecados.
***
Libro 47 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VI - C1
Es para temblar de miedo viendo tanto "cristiano" que desprecia la Palabra de Dios.
ResponderEliminarA ver si leyendo este Mensaje se les viene a la cabeza, que si no quieren a Dios, no hay Rosario que los salve.
La Oración es para unirse a Dios no para disfrazarse.
ResponderEliminar