En Sueño
Profético decían:
No hay servicio mejor que a Dios le hagas, que ir
hablando el Evangelio –que es su Palabra–, pero que tú seas el primero en
cumplirlo. Si así no lo hicieras, no hables del Evangelio, que a Dios lo estás
ofendiendo. Porque haces que duden del Poder de Dios, por dejarte a ti con
movimiento en tu lengua y en los miembros de tu cuerpo.
Dijo uno que mucho siguió a Jesús en su predicación:
Dios Hombre había veces que su empiezo en su
predicar era éste:
“El que no
vaya a cumplir lo que Yo digo que hagan, que no hable bien de Mí, porque al no
cumplir ya está hablando mal, cuando vean que la acción no es amiga de la
palabra”.
Estas Palabras hacían a muchos retirarse y a muchos
buscarlo. Cuando pedían Luz al Padre, buscaban al Hijo en la Tierra, que era el
mismo al que oían hablar. Estas Palabras hacían a hombres justos en su
comportamiento. Porque las Palabras del Maestro no era oírlas y dejarlas atrás,
sino que las abrigaban en el pecho como a su propia vida, y ya podían hablar
del Evangelio, que era vivir su Palabra y dejar el buen ejemplo para seguir
Enseñanza sin ofender al Maestro.
Desperté, oí:
Cierto que si predicas en voz baja y el ejemplo va
primero, no ofendes a Dios.
Que la ofensa es exigiendo que dé castigo al que
habló.
Hay a quien no se le oye nunca decir el nombre de
Dios, tan sólo lo dice para pedirle el castigo que él creyó.
Dios Hombre recordaba que al que sirviera de ejemplo,
Él ya Palabras le daba.
Y el que no las cumpliera, que del Maestro no
hablara.
***
Libro 74 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo IX - C1
Ojo!!! No sólo se publica con palabras!
ResponderEliminarTambién hay que dar ejemplo en el vestir,en el vocabulario,en llevar a Dios de siempre en el alma sin olvidar ni un momento que Dios nos ve por fuera y por dentro.