viernes, 25 de febrero de 2022

La muerte, ciega y sin habla, ni elige ni puede avisar

En Sueño Profético vi unos hombres de espaldas. Iban andando, y en alta voz su habla. Se veía que era para enterar y enseñar al que pasara. Estas palabras hicieron que algunos se pararan:

   –En la muerte nadie piensa, y por no pensar en la muerte, nadie practica lo de Dios y todos de Dios se alejan. La muerte la tiene el hombre tan en olvido, que cuando le hablan de ella, parece que le has nombrado algo malo que él hiciera.

Dijo otro que estaba de acuerdo con el que la voz subía y bajaba según él quería que se enteraran:

   –La muerte debería tener letreros por donde pasaras, o sea, donde hubiera tierra o donde hubiera agua, donde hubiera campo y dentro de las casas, y en todos los trajes, detrás, con estas poquitas y cortas palabras:

“La muerte llevamos todos.

Piensa que es ciega y sin habla,

pero cuando oye Mando,

ya la vida se te acaba.

Tan solo tiene el oído

para hacer lo que Dios manda”.

Desperté, oí:

Esta Visión ocurrió estando estos hombres con cuerpo.

A todos los que les hablaban, les ponían la muerte primero.

¡Cómo te hacen pensar que la muerte, ciega y sin habla, ni elige ni puede avisar!

Y ya influencia no sirve.

El Mando llega ya al sitio, y ni el dinero ni los años, dejan al cuerpo vivo.

Si de la muerte se hablara como se habla del pecado, podría el hombre pensar:

“Hoy soy hombre, mañana puede que mi cuerpo sea fango”.

Acuérdate de la muerte que ni avisa ni elige, sólo cumple el Mando.

***

Libro 75 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo VIII - C5

1 comentario:

  1. Me encanta el Mensaje! No es que yo quiera morirme, cosa que ocurrirá pronto o tarde,pero un refrescón nos viene bien a todos.

    ResponderEliminar