martes, 12 de julio de 2022

Busca a Dios para saber, si es que ya Lo estás amando

En Sueño Profético decía:

Dios, en su Vida Pública, enseñaba con Parábolas. Y la mayoría de veces se hacían tres grupos de los que Lo oían: unos, los que lo comprendían; otros, los que más tardaban, pero querían comprender; y los terceros, no querían comprender, porque no ponían Amor, porque no querían que fuera Dios para no usar su Obediencia para vivir fuera de lo que Él mandaba.

Dijo uno:

Había muchos que Le hacían muchas preguntas. Unos, para saber más y cundir más sus Palabras, y otros para Desmentirlo. Dios sabía el que quería saber por Amor o el que era fariseo. Esto lo sabía por ser Dios, no por Hombre.

Un día, estando hablando de su Reino, Le hicieron unas preguntas unos que fueron a Desmentirlo, que dos horas antes habían mentido a tres de sus Discípulos, y fueron a oír al Maestro antes que éstos llegaran, para hacer las mismas preguntas y romper su Enseñanza. Fue entrar en la nave donde estaba hablando el Maestro, y a todos los que los conocían se les puso la cara pálida. Ya dijo este Dios, aunque veías a un Hombre más:

“Si queréis salir por vuestros pies, dadme ahora mismo la espalda, como se la habéis dado a mis Discípulos, a quien vosotros habéis visto. Pero la espalda me la habéis dado a Mí, ya que yo les he dado mis Palabras y les he mandado que las lleven a los hombres que Me aman o tienen buena voluntad para Amarme. Y ahora, para que veáis que Yo soy del Cielo, notareis todos el mismo pie que no obedece a vuestro mando y lo llevareis arrastrando por suelo”.

Todos salieron con miedo, pero no con arrepentimiento, porque Dios los despreció.

Desperté, oí:

Estos hombres se dedicaban a seguir a los Discípulos y más de una vez salió un Discípulo llorando.

Los Discípulos no se lo contaban al Maestro por el sufrir no aumentarlo.

Y el Maestro no les decía nada porque sabía el momento donde más se enterarían para dejarlos al descubierto.

No quedaron allí sellados, quedaron para todo el que los veía andando.

Eran íntimos amigos y a Dios siempre iban buscando no como si fuera Dios.

Lo buscaban como si fuera un Dios falso.

Dios tuvo que hacer de Dios y en el gentío juzgarlos.

Busca a Dios para saber, si es que ya Lo estás amando.

Pero no lo busques nunca para querer tú Juzgarlo.

***

Libro 64 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo VIII - C1

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