En Sueño Profético hablaban del
adelanto del hombre. Decían:
Hombre de grandes
inventos, sin poner primero la Palabra de Dios y practicarla, es niño
corriendo, que llega cansado y no encuentra nada.
El hombre
constantemente está desafiando a Dios.
El hombre no vive
Paz ni puede jamás tenerla, mientras tenga en olvido a Dios y ese deseo a las
cosas de la Tierra.
El hombre que ama a
Dios, pone primero las cosas del espíritu, y lo último las cosas materiales.
Estos hombres sí son de Dios y puedes decir que saben.
Dijo uno:
El hombre se siente
molesto cuando un minuto le hablan de Dios, y te guarda gran silencio queriendo
pronto acabar. Pues si sigues a este mismo hombre y lo encuentras en un lugar
donde a Dios no nombren, lo verás ya general, de la energía que coge, y lo
tendrás hablando horas, que Aquí no sirven para nada. Este es el hombre que
cree que su talento es de provecho y hay que pagarle un gran precio por lo que
haga o por lo que enseñe.
Aquí, en la Gloria,
no se reconoce cultura de materia. Dios, cuando da Mando ahí, Sabiduría lleva,
y ya Dios sirve sin tantas carreras, que en la mayoría, de Dios no se acuerdan.
Aquí, a estos
hombres, los llaman: “Fracaso de un tiempo que viven haciendo proyectos para el
adelanto”.
Desperté, oí:
¡Qué payaso, sin
hacer a niños reír, es el hombre del adelanto, si vive lejos de Aquí!
El adelanto del
hombre y la exigencia del cuerpo hacen al hombre, malo, aunque naciera bueno.
¡Qué diferencia hay
entre la Gloria y la Tierra cuando clasifican a los hombres de talento!
Aquí se da
preferencia al espíritu que le dio valor, primero, a lo de este Cielo.
Y lo demás ahí lo
vio como asa de caldero.
Como humo en
chimenea, que a los troncos abandona.
Como cabeza que supo
que un día perdió la memoria.
Como años que te
dejan, que atrás no vuelven en el camino.
Como difunto que
entierras, que ya nadie ve ni oye si no cree en la Gloria.
Estos son los
hombres sabios, aunque no usaron cuaderno.
Estos son los
tasadores de lo que acaba o de lo que es Eterno.
Este es el
adelanto, y el hombre no quiere comprenderlo.
Hasta que el hombre
no aprenda a amar a Dios primero, su cultura no tendrá valor y llevarán los
títulos al hombre al Infierno.
El hombre cree que
el pecado es cultura y es talento.
***
Libro 75 - Meditaciones y Palabras Directas con el Padre Eterno - Tomo VIII - C5
De este Mensaje sale una Canción maravillosa!
ResponderEliminarQue pena no tener yo ni voz ni talento, para componer la música apropiada .
Se me hace fácil creer que solo bastaba ponerle notas con guitarra y corazón en el habla.