En Sueño Profético decían:
Quien no vea aquí actuación de Dios, que no espere
verla jamás. Que aquí se ve en el Mando que recibe el Lugar que Dios elige, con
la obediencia que responde.
Dijo uno:
La obediencia como la hace la va enseñando. Después, su entrega en el Prójimo es sin horas y sin descanso. Los ruegos no le faltan para
que Dios le abra caminos para poder cundir esta Enseñanza. Todas sus peticiones
son pidiendo que el mundo tenga presente que el cuerpo es hoja en árbol. Que
por mucho que lo cuides, el árbol tira la hoja al suelo y el árbol sigue
creciendo y echando hojas nuevas. Que esto es el espíritu y el cuerpo. El
cuerpo queda en el suelo; Y el espíritu, si ha sido de Dios, su sitio es el
Cielo, y sigue al Mando de Dios.
Esto es lo que el Elegido quiere cundir para apartar
los tiempos modernos, que tanto daño están haciendo a los niños, que son
los hombres que se verán luego, cuando falten estos cultos modernos.
Desperté, oí:
Va el Mensaje a que todas las peticiones del Elegido
son para cundir estas Palabras.
Tu espíritu, cuando está contento, es un contento de
distintos contentos, pero todos son contentos de Dios.
Que estos contentos pasan la alegría al cuerpo.
Y ya se quedan pensando los que tengan duda de que
Dios aquí esté hablando.
Los que están aquí unidos que sigan como hasta hoy, y
ya Dios les dará premio que no esperan.
Han comparado en Gloria árbol y hoja con espíritu y cuerpo.
El árbol es el espíritu, la hoja el cuerpo.
Estudia este Mensaje y tu verás si eres hoja o árbol.
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Libro 41 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo III - C4
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