En Sueño Profético
hablaban de las actuaciones de Dios, de su Mando. Decían, que este Mando para
entenderlo tenía que haber mucho Amor. ¿Quién podría decir que la negación que
Dios da a la llamada es para un bien mucho mejor? Dios prohíbe el ir y de allí
sale un defensor. ¿Quién hubiera pensado esto?, ni del que va ni del que recibe
con Amor todo lo que de esta Gloria baja. Es el Poder de Dios el que hace que
la montaña quede en llano, si Dios llama a la montaña.
Dijo
uno:
Hoy, el rebaño ha seguido
al Pastor en su Mando,
buscando ovejas perdidas
que se fueron del rebaño,
y
el balar tienen llorando.
Todo el que Aquí ayude,
es a Dios al que Le está ayudando,
por ser Lugar que Dios tiene
donde da su Mando a diario
para que se salve el hombre
si
practica esta Enseñanza.
Desperté, oí:
Si Dios te ilumina,
ya te aumentan las fuerzas,
que
las necesitas.
¿Quién podrá pensar
que
aquí Dios no actúa?
No hay quien viva sufriendo
y
reparta alegrías.
No hay quien se acerque a las camas
sin pensar en enfermedad
porque
sabe que deja alegrías.
Y curación Dios puede dar
cuando
ella los visita.
Que esto ha pasado muchas veces,
pero
el médico los cura…
Si este sufrimiento se acabara,
más
fuerza llevaba su medicina.
Tú no dejes de mandar
todo
lo de Dios que pidan.
Y si el Ministro de Dios fuera,
puede hacerse una cadena
con
escándalo y con fuerza.
Y al que está a larga distancia
que tenga contacto,
que
esta ayuda Dios la manda.
***
Libro 32 - La Palabra del Creador - Tomo III - C7
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